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Egipto: La biblioteca de Alejandría

La biblioteca de Alejandría

La dinastía ptolemaica trasladó la capitalidad del reino a Alejandría, la ciudad que había sido fundada por el gran conquistador Alejandro Magno. Durante tres siglos, Alejandría fue una de las ciudades más ricas, pobladas, cultas y cosmopolitas de su tiempo, y se convirtió en el símbolo de la civilización helenística.

Integrado en el complejo del Palacio Real de Alejandría, el Museo (literalmente, “lugar sagrado de las musas”) representó la máxima institución cultural del mundo helenístico, en la que Ptolomeo I reunió a los principales sabios del mundo griego con el objetivo de compilar y catalogar todo el conocimiento.

Palacio Real de los Ptolomeos en Alejandría

Palacio Real de los Ptolomeos en Alejandría

En la biblioteca del Museo, la instalación más destacada de cuantas lo componían, se custodiaban y copiaban todos los textos que el gobierno adquiría (incluso con procedimientos poco ortodoxos, como el simple robo), con lo que se contribuía de forma decisiva a la conservación de la literatura de la Antigüedad y a la traducción de textos fundamentales de otras culturas (entre los que se cuenta el Antiguo Testamento judío, en la famosa traducción al griego de los Setenta). Los estudiosos se distribuían entre las diez estancias dedicadas a la investigación, en cada una de las cuales se trataba una disciplina diferente.

Un superintendente nombrado por el rey era el encargado de gestionar la biblioteca. El primero en ocupar el cargo fue el filólogo Zenódoto de Éfeso, que además de coordinar los trabajos antes expuestos, dirigía al grupo de estudiosos encargados de redactar ediciones críticas de las obras fundamentales.

Biblioteca de Alejandría

Según las fuentes, la biblioteca de Alejandría llegó a albergar más de 900.000 manuscritos.

Entre las grandes figuras relacionadas con la biblioteca de Alejandría destaca Euclides, que reunió y presentó de una forma axiomática en su obra Los Elementos los conocimientos de matemática (aritmética y geometría) de este período. También estuvieron vinculados a la biblioteca el médico Herófilo de Calcedonia, fundador de la medicina experimental, y Eratóstenes, recordado por haber conseguido medir la longitud del meridiano terrestre con un margen de error muy pequeño.

El destino final de la biblioteca de Alejandría sigue siendo hoy en día un misterio sin resolver. Algunos historiadores sostienen que fue destruida por las llamas, cuando el incendio provocado por Julio César para eliminar la flota egipcia de Cleopatra se propagó a los edificios cercanos. La mayor parte de los estudiosos, sin embargo, atribuyen la desaparición al patriarca de Alejandría (ya cristiana) Teófilo, que habría guiado personalmente a un grupo de fanáticos en pos de su total destrucción, pues para la comunidad cristiana simbolizaba el saber pagano.

Ruinas actuales de la biblioteca de Alejandría

Ruinas actuales de la biblioteca de Alejandría

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua