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Egipto: El calendario

Río Nilo, el calendario egipcio.

El nivel de las crecidas del Nilo no solo servía para estimar la amplitud de los terrenos cultivables, y por lo tanto calcular las rentas y los impuestos, sino que marcaba la alternancia de las estaciones y los ritmos de la vida de los egipcios. Por todo ello, el río se convirtió en la base del primer calendario egipcio, que surgió a principios del III milenio a.C. y fue el primer calendario solar conocido de la Historia.

El calendario egipcio estaba dividido en tres estaciones: akhet, el tiempo de la crecida de las aguas (que iba desde mediados de julio hasta finales de octubre); peret, el Fresco, o sea la reaparición de la tierra bajo las aguas, que era la estación de la siembra (desde finales de octubre a finales de febrero); y por último shemu, el Calor, la estación de la cosecha (desde marzo a los primeros días de julio).

Estaciones según el Nilo

Tres estaciones de cuatro meses cada una que hacían un cómputo de 360 días, a los que se les añadían cinco más llamados “epagómenos” y que se dedicaban a la celebración del nacimiento de las divinidades egipcias (Osiris, Horus, Seth, Neftis e Isis). Estos días quedaban fuera del tiempo cronológico normal, y estaban reservados a la meditación en torno a la creación del mundo. En el conjunto de fórmulas rituales escritas entre las dinastías V y VIII, conocido como los “Textos de las pirámides”, ya aparecen mencionados los días epagómenos.

Restos de la pirámide de Unis en Saqqara, donde fueron grabados los primeros “Textos de las Pirámides”.

Restos de la pirámide de Unis en Saqqara, donde fueron grabados los primeros “Textos de las Pirámides”.

El día 15 del segundo mes de crecida de las aguas, que corresponde (en el calendario gregoriano) al mes de septiembre, se iniciaba la Fiesta de Opet, que duraba once jornadas. Durante este tiempo, que era cuando las aguas del Nilo alcanzaban su máximo caudal y permitían el viaje en la barca sagrada, se sacaba del templo de Karnak a la tríada tebana (las estatuas de Amón, su esposa Mut y su hijo Jonsu) para llevarla por el Nilo hasta el templo de Luxar. El pueblo, que no podía acceder al templo, aprovechaba la ocasión para adorar a las divinidades durante el trayecto.

Ilustración sobre la Fiesta de Opet

Ilustración sobre la Fiesta de Opet

El año nuevo se celebraba tras el orto helíaco de una estrella de referencia, es decir, en el primer día en el que esa estrella era visible a simple vista en el momento de salir el Sol. La estrella de referencia no era siempre la misma, sino que estaba en función del período histórico. A partir del 2100 a.C., por ejemplo, fue el turno de Sirio, la estrella dedicada a la divinidad Sothis.

Orto helíaco de Sirio

Inicialmente el orto helíaco de Sirio coincidía con el solsticio de verano y el comienzo de las inundaciones. Sirio relumbrando fugazmente, antes del amanecer, precediendo la salida del Sol y el río desbordándose, devolviendo la vida a la tierra reseca, era para los egipcios una manifestación divina.

Como el calendario egipcio no tenía en cuenta el desfase de seis horas del año solar astronómico (corregido en el calendario gregoriano con la inclusión de un día más cada cuatro años, “los años bisiestos”), cada cuatro años perdía un día, por lo que se trataba de un “calendario errante” (o “annus vagus”) en el que los fenómenos estelares vagaban a lo largo del calendario.

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua