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Egipto: Thutmosis III

Bajorrelieve de Tutmosis III dominando a sus enemigos. Templo de Karnak.

Buena muestra de la firme personalidad de Hatshepsut (la reina con barba) es que consiguiera mantener en la sombra durante tantos años a su hijastro Thutmosis III, que una vez hubo accedido al trono demostró ser uno de los faraones más enérgicos y gloriosos de la historia egipcia. Hijo del faraón Thutmosis II y de una esposa secundaria, Iset, rigió la suerte del reino durante cincuenta y tres años. Bajo su mandato, el imperio alcanzó la mayor expansión territorial, desde el Éufrates en Mesopotamia hasta la cuarta catarata en Nubia.

Mapa de Egipto bajo Thutmosis III

Mapa de Egipto bajo Thutmosis III

Los primeros veintidós años del reinado de Thutmosis III fueron de gobierno compartido con su madrastra, quien seguía contando con el apoyo de la poderosa clase sacerdotal tebana, que rendía culto al dios Amón. Thutmosis III aprovechó esta fase de corregencia para perfeccionar sus conocimientos de estrategia militar, que a la postre se demostrarían fundamentales en las operaciones de conquista que dirigiría dos años más tarde. Fue un formidable organizador y reordenó el ejército. Con este ejército remozado conquistó los territorios sirio­palestinos, con el objeto de frenar el expansionismo del reino de Mitanni.

En la campaña para dominar la zona del Creciente Fértil destaca la batalla de Megido (c. 1470 a.C.), ciudad cercana a Nazaret, donde los egipcios se enfrentaron a una coalición de 300 príncipes cananeos encabezados por el rey de Qadesh. Las tropas de Thutmosis III se hicieron con la victoria y las fuerzas cananeas se refugiaron en la ciudad de Megido, que tras siete meses de sitio se rindió.

“Carros egipcios atacando a la infantería cananea”. Autor Giuseppe Rava. La batalla de Megido.

“Carros egipcios atacando a la infantería cananea”. Autor Giuseppe Rava. La batalla de Megido es la primera batalla registrada de la historia. Todas las campañas militares realizadas por Thutmosis III en la franja siropalestina (14 como mínimo), están narradas detalladamente en los muros del santuario de Amón en el templo de Karnak.

De esta manera se abría finalmente la puerta de entrada a los territorios mesopotámicos. Los nuevos dominios no se incorporaron al reino egipcio, sino que su gestión y gobierno fue confiado a príncipes aliados, una prueba más de que el objetivo último no era tanto la expansión de Egipto, sino detener el avance del reino Mitanni.

Pero este rey no fue solo un hombre de armas, sino que también fue responsable de la construcción de numerosos templos en Tebas y de la reorganización interna del reino. En el terreno de la política interna, una de las decisiones más importantes de su reinado fue la de incrementar aún más el poder económico de los sacerdotes de Amón en Karnak, ya que les hizo entrega no solo de una parte importante del botín de las campañas militares, sino también de tres provincias asiáticas. A la larga, la decisión demostraría ser un grave error político, pues sin saberlo estaba sembrando la semilla de la crisis que acabaría con el Reino Nuevo.

Estatua oferente del faraón Thutmosis III. Museo de El Cairo.

Estatua oferente del faraón Thutmosis III. Museo de El Cairo.

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua