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Egipto: El faraón

Corona doble del faraón del Alto y Bajo Egipto

El uso de la palabra “faraón” es un término completamente anacrónico para buena parte de la historia del Antiguo Egipto. En realidad, se empleó para designar al soberano a partir de Thutmosis III (XVIII Dinastía), y no fue hasta la XXII Dinastía (hacia el año 900 a.C.) cuando se convirtió en un título que antecedía al nombre. A los soberanos anteriores se les llamó “señor de Las Dos Tierras” o “rey del Alto y del Bajo Egipto”. En egipcio, per-a'a significaba “gran casa”, en referencia, por tanto, a aquel que estaba en el palacio. El término pasó al hebreo como par'ooh y, de aquí, al griego pharaò, de donde procede (previo paso por el latín pharao) la palabra “faraón”.

Símbolos del faraón

Símbolos del faraón. La barba postiza era utilizada por los faraones en las grandes ocasiones por su identificación con Osiris.

Considerado como la personificación de los dioses en la tierra, el faraón se erige en la figura central en torno a la cual gira la historia del Antiguo Egipto. Como intermediario entre la divinidad y el pueblo, el faraón cumplió la misión de asegurar el orden y la armonía del cosmos, que de otra forma habría degenerado en el caos.

Comandante supremo del ejército, era además la única autoridad religiosa, aunque delegaba parte de su potestad en la clase sacerdotal para la realización de los ritos religiosos. Como encarnación de la diosa Ma'at, era también el único legislador con poder para promulgar decretos y leyes. El mismo faraón afirmaba reinar a través de la diosa (muchos de ellos incluyen entre sus nombres el de Meri Ma'at, que literalmente significa “amado por Ma'at”) y los jueces egipcios se benefician de sus sacerdotes.

Representación de Ma'at como diosa alada

Representación de Ma'at como diosa alada

La diosa Ma'at, que simbolizaba el orden cósmico, la verdad y la justicia, encarnaba el equilibrio entre los contrastes y contradicciones de la vida, entre el Alto y el Bajo Egipto, entre el fértil valle y el desierto, entre el bien y el mal Se la representaba como una mujer con alas y una pluma en la cabeza, que la diosa utilizaba en el pesaje de las almas tras la muerte, que se realizaba en una balanza en presencia de Osiris, dios de los muertos.

Durante el juicio en el más allá, la pluma se colocaba en uno de los platos de la balanza, mientras que en el otro reposaba el corazón del difunto. Si el corazón pesaba más que la pluma, la sentencia era negativa: entonces, el terrible monstruo híbrido Ammit, con cabeza de cocodrilo y cuerpo de dos animales (león en la mitad anterior e hipopótamo en la posterior) devoraba el corazón del difunto, que moría para siempre.

La pluma de Ma'at

Anubis extraía el corazón y lo depositaba en una balanza, del otro lado estaba la pluma de Ma'at diosa de la justicia.

En caso contrario, si el corazón pesaba igual o menos que la pluma, el difunto era perdonado y podía disfrutar de la vida eterna en un paraíso. En numerosos sarcófagos egipcios se encuentran representaciones de la diosa, como símbolo de protección para el alma del difunto. Los egipcios creían que sin la acción ordenadora de Ma'at el mundo no habría sido creado, y que por tanto aún persistiría el caos primigenio.

Referencia:
Emse Edapp, SL (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones . Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua