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Civilización China: Sociedad y vida cotidiana

Pirámide social de la civilización China

La sociedad de la antigua China estaba estructurada en distintas clases, que implicaban distintos modos de vida cotidiana. Como se trataba de una civilización de economía agraria, los sectores más encumbrados en la pirámide social eran los terratenientes, los dueños de la tierra, y los sectores inferiores correspondían a los campesinos. En los diferentes modos de vida también incidían las distintas culturas que el inmenso Imperio Chino comprendía dentro de sus fronteras, además de la diversidad natural -climática, orográfica, etc.-, propia de un ámbito geográfico de dimensiones tan vastas.

Como siempre ocurre, los sectores encumbrados, han dejado una versión más clara y certera de sus formas de vida. Se conservan numerosas crónicas, retratos, objetos, textos literarios y demás manifestaciones artísticas que describen la vida diaria de los emperadores, los nobles, los militares, los grandes comerciantes y demás sectores privilegiados. En cambio, no ocurre lo mismo con los campesinos, los trabajadores de la ciudad, los artesanos, los pequeños comerciantes y demás integrantes de los sectores mayoritarios, de cuya cotidianidad la historia sólo ha dejado ligeras huellas e indicios más o menos certeros.

Estatuilla de pescador de la dinastía Han

Las tumbas y las urnas funerarias constituyen una interesante fuente de datos sobre la vida cotidiana en la antigua China, como, por ejemplo, la estatuilla del pescador, hallado en una tumba de la dinastía Han.

La religión como base de la sociedad china

En los inicios de la sociedad china la religión era sencilla. Los cultos y las ceremonias estaban dedicados a lo honra de los ancestros. Pero, a medida que se expandía el imperio, la religión se volvió más compleja y estrechó vínculos con las formas de gobierno, de manera que llegó a ser base para la organización política y social. Hacia el siglo VI a.C., surgieron dos doctrinas religiosas y filosóficas que se convirtieron en el eje de la sociedad china: el confucianismo y el taoísmo.

Taoísmo: fundado por Lao-Tse, esta doctrina predicaba la armonía entre la naturaleza y el ser humano, así como el abandono de los deseos para alcanzar la felicidad.

Confucianismo: fundado por Confucio, se basaba en la idea de que toda acción tenía unas causas y unas consecuencias, y que la misión de las personas era entenderlas. Además, su doctrina establecía una serie de principios para el buen gobierno, fomentaba el respeto a este y a la tradición.

Budismo: se basaba en la idea de la erradicación del sufrimiento y el abandono del deseo. A partir de finales del siglo II a.C., el budismo fue introducido en China por comerciantes indios y se difundió rápidamente por el Imperio.

Lao-Tse (siglo VI a.C.) - Confucio (551 a.C.- 479 a.C.) - Siddhārtha Gautama (siglo V a.C.)

Lao-Tse (siglo VI a.C.) - Confucio (551 a.C.- 479 a.C.) - Siddhārtha Gautama (siglo V a.C.)

Las grandes ciudades

La vida en la corte del emperador y de la nobleza, que transcurría en el interior de los grandes palacios, era presidida por una compleja ritualidad. Códigos muy rígidos configuraban las ceremonias públicas y privadas. También había normas establecidas que regían el comportamiento doméstico, los vínculos familiares, las relaciones con los criados y hasta el trato con los animales domésticos. En las mansiones se acumulaban tesoros y objetos suntuarios, lo que obligaba a mantener una custodia armada, la cual también estaba tutelada por una normatividad propia y singular.

Con la expansión del imperio, algunas ciudades llegaron a tener un gran desarrollo demográfico y urbanístico, lo que, para hacerlas más gobernables, obligó a los mandatarios a imponer códigos aún más estrictos. Por ejemplo, durante la dinastía Tang, la ciudad de Chang'an, de unos 80 km² de superficie, llegó a albergar en el interior de sus murallas a más de un millón de habitantes, mientras que otro millón de personas vivía en extramuros, por lo general, hacinadas en chozas precarias.

Defendida por un monumental recinto amurallado, jalonado por imponentes torres, y dotada de doce puertas de entrada, la ciudad de Chang'an estaba dividida en 112 barrios, organizados según una plantilla urbana rectangular. El temor a las invasiones y a los motines populares eran tan grande, que, a su vez, cada barrio estaba rodeado por una muralla. Un sistema de puertas interiores permitía trasladarse de un barrio a otro, pero, para franquearlas, había que tener un salvoconducto, que era suministrado -o no­ por la guardia imperial.

Torre de la ciudad de Chang'an

Mural que representa una torre de esquina, probablemente de la ciudad de Chang'an, desde la tumba del Príncipe Yide (muerto en 701) en el Mausoleo de Qianling, fechada en 706.

Las calles de Chang'an se cruzaban en ángulo recto, como generalmente ocurre en las urbes modernas. También por ese motivo, a los efectos de permitir un desplazamiento más rápido para los nobles y sus escoltas, una inmensa calzada principal unía la Puerta del Sur con el Palacio Imperial, situado en el extremo norte. Por razones de seguridad, de noche se cerraban las puertas exteriores de la ciudad y también las interiores, dejando las calles en manos de las rondas de guardia.

Los cementerios de Chang'an proporcionan datos muy valiosos sobre la vida de la ciudad. Incluso en los “mingki” -estelas funerarias- hay reproducciones pictóricas y escultóricas en las que se muestran escenas con campesinos, criados, guardias, artistas callejeros de carácter circense y músicos ambulantes. También se observan pequeñas reproducciones de viviendas, con corrales para la cría de aves, hornos, molinos, utensilios de cocina, vestimentas típicas y objetos de uso diario. En cambio, las paredes de las cámaras funerarias de los nobles y altos dignatarios de Chang'an reflejan motivos de otro tipo, referidos a la guerra, el culto religioso, los dioses y la vida ultraterrenal.

Chang'an bajo en Imperio Chino

Bajo las dinastías Sui y Tang, Chang'an se convirtió en uno de los grandes centros comerciales y culturales del mundo.

La vestimenta

En materia de vestimenta, los antiguos chinos mostraron un espíritu singular. Entre las clases altas predominaba el uso de la seda. Esta tela era utilizada en China ya en el siglo XXVII a.C., y su producción fue, un monopolio nacional durante siglos. Este material, especialmente adecuado para el clima de Asia oriental, de veranos húmedos, podía forrarse con pieles en los meses de invierno.

Tras el descubrimiento de la seda generada por la especie de gusano “Bombyx mori”, su uso se generalizó en todo el territorio. Según la tradición, Hsi Ling Shi, novia del emperador Huang Ti (conocido como el emperador amarillo), fue quien confeccionó la primera bobina. Para el siglo II a.C., la seda había despertado el interés en otras regiones y su comercio ya había llegado hasta el mar Mediterráneo.

Los escritos de Confucio del siglo VI a.C., incluyen referencias a las normas de vestir para, por ejemplo, recepciones oficiales o períodos de luto. Las primeras representaciones de vestidos chinos, de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), muestran trajes largos con mangas amplias y ceñidos en la cintura, así como chaquetas y pantalones para ambos sexos. Los colores oscuros eran los más frecuentes entre las castas nobles, sobre todo si se trataba de vestidos ceremoniales, mientras que los claros eran habituales entre la gente común. El estilo chino de trajes cortesanos llegó pronto a Corea y Japón, avalado por el prestigio de esta civilización.

El Hanfu fue la ropa tradicional usada por la dinastía Han

El Hanfu fue la ropa tradicional usada por la dinastía Han. Existe desde hace más de 3.000 años. Desde el mismo momento de su creación, el Hanfu estuvo relacionado con la seda. En el siglo XXI el Hanfu está viviendo un proceso de recuperación del estatus como el vestido tradicional representativo chino a través del llamado "movimiento Hanfu".

En general, los antiguos chinos se caracterizaron por confeccionar ropas esencialmente cómodas para la realización de cualquier actividad. Entre sus singularidades, destaca un tipo de diseño prácticamente similar tanto para hombres como para mujeres, con abundancia de pliegues de la tela para darle una serie de formas que se han mantenido vigentes durante toda su historia.

Tradicionalmente, los chinos tuvieron tres tipos de indumentaria tradicional: el “píen-fu”, el “chang­-pao” y el “shen-i”. El primero constituía un traje ceremonial compuesto por dos piezas; el segundo, un traje largo de una sola pieza que usaban tanto hombres como mujeres; y el último, una prenda intermedia entre los dos anteriores, ya que constaba de dos piezas, pero unidas en una sola.

Vestimenta de la cultura china

Casi todas las dinastías especificaron sus propias vestimentas, impregnando un sello cultural que las hace únicas entre la vasta gama de trajes tradicionales chinos.

Las celebraciones hogareñas

Las fiestas constituyeron una de las más ricas variedades recreativas de los chinos, quienes gustaban reunir en sus casas a sus parientes, amistades y vecinos. Generosamente obsequiados con comidas y vino de arroz, la reunión se amenizaba con la presencia de acróbatas y malabaristas, sin que faltasen los espectáculos de fuegos artificiales y linternas de papel.

La figura del anciano tuvo una especial importancia dentro del universo familiar chino, una característica que poco ha variado con el tiempo. Símbolo de equilibrio y sabiduría, su protagonismo en la toma de decisiones ha sido tradicionalmente central, por encima incluso de posiciones de poder económico. Durante las fiestas, las relaciones familiares se relajaban, abandonando ocasionalmente la rigidez habitual que las dominaba.

La alimentación

Desde los inicios mismos de la civilización china, el arte culinario estuvo relacionado con una particular visión de la vida y fue tema de reflexión para emperadores y filósofos. De hecho, Lao Tsé comparaba el arte de gobernar con el de cocinar un pescado. La alimentación estuvo siempre ligada al cultivo de arroz, el más importante a lo largo de los siglos y base excluyente de su menú.

Alimentación china

Rica en condimentos y especias, insustituibles más que acompañantes, la comida china guarda además los ritos del ceremonial, presentes sobre todo en los utensilios que, desde hace miles de años, utilizan en sus comidas.

La tradición señala una presentación de las comidas bajo códigos estrictos. El arroz considerado el plato principal, se servía en tazones individuales y se tomaba con palillos, al igual que todos los sólidos. Para las sopas, fundamentales en el menú chino, se utilizaba una cuchara especial de fondo plano, por lo general de porcelana. Las porciones eran pequeñas.

La mujer china

Como en tantas otras culturas, el rol de la mujer en la China antigua estuvo signado por una marcada desacreditación ante la figura masculina, tradicionalmente dominante. Así, tanto en las cortes imperiales como entre el pueblo llano, las féminas vieron anulados sus más elementales derechos, reduciéndose su existencia a la supervivencia y a la atención exclusiva del sexo opuesto. Ocupadas en las más diversas tareas hogareñas y la procreación, en ocasiones su participación en los cultos ceremoniales rompía la monotonía de su vida. Sólo una excepción en toda la historia local logró romper esta tradición: la emperatriz Wu Zetian.

De linaje real, Wu Zetian ingresó en el harén del emperador Taizong cuando tenía 13 años y más tarde pasó al del emperador Gaozong, con quien terminó casándose. Desde entonces su influencia fue notable. Luego de la muerte de su esposo, Wu reinó a través de sus hijos, Zhongzong y Ruizong. Finalmente se autoproclamó emperadora. Redujo el tamaño del ejército y reemplazó a los aristócratas del gobierno por especialistas. También redujo los impuestos, aumentó la producción agrícola, y fortaleció los trabajos públicos.

Representación de la emperatriz Wu, publicada alrededor de 1690.

Representación de la emperatriz Wu, publicada alrededor de 1690.

EL SIMBOLISMO DE LOS PIES: La deformación de los pies femeninos es una costumbre que posiblemente comenzó a practicarse durante la dinastía Song. Partía de la base de que los pies pequeños eran expresión de intimidad y sensualidad y se buscaba detener el crecimiento normal de los pies con un vendaje permanente desde el cuarto año de vida de las niñas.

El procedimiento incluía doblar hacia adentro, en forma de cuña, los ocho dedos menores, para ser inmediatamente vendados con la mayor fuerza posible. Las consecuencias de la deformación de los pies eran sumamente dolorosas, ya que los dedos más pequeños se quebraban y las plantas no tardaban en llagarse. La maniobra tardaba no menos de diez años y los pies detenían su crecimiento alrededor de los diez centímetros.

Pies vendados en la cultura china

Los pies vendados fueron considerados intensamente eróticos en la cultura china antigua y las mujeres con perfectos «pies de loto» tenían muchas probabilidades de conseguir un matrimonio.

LAS MUJERES DE LA CORTE: Tenían para los caballeros roles igualmente sumisos que las mujeres del pueblo. Entre sus tareas, por ejemplo, estaba la elaboración de la seda que se emplearía en las investiduras de las castas dirigentes.

EL ROL DE LA MUJER: Aislada de los asuntos políticos y públicos de la comunidad, la mujer en la antigua China se prodigaba exclusivamente en las tareas domésticas y en la procreación. La poligamia estaba permitida y la mujer podía ocupar en ese marco tanto el lugar de esposa como de concubina, aunque esta última tenía un estatus menor. Debía guardar, además, una estricta fidelidad a su hombre, incluso durante la viudez.

Detalle de la obra “Damas de la corte preparando paños de seda para el emperador Hui T Sung”

Detalle de la obra “Damas de la corte preparando paños de seda para el emperador Hui T Sung”, datada en el siglo XII, durante el reinado del citado emperador.

LA SUMISIÓN FEMENINA: En China existía una gran preferencia por el poder masculino. La mujer estaba subordinada a la figura masculina: su padre primero, luego el marido y finalmente su suegro. A la atención de éstos debía conducir sus mayores y mejores esfuerzos, sin esperar a cambio más que su manutención. Considerada un ser inferior, no recibía herencia, no tenía derecho a la propiedad y no participaba de los arreglos matrimoniales.

Peinado mujer china

El peinado de las mujeres guardaba el sello característico del corte y el arreglo simétrico, con la frente completamente despejada.

Referencia:
COBOS PINZÓN, F. A. (2010). Hipertexto Sociales 6. Editorial Santillana S.A.
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. Antigua China. Editorial Sol 90.

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