contadores de paginas web

La India: Organización social

Organización social en la India

El sistema de castas que impera en la India desde los comienzos de su civilización es un sistema de estratificación social, de carácter hereditario, que terminó por consolidarse en el subcontinente desde hace unos 3.000 años. En este esquema de organización, los estamentos sociales se definieron por un número de grupos endógamos conocidos como "jati". El sistema de castas nació profundamente ligado al hinduismo, que es una de las tres religiones principales de la India.

Las cuatro clases básicas de la sociedad hindú se denominan "varmas". Curiosamente, en sánscrito, "varma" significa color, ya que el esquema de castas hindú tuvo un elemento racista que aún conserva: el color claro de la piel se asocia con una calidad de casta superior.

EL SISTEMA DE CASTAS

La religión hinduista enseña que los seres humanos fueron creados de las diferentes partes del cuerpo de una divinidad masculina -en sánscrito “Purusha”- llamada Brahma. En el hinduismo, religión marcadamente patriarcal, el Purusha -en sánscrito, equivalente de “varón”- es la divinidad única que impregna el universo. Según algunos estudiosos, los dioses védicos -que integran el panteón del hinduismo- son meras interpretaciones que el ser humano hace de las muchas facetas del único Purusha.

Representación tántrica de Purusha
Representación tántrica de Purusha

En consecuencia, dependiendo de qué parte del cuerpo de Brahma se originan, los seres humanos fueron clasificados en cuatro castas básicas. Este origen ancestral, que se mantiene a través de las sucesivas reencarnaciones, constituye la marca primigenia del estatus social de los hindúes. Este origen también establece con quién se puede casar la persona y qué tipo de trabajos puede realizar.

Según el relato del “Purusha sukta” -uno de los himnos que conforman el Rig Veda-, el Purusha fue desmembrado por los “devas” que en sánscrito significa “dioses”. Fruto de esta acción, la mente del Purusha se convirtió en la Luna, sus ojos en el Sol, y su respiración en el Viento. En otros himnos del Rig Veda el Purusha es descrito como un gigante de mil cabezas y mil pies, que fue sacrificado por los dioses y de cuyo cuerpo se construyeron el mundo y las “castas”. Del Purusha emanó el “Viraj” el principio creativo femenino, gracias al cual el mismo Purusha renacía antes de que, con sus restos, el mundo fuera creado en todos sus elementos.

Los sacerdotes brahmanes fueron hechos a partir de la boca del Purusha; los kshatryas -casta de los guerreros y gobernantes- a partir de sus brazos; los vaisías -casta de los artesanos y comerciantes- a partir de sus muslos; y los sudras -casta de los esclavos- a partir de sus pies. Los cielos emergieron de su cráneo; los dioses Indra y Agni, de su garganta. En este esquema clasista mítico, los “dalits” -casta de los parias o intocables- no habrían nacido del Purusha, sino tan sólo de sus excrementos, razón por la cual no solo no pertenecían al orden cósmico, sino que habían sido expulsados.

Sacerdotes brahmanes
En el sacrificio del Purusha, el canto védico fue lo primero que se creó, con lo cual la casta sacerdotal de los brahmanes, inspirados directamente por los cuatro Vedas, legitimaron su condición de casta privilegiada.

LAS LEYES DE MANÚ

Según las Leyes de Manú, transcendental texto sánscrito de la antigua sociedad india, los brahmanes son la casta superior. Dicen ser portadores del mismo dios Brahma. Estas leyes establecidas en el siglo II d.C., dictaminaron que este orden es sagrado y que nadie puede aspirar a pasar de una casta a otra en el transcurso de su vida. En principio, cada individuo debe tener el oficio de su padre y casarse con alguien de su misma casta. Sólo mediante la sucesión de reencarnaciones se puede ir avanzando -o retrocediendo- en este esquema. La idea de la reencarnación tampoco es casual. Los individuos que con resignación hayan cumplido sus obligaciones –“karma”-, es decir, las correspondientes al camino que les está asignado -“dharma”-, pueden eventualmente reencarnarse en un estadio superior. Sólo los “dalits”, los intocables están destinados a reencarnarse en lo que son: parias sociales.

Dalits protestan en Bombay
Dalits protestan en Bombay contra su discriminación en la sociedad india.

GUERREROS Y GOBERNANTES

En cuanto a la casta de los kshatriya, la primera función del gobernante o guerrero era la de proteger a sus súbditos, pero también tenía la obligación de expandir el reino mediante “medios justos para el alma” y, si era necesario, mediante la guerra. Por supuesto, la expansión del reino respondía siempre a necesidades políticas y económicas, pero habitualmente se revestía de consideraciones religiosas.

La casta de los kshatriya no era uniforme, ya que reconocía distintos niveles. Todos debían participar en la guerra y matar o ser muertos mientras combatían al enemigo, pero unos lo hacían desde los altos cargos, con capacidad de elaborar estrategias y ejercer el mando, y otros, inferiores, como tropa. La ubicación en uno u otro sector dependía de la aptitud ("Guna"), la conducta ("Karma") y la naturaleza personal ("Swabhava"). Los textos védicos hablan de esta subdivisión de los kshatriya y enfatizan el carácter hereditario de la pertenencia a uno u otro sector.

Fotografía de 1860 en la que aparecen varios Rajputs
Fotografía de 1860 en la que aparecen varios Rajputs, considerados miembros de la casta kshatriya.

DESAFÍOS AL SISTEMA DE CASTAS

A pesar de que, a lo largo de su milenaria historia, varios reformadores han tratado de abolirlo, el sistema de castas continúa siendo una característica indeleble de la sociedad india. El sistema de castas fue desafiado por el budismo, la principal disidencia del hinduismo. En el siglo IV a.C., cuando Asoka, el gran emperador de los Maurya, hizo suyas las enseñanzas del iluminado y las convirtió en religión oficial, no fue tan sólo porque “el León sangriento” se convirtió en “el Piadoso”.

Más allá de esta anécdota personal de Asoka, cabe hablar de fuertes cambios políticos y sociales. El antiguo sistema védico no pudo dar respuestas a una ampliación tan grande del imperio, ya que éste requería un aparato administrativo mucho más amplio y complejo. Al mismo tiempo, el sector de intocables creció con la incorporación de contingentes poblacionales pobres pertenecientes a los territorios conquistados, lo cual significó una amenaza de explosión social.

Vaisias
A los vaisias se le asignaron las funciones más prosaicas: criar el ganado, cultivar la tierra y comerciar, es decir, de ellos dependía la economía del imperio. Con el tiempo muchos comerciantes acumularon riquezas llegando a obtener poder político.

El desafío fue, entonces, cómo introducir reformas sin alterar la estratificación social vigente. El budismo -al igual que el jainismo, aunque en menor medida- denunció los rituales brahmánicos y cuestionó a la casta superior, pero, al mismo tiempo, insufló a los sectores más empobrecidos una ideología centrada en el desapego del poder y de todas las necesidades materiales. Más allá de los contenidos filosóficos que convirtieron al budismo en uno de los grandes aportes de la India al pensamiento universal, lo cierto es que las enseñanzas del iluminado descomprimieron las tensiones sociales existentes. Los brahmanes, aunque conservaron su papel protagónico, pasaron a compartir el poder con los kshatriyas y los vaisias. Aunque ni el budismo ni el jainismo condenaron abiertamente el sistema de castas, el espíritu subyacente del viejo orden debió adaptarse a las nuevas circunstancias.

La constitución actual de la India prohíbe la discriminación de las castas inferiores. En muchos estados, han introducido y están tratando de implementar leyes para resolver la pasividad del sistema de castas y promover la movilidad social. Actualmente, las cuotas que regulan la representación gubernamental a la casta de los dalits, les abren ventajas en el sistema educativo y en el mercado laboral.

Pirámide social de la India
Pirámide social de la India

Referencia:
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. India. Editorial Sol 90.

Edad Antigua