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Civilización China: Religiones

Religiones de China: Budismo, taoísmo y confucianismo.

El budismo

Se trata de la religión más importante de China, aunque paradójicamente su origen no es local. En efecto, el budismo se originó en la India, de donde fue oriundo el Buda Siddhartha Gautama. El Buda nació en Lumbini, en el reino de Kapilavat-thu, en territorio del actual Nepal. Según señala la tradición, su padre era el rey del clan de los Ackya y escogió para su hijo el nombre de Siddhartha, que significa “aquél que alcanza lo que se propone”.

Una profecía había señalado que el niño tendría un venturoso destino de gran gobernante o sacerdote, por lo que su padre lo rodeó de los mayores cuidados y lujos, al grado que creció casi sin conocer otra vida que no fuera la palaciega. A los 16 años se arregló su matrimonio con su prima Yasodhara, quien le daría un hijo: Rahula.

Siddhartha Gautama

El príncipe Siddhartha con su tía materna la reina Majaprajapati Gotami. Primer sermón de Siddhartha Gautama como Buda en el “Parque de los Ciervos” en Sarnath, India.

Según la tradición, Siddhartha logró evadir las precauciones tomadas por su padre y una vez fuera del palacio tuvo cuatro encuentros que le harían modificar su vida. Los encuentros fueron con un anciano, un enfermo, un cadáver y un asceta, realidades que por primera vez se le presentaban. Entonces, y tras una profunda crisis personal generada por esos cuatro descubrimientos, decidió iniciar una búsqueda intima para dilucidar el problema del sufrimiento.

Así se unió al movimiento hindú de los sramanas, o “vagabundos religiosos mendicantes” renunciando a su acomodada vida social. Tenía 29 años. El Buda moriría entre los años 410 y 400 a.C., a los 80 años.

Buda no designó un sucesor, y sus enseñanzas quedaron en manos de un grupo de quinientos de sus discípulos denominados Arahants (iluminados), quienes, presididos por el monje Maha-Kassapa celebraron el Primer Concilio Budista. En este concilio se agruparon las enseñanzas de Buda en tres canastas: la canasta de las reglas de disciplina (reglas de los monjes); la canasta de los discursos (discursos del Buda), y la canasta del Abhidhamma (enseñanzas filosóficas). Tras este proceso, el pensamiento y la práctica budista ingresarían en China.

El “dharmachakra” o rueda del dharma y el “molino de plegarias”

El “dharmachakra” o rueda del dharma es el símbolo del budismo. El “molino de plegarias” es el instrumento ritual por excelencia del budismo.

El empujón originario para la introducción del budismo en China lo generó la dinastía Han, uno de cuyos emperadores envió, en el año 68, emisarios a la India para que recabasen toda la información posible sobre el Buda y sus máximas. Fue así que al regreso de la comitiva la dinastía Han acuñó algunos de sus textos más importantes, los que fueron rápidamente traducidos para su difusión local. A la vez, se mandó construir el llamado Templo del Caballo Blanco en las cercanías de la capital imperial, Luoyang, que se convertiría en el centro de divulgación y estudio de los textos sagrados más importantes.

En el curso de los siguientes cuatro siglos el budismo fue dispersándose en el territorio chino. Con la fundación en el año 652 de la Gran Pagoda de la Oca para conservar las escrituras budistas, se inicia en China un proceso sistemático de traducción y reflexión sobre las enseñanzas de esta religión. Cursa por entonces la dinastía Tang y el budismo se convierte en un aspecto central de la vida y la cultura chinas. También China se convierte en el santuario al que acuden seguidores y discípulos de todo el Oriente, especialmente Japón y Corea. Así, paulatinamente, las doctrinas de Buda se convierten en religión con la anuencia de algunos emperadores. En tanto el budismo adquirió prestigio entre las mayorías, se intentó poner límite a su prédica.

El Buda Tian Tan

El Buda Tian Tan

EL GRAN BUDA SENTADO: El Buda Tian Tan es la estatua de bronce de un Buda sentado a la intemperie más grande del mundo. Está situada en la cumbre de un cerro de unos mil metros en Ngong Ping, isla de Lantau, en Hong Kong, junto al monasterio Po Lin, principal centro budista de la ciudad. Simbólicamente, representa la armoniosa relación entre el hombre y la naturaleza. Millones de fieles y turistas lo visitan cada año.

GRAN PAGODA DE LA OCA: Situada en el interior del Monasterio de la Gracia, la Gran Pagoda de la Oca fue construida en el año 648 por orden del emperador Gao Zong, de la dinastía Tang, para conservar en ella los 657 volúmenes de escrituras budistas que el monje Xuan Zhuang trajo tras su viaje a la India. Por entonces, se convirtió en el más importante centro de traducción y reflexión del budismo de la época. Muy cerca de ella, en el año 709, fue levantada la Pequeña Pagoda de la Oca, dentro del templo Jianfu. Se dice que los nombres de estas pagodas hacen referencia a las dos escuelas del budismo, conocidas como del Gran Vehículo y Pequeño Vehículo.

Gran Pagoda de la Oca

Gran Pagoda de la Oca ubicada al sur de la ciudad de Xi'an en la República Popular China

El confucianismo

Confucio nació en el año 551 a.C. en Qufu, país de Lu, actual provincia de Shandong, China. Si bien su familia, el clan de los Kong, era de terratenientes nobles, al morir el padre, quedaron en la pobreza. De joven Confucio trabajó en la administración de los graneros estatales de su país e incluso alcanzó el rango de ministro de Justicia, pero desavenencias con el príncipe, lo alejaron de la función pública. Tenía 50 años cuando comenzó a predicar, y tras 22 años de exclusiva dedicación, falleció en 479 d.C.

Confucio en chino significa literalmente “Maestro Kong”, el que, en su forma latinizada devino en Confucius, adoptado por los jesuitas. La prédica de Confucio no fue bien vista por las clases dirigentes, celosas de ser cuestionadas en su poder. No obstante, no tardaron en adoptar sus preceptos del buen príncipe, que debía ser seguido por los súbditos. Con la dinastía Han, su obra fue reivindicada y difundida por las cortes imperiales.

Fresco que representa a Confucio

Fresco que representa a Confucio, encontrado en una tumba de un antiguo jardín residencial en Dongping, provincia de Shandong, China.

Considerado uno de los Cinco Santos de las Cinco Grandes Religiones, las enseñanzas de Confucio se han difundido gracias a sus discípulos, que las reunieron en las llamadas Analectas, que significa “discusiones sobre las palabras”. Las mismas, incluyen una manifiesta práctica de las buenas conductas en la vida y el buen gobierno del Estado, lo que se alcanzaría haciendo un culto de la caridad, la justicia, el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación.

Entre estas máximas, Confucio incluyó, además, el respeto a la jerarquía, lo que sería aprovechado por las clases dirigentes para acreditarse un dominio legítimo sobre las clases mayoritarias. Entre las virtudes humanas que Confucio destaca se encuentran la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores. En términos sociales y políticos, la filosofía de Confucio implicaba una sumisión al emperador, quien debía propender a las relaciones armónicas entre todos los sectores de la sociedad.

Símbolos del confucianismo

El confucianismo no tiene símbolo oficial. Sin embargo, el símbolo chino del agua “Shui” suele ser utilizado, ya que representa la vida misma. También se utiliza la forma de la campana de badajo, en base a las Analectas de Confucio, donde dice: “El cielo instruirá al maestro como una campana de badajo de madera para despertar a todos al Camino”.

Confucio predicó su filosofía y moral legando una influencia que no ha perdido actualidad. Su escuela, que fue adoptada por igual por los grandes sectores de la comunidad china, se basa en el desarrollo de las virtudes humanas en busca de la perfección, que Confucio estableció junto a una serie de normas para alcanzarla. La buena conducta en la vida, el buen gobierno del estado y la armonía entre los individuos constituyen objetivos alcanzables merced al cuidado de la tradición, el estudio y la meditación.

UN SEMBRADOR DE ENSEÑANZAS: Confucio viajaba permanentemente, asentándose en plazas y jardines donde proclamaba sus máximas. Entonces era rodeado de algunos pocos seguidores que tomaban como propias sus palabras. Posteriormente reunió a un grupo de discípulos de distintos principados para formarlos en lo que él consideraba el buen gobierno.

Ilustración de Confucio impartiendo sus enseñanzas.

Ilustración de Confucio impartiendo sus enseñanzas

EL TEMPLO DE QUFU: Con el desarrollo del confucianismo y su adopción por parte de las cortes imperiales, se construyeron numerosos templos. Entre ellos se destaca el de Qufu, levantado un año después de la muerte de Confucio. El mismo tiene nueve patios y 466 piezas, tres palacios, una torre, una terraza, dos filas de casas laterales, dos estudios, dos salones y 54 puertas y pórticos de honor. El templo alberga numerosas esculturas, estelas y grabados con las máximas de Confucio.

Templo de Confucio en Qufu

El Templo de Confucio en Qufu, provincia de Shandong, China, es el templo “original” más amplio y conocido de Asia Oriental.

El taoísmo

La existencia histórica de Lao Zi o Lao Tse, autor del Tao Te Ching, ha despertado polémicas y fundado leyendas. Según la tradición, nació a la sombra de un ciruelo en Ku, en la provincia de Henan, durante los últimos años del Período de Primaveras y Otoños. La leyenda señala que su gestación se prolongó 81 años y que al nacer tenía la apariencia de un anciano. Contemporáneo de Confucio, trabajó en la Biblioteca Imperial Zhou, donde encontró y mantuvo discusiones con aquél sobre las prácticas rituales. Posteriormente, Lao Tse renunció a su trabajo y se marchó.

La leyenda sostiene que tomó rumbo oeste montando sobre un búfalo de agua, y que al llegar al paso de Shang­gu, un guardia que lo reconoció le suplicó que se quedara en su casa para que pudiera escribir sus enseñanzas. Lao Tse aceptó y entonces se dedicó durante todo un año a redactar su obra capital. a la que le confirió 81 capítulos, uno por cada año de su gestación. Concluida su obra, emprendió nuevamente la marcha, según parece hacia el llamado país de los bárbaros, y jamás volvió a saberse de él. Su Tao Te Ching, o Camino del Tao, desde entonces se convertirá en una guía espiritual de enorme trascendencia en la historia del pensamiento chino.

Lao Tse

Lao Tse

Se acepta que el taoísmo constituye la única religión originada en el medio local. No obstante, no nació como religión, sino como un complejo sistema filosófico desarrollado por Lao Tse y su discípulo Xunzi. En sus orígenes el taoísmo resultó una filosofía exploratoria del culto a la Naturaleza, propugnando la integración armónica del hombre con aquélla. Con el paso de los siglos, la filosofía no bastó para satisfacer los deseos de la gente de creer en un dios, y gradualmente se fue convirtiendo en una religión, de la que se aprovecharon también algunos astutos, que tras deificar a Lao Tse, y a otros personajes legendarios, comenzaron a erigir templos y ofrecer servicios religiosos a la población.

Los templos taoístas, en general, no han aguantado esa transformación del taoísmo de filosofía a religión. De hecho, los auténticos monjes taoístas no viven en los templos, sino haciendo vida de eremitas en las montañas.

Montes Wudang

Los Montes Wudang en la provincia de Hubei, en China, son el núcleo de templos taoístas donde viven maestros distinguidos del taoísmo y de la medicina tradicional china.

El taoísmo se basa en la existencia de tres fuerzas rectoras: una positiva, otra negativa y una conciliadora. Las dos primeras sintetizan el concepto el Yin y el Yang, en el que todo elemento del universo tiene su oposición complementaria. La tercera fuerza es el Tao, o fuerza superior que las contiene. Reivindica máximas como no matar, no beber alcohol, no mentir, no robar y no cometer adulterio, para alcanzar la “plena armonía espiritual”, concepto que a veces es asociado con la verdadera inmortalidad.

ENSEÑANZAS: Entre sus máximas, Lao Tse señala que los fines pueden alcanzarse respetando las formas en que las cosas espontáneamente crecen, se desarrollan y decrecen, evitando la violencia de una intervención forzada. Además, era contrario al exceso de leyes y reglas que hacen difícil el manejo de la sociedad.

EL YIN Y EL YANG: Constituye el concepto filosófico de la dualidad de todo lo existente en el universo. Según este concepto, en todos los objetos y pensamientos existen dos fuerzas fundamentales, opuestas y a la vez complementarias. De esta manera, nada existe en estado puro ni en quietud, sino en permanente transformación. Suele representarse mediante un símbolo llamado taijitu, que en su forma más conocida está dividido por una línea sinuosa que representa el equilibrio dinámico entre los dos conceptos y su continua transformación.

Taijitu y dào

Taijitu, símbolo del taoísmo. Sinograma de la palabra dào, literalmente “camino”.

EL YANG: La parte clara corresponde al Yang. También al sur y al oeste.

EL YIN: La parte oscura, tradicionalmente de color negro, corresponde al Yin. Aplicado a las direcciones, el Yin es el norte y el este.

Los puntos de distinto color simbolizan la presencia del contrario en cada uno de los dos conceptos. Los contrarios coexisten y no pueden existir el uno sin el otro. El día, por ejemplo, no puede existir sin la noche. Este juego de representaciones se aplica a todo tipo de dualidades: mente-cuerpo; hombre-mujer y bien-mal, entre otras.

LOS OCHO INMORTALES: Aparecidos en las creencias populares en el siglo XIII, constituyen ocho deidades taoístas que representan diversos tipos humanos: 1) a los militares; 2) a los burócratas; 3) a los enfermos y heridos; 4) a los sabios; 5) a la nobleza; 6) a los ancianos; 7) a los pobres; y 8) a las doncellas.

Los Ocho Inmortales cruzando el mar, en “Mitos y leyendas de China” (1922), de E. T. C. Werner.

Referencia:
Gimeno, D. (2008). Antigua China. Grandes Civilizaciones de la Historia. Editorial Sol 90.

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