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Nerón

Busto de Nerón, Moscú.
Busto de Nerón, Moscú.

Lucio Domicio Enobardo (37-68), característico por su crueldad, su cinismo, su infantil pero diabólica ingenuidad, el emperador romano Nerón ha pasado a la historia debido a los sucesos ocurridos durante su gobierno, que hicieron retumbar a toda Roma y hasta cruzaron fronteras para convertirlo en el más siniestro.

Nació en Anzio (Italia) el 15 de diciembre de 37 y su madre Agripina, hermana del emperador Calígula y sobrina de Claudio, lo bautizó con el nombre de Lucio Domicio Enobarbo. Cneo Domicio fue su padre, un destacado miembro del Senado, además de pasar a la historia como el primer esposo de los tres que tuvo Agripina. Los primeros años de su vida transcurrieron bajo la tutela de su madre, y fue educado por un bailarín y un peluquero, ambos homosexuales, que seguramente no pudieron darle al infante la educación que se merecía por su alcurnia. Desde un comienzo las intenciones de Agripina, fueron convertirlo algún día en emperador de Roma. Para lograrlo, consiguió que el gobernante de entonces, Claudio, lo adoptara legalmente al momento de casarse con ella, quien era al mismo tiempo su sobrina.

La muerte de Claudio

Agripina se dio mañas  para conseguir que una conocida hechicera preparara un veneno, y trazó un diabólico plan para administrarselo a Claudio. Fue así como gracias a la complicidad de uno de los criados del emperador logró que entre los hongos, que era el plato favorito de Claudio, se aplicara el fatal tóxico. A pesar de que los platos del gobernante eran previamente ingeridos por un esclavo, el inocente Claudio fue engañado por medio de una sutil artimaña, y luego de intensos dolores, murió. la astuta Agripina hizo creer a los asistentes, basandose en la embriaguez del emperador, que éste había perdido el sentido. Llevado a sus aposentos, su muerte fue anunciada sólo al tercer día, pues los oráculos habían predicho a Agripina que antes no era el momento propicio para su hijo Nerón.

Nerón coronado emperador

Áureo con la efigie de Nerón.
Era costumbre que los emperadores emitieran monedas con sus imágenes. Aquí Áureo con la efigie de Nerón.

Agripina envenenó a Claudio en el año 54, y desconociendo el derecho del sucesor legítimo, hizo coronar a Nerón como emperador, el 13 de octubre del 54, cuando sólo contaba con 16 años de edad, siendo muy joven aún. Enterado por su madre del destino que le esperaba, aceptó de mala gana el poder que se le ofrecía. Digamos de una vez que Nerón jamás tuvo interes por la dignidad imperial; él deseaba llegar a ser escultor, pintor o cantante, pero emperador de los romanos, nunca, y menos aún siendo tan joven. Llegados al palacio imperial, y previos arreglos de Agripina y sus seguidores, Nerón fue aclamado por todo el populacho presente. "¡Ave Nerón!", "¡Ave Cesar!", eran los vitóres que se escuchaban por doquier. Hasta ese momento, el imperio jamás había sido gobernado por un adolescente. Nerón pronunció su alocución tal como se lo habían señalado.

Asesinato de Agripina

Como buen hijo, Nerón adquirió los habitos y vicios de su madre; tan pronto se dio cuenta del poder que tenía en sus manos, el nuevo emperador se distinguió por los abusos con sus semejantes. Queriendo hacer uso desaforado de su independencia, captó que Agripina, su madre, era un estorbo para llevar la corona imperial a su antojo. Así pues, sólo había una salida: eliminarla. Los dos primeros planes fracaaron pero a la tercera vez, nada pudo quien tanto había hecho por Nerón. Sus esbirros fueron hasta el lugar donde se hallaba, y adivinando ella sus intenciones se levantó la túnica y exclamó: "¡Dale al vientre!". El verdugo sólo se limitó a obedecer dicha orden. Cuando llegó Nerón, miró a su madre y con el rostro compungido y llanto lastimero se quedó junto al cadáver por varias horas.

Su vida amorosa

Casado en el año 53 con su hermanastra Octavia, tal matrimonio nunca llegó a consumarse, ella terminaría asesinada años después por orden del emperador, el 9 de junio de 62. Acte fue una liberta a quien Nerón amó con mucha intensidad; tanta que por su causa, el emperador decidió asesinar a Agripina. Nerón se casó con Popea la única que le dio herederos; en el año 63 nació una niña, Augusta, pero murió al tercer mes de edad. Dos años después, cuando Popea se acercaba a los treita años de edad, resultó otra vez embarazada. Pero en cierta ocasión, en un arranque de celos endemoniados, Nerón la pateó. A consecuencia del infame castigo, Popea murió, y con ella el posible sucesor por línea directa de Nerón. Vendría luego el matrimonio con Mesalina en el año 66, y fue ella quien lo acompañó en una gira artística.

Relato del biógrafo Philipp Vanderberg sobre Nerón: 

“A pesar de sus apasionadas relaciones amorosas con las mujeres, en particular con Acte, Nerón fue toda su vida un bisexual. En la antigua Roma, la homosexualidad no se consideraba como perversión o de mala reputación. Por el contrario, se la tenía por muestra de refinamiento: los romanos la adoptaron de los griegos, que también en este sentido fueron modelos para ellos. Ninguno de los antecesores de Nerón estuvo exento de inclinaciones homo y bisexuales. Esto se aplica tanto a César y a Augusto como a Tiberio, Calígula y Claudio. Más aún, Augusto y Tiberio fueron partidarios de la pederastia, y los niños impúberes servían a sus apetitos. En nuestra época cuesta entender el empeño de legitimar estos fenómenos con ayuda de la filosofía. (...) Al reconocido homosexual Esporo, Nerón lo tomó como compañero de lecho luego de la muerte de Popea. Un magnífico cortejo integrado por vírgenes de honor condujo al amado a palacio, donde Nerón le impuso el rojo velo nupcial y —como informa Suetonio— consumó con él una solemne ceremonia. Presumiblemente, ambos vivieron como marido y mujer y cambiaban tiernos besos aún en público”.

Esporo era un reconocido homosexual entre el pueblo romano. Nerón hizo que lo castraran y practicaran una transformación de sus genitales: luego lo obligó a vestir con ropas de mujer, y paseaba con él, ante la mirada atónita de los romanos, en una litera, cual si anduviese con la emperatriz. Esporo cumplió todos los requerimientos amorosos del emperador, hasta la muerte de éste. Las perversiones de Nerón decepcionaron a muchos romanos, quienes comenzaron a pregonar un estribillo que decía así: «Hubiera sido una bendición para la humanidad que Domicio, padre de Nerón, tuviera una esposa como la de su hijo».

Su gobierno

Nerón ordenó construir el circo, donde el pueblo romano se extasiaba viendo morir a gladiadores día tras día. El pueblo quedaba satisfecho sólo cundo un gladiador mataba a otro, o a su vez perecía bajo las garras de un tigre o de un león. Nació en aquella época la conocida frase "Pan y circo", para apaciguar las masas.

Gran incendio de Roma
Gran incendio de Roma.

En julio del año 64, durante cinco días,  un voraz incendio destruyó la mayor parte de Roma, pero Nerón se salvó de la acusación de ser el culpable por encontrarse en la localidad de Anzio, lejos de la capital en ese momento. De los 14 distritos de la ciudad, 4 resultaron arrasados y 7 dañados. Los ojos de Nerón y del pueblo romano se dirigieron hacia las comunidades cristianas que por entonces estaban tomando en la ciudad un auge considerable.

Poco tiempo hacia que los evangelizadores de la doctrina cristiana recorrían las calles de la ciudad y se reunían en catatumbas para enseñar la palabra de Dios. Los conversos crecían día a día, hasta el punto que comenzaron a ser tomados como gente peligrosa, razón por la cual sus prédicas siempre se hacían a espaldas de las autoridades romanas. Al frente de todos los cristianos se hallaban los apóstoles de Jesús Pedro y Pablo, y tanto judios como seguidores de la palabra de Cristo rechazaban el politeísmo de la religión romana oficial. Nerón y todas las autoridades comprendían que si los cristianos llegaban a tener éxito, ello conduiría a la aniquilación no sólo de su religión sino del poder que tenían sobre el pueblo. A raíz del incendio, Pedro y Pablo fueron detenidos y acusados de ser directos culpables.

En el año 67, en el Circo Vaticano de Roma, tiene lugar el martirio y muerte de Pedro, quien pidió ser crucificado cabeza abajo por no considerarse digno de morir del mismo modo que Jesús. Es sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y a principios del siglo IV el emperador Constantino mandará construir sobre su tumba la gran basílica vaticana.

Crucifixión de San Pedro
Crucifixión de San Pedro. Filippino Lippi.

La muerte de Nerón

Mientras se realizaba una campaña bélica en las Galias al mando del general Galba, Nerón se dedica a tocar su lira. Sin embargo, la situación llegó a tal extremo que, poco a poco, y sin él percibirlo, senadores, soldados y el mismo pueblo comenzaron a ver a Nerón como un ser incapaz de dirigir los destinos del imperio.

En cierta ocasión que regresaba a su palacio, Nerón se percató de que el servicio y los soldados de guardia lo habían dejado solo. Suponiendo acertadamente lo que le esperaba, llamó a sus libertos, pero ninguno hizo caso a sus solicitudes. Decidió entonces quitarse él mismo la vida, antes de morir a manos de alguno de los adeptos de Galba. Incapaz al comienzo de clavarse un puñal en la garganta, desesperado buscaba que alguien lo ayudara a cumplir su cometido. Al fin, por manos de su esclavo Epafrodito, pudo clavarse el cuchillo. Y cuando llegaron los soldados de Galba, uno de ellos trató de detener la sangre que manaba del cuello del emperador. Pero no era por lealtad: el Senado deseaba que llevaran a Nerón con vida para juzgarlo según las leyes vigentes. Con la muerte de Nerón, el 9 de junio de 68, llegó a su fin fue la dinastía Julio-Claudia, aquella que habían fundado los dos golpistas más famosos de la historia de Roma: Julio César y Augusto.

Muerte de Nerón
Muerte de Nerón.

Galba fue proclamado Emperador por decisión del Senado el 8 de junio del año 68. Galba lo sucedió en el trono, pero le correspondió una dura tarea: volver a construir lo que había destruido Nerón, aparte de que los mejores días de gloria del Imperio romano estaban por concluir. Un soldado de nombre Camurius, terminó con la vida de Galba el 15 de enero de 69, asesinándolo en el Foro. Galba, y los tres emperadores que le sucedieron: Otón, Vitelio y Vespasiano, darían lugar al nombre de “El año de los cuatro emperadores” ya que todos ellos se sucedieron en el año 69, en lapsos muy cortos de tiempo. Entre la conversión al cristianismo y el asedio de los bárbaros. Roma conocería muy pronto la humillación de la decadencia.

Referencia:
Congrains Martín, E. (1989). Vida y Obra de Reyes y Emperadores. Colosos de la Humanidad. Editorial Forja Ltda.