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Latinoamérica a comienzos del siglo XX

Latinoamérica a comienzos del siglo XX

Las influencias inglesa y norteamericana son determinantes en la situación de América Latina a comienzos del siglo XX. La economía, las costumbres de la población, la vida política y la sociedad en general se fueron adaptando a los parámetros dados por estos dos grandes centros de poder. El flujo de capital venido de estas potencias, representado en empréstitos, inversión en infraestructuras e instalación de compañías, afectó directamente la demografía continental movilizando la población internamente y trayendo consigo la inmigración extranjera en países como Brasil, Argentina y Uruguay, en donde la mano de obra era escasa.

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Periodo entreguerras: Ajustes territoriales y nuevos Estados europeos

Los acuerdos internacionales de paz permitieron la creación de nuevas naciones y el restablecimiento de otras que habían estado bajo el dominio de los imperios vencidos en la Primera Guerra Mundial; además establecieron severas sanciones contra los países derrotados, particularmente contra Alemania. El panorama geopolítico de Europa surgido de esos acuerdos presentaba importantes transformaciones.

Tratado de Versalles
Firma de la paz en el Salón de los Espejos de Versalles, 28 de junio de 1919, cuadro de William Orpen. Los delegados alemanes (de espaldas al artista) firman el Tratado bajo la mirada del presidente norteamericano Wilson, de Clemenceau y de LLoyd George (primeros ministros francés y británico). Cuarenta y ocho años antes, en la misma estancia se proclamó el imperio alemán.

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Periodo entreguerras: El problema de las reparaciones y el desarme alemán

En 1921, la comisión encargada de evaluar la deuda alemana por concepto de reparaciones de guerra fijó un total de 132.000 millones de marcos oro, equivalentes a 35.000 millones de dólares. Ésta era una enorme suma de dinero que Alemania no estaba en condiciones de pagar, en opinión del economista John Maynard Keynes quien participó como representante británico en la comisión. Además, Alemania debía entregar a los Aliados toda su flota mercante, todos los ferrocarriles, y parte de su producción de carbón y hierro. Esas exigencias eran exorbitantes, sobre todo en las circunstancias por las que atravesaba Alemania que, devastada por la guerra, era reducidas sus zonas industriales y disminuida su población como resultado de la cesión de territorios a que fue obligada por los acuerdos internacionales de paz.

Caricatura satírica británica publicada en 1919
Caricatura satírica británica publicada en 1919 en la que se critica la dureza del Tratado de Versalles con Alemania. Los «cuatro grandes» (de izquierda a derecha, Vittorio Emanuele Orlando, David Lloyd George, Georges Clemenceau y Woodrow Wilson) le obligan a tragar a una Alemania estrujada por las potencias vencedoras, «le guste o no», la «muy amarga» (very bitter) píldora de las condiciones de paz.

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Periodo Entreguerras: Los Tratados de Locarno

El "Espíritu de Locarno" y la distensión internacional

En 1925, continuaban en pie las tensiones provocadas por los tratados de paz firmados tras la guerra.

Conferencia de Locarno
Conferencia de Locarno, celebrada en octubre de 1925.

En febrero de 1925, el canciller G. Stresemann (1878-1929) anunció la disposición de Alemania a firmar un tratado en el que se garantizara el respeto a las fronteras establecidas en Versalles. Esta iniciativa constituía un giro radical en la posición alemana, que hasta ese momento había mantenido un abierto rechazo hacia los acuerdos establecidos por las potencias vencedoras. La reunión respectiva se realizó en Locarno, Suiza, entre los días 5 y 16 de octubre de 1925 con la participación de los ministros de Inglaterra, Francia, Alemania e Italia, además de los representantes de Bélgica, Polonia y Checoslovaquia.

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Primera Guerra Mundial: Causas

Introducción

La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento bélico internacional que, iniciado en Europa en agosto de 1914, no sólo llegó a convertirse en una guerra total sino que trascendió al ámbito mundial cuando intervinieron en él naciones situadas en otros continentes. Por primera ocasión en la historia de la humanidad, una lucha armada incluía países muy alejados geográficamente; además, su evolución y desenlace dejaron una secuela de cambios trascendentales que afectaron al mundo entero. Hasta antes de 1945 este fenómeno histórico fue conocido como la Gran Guerra, y no sería sino hasta después de ocurrida la Segunda Guerra Mundial cuando se hizo necesaria la distinción numérica secuencial entre ambos conflictos. Por su magnitud y consecuencias, la Primera Guerra Mundial constituye una profunda brecha que separa el siglo XX de todo lo que le precedió, no obstante que sus orígenes se encuentran, por supuesto, en los hechos del pasado inmediato.

Primera Guerra Mundial

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Primera Guerra Mundial: El inicio y desarrollo

Estallido de la Primera Guerra Mundial

El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austro-húngaro, y su esposa, fueron asesinados por un bosnio proserbio en Sarajevo, la capital de Bosnia. Las víctimas visitaban las posesiones austriacas de los Balcanes. Un activista de la organización nacionalista serbia "La Mano Negra”, Gavrilo Princip, fue el autor del magnicidio. Aunque el asesino fue capturado, el emperador Francisco José exigió permiso de Serbia para que Ia policía austriaca investigara y capturara a los autores intelectuales.

Ante este hecho, el imperio austro­-húngaro, contando con el respaldo de Alemania, lanzó un ultimátum el 23 de julio a Serbia para que le permitiera participar en la investigación del asesinato. El gobierno de Gran Bretaña, preocupado por problemas políticos internos causados por los separatistas irlandeses, trató de evitar el estallido de un conflicto internacional apelando al arbitraje diplomático, para lo cual convocó a una conferencia internacional; pero la propuesta británica fue rechazada por Alemania, aparentemente interesada en precipitar los acontecimientos hacia el conflicto armado.

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Primera Guerra Mundial: Final

La fase mundial de la guerra

Desde finales de 1916, ante el descontento social y el peligro de un rompimiento en la unidad nacional, las autoridades militares de los países en guerra intensificaron la búsqueda de una solución final entendida como la derrota definitiva del enemigo, ya que ninguno de los contendientes se resignaba a aceptar una paz negociada sino que buscaban un triunfo completo, y dificultaban así la posibilidad de poner fin a la contienda. En 1917 se produjo un giro en el desarrollo de la guerra. En primer lugar, se cerró el frente oriental por el retiro de Rusia de la guerra tras el triunfo de la revolución bolchevique, y en segundo lugar, los Estados Unidos entraron al conflicto del lado de las potencias aliadas, con todo su potencial industrial y sus recursos bélicos y humanos.

Tropas de regreso tras el fin de la Gran Guerra

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Primera Guerra Mundial: Las consecuencias

Consecuencias políticas

Puede decirse, que con la guerra mundial finalizó una época; acabó gran parte de lo que el siglo XIX había construido.

Dentro de la nueva división política es importante destacar el derrumbamiento definitivo de los grandes imperios territoriales de Europa occidental y central, que absorbían pueblos de distinto origen étnico, los cuales tuvieron la oportunidad de convertirse en naciones independientes acogiéndose al principio de autodeterminación tomado de la doctrina de Wilson.

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Primera Guerra Mundial: Los cambios territoriales

Cambios territoriales

El derrumbe de las Potencias Centrales en el otoño de 1918 y los tratados de paz que firmaron los aliados posteriormente, el de Versalles con Alemania (28 de junio de 1919), el de Saint Germain con Austria (10 de septiembre de 1919), de Neuilly con Bulgaria (27 de noviembre de 1919), y de Trinon con Hungría (4 de junio de 1920), dieron origen a importantes cambios en las fronteras. Se crearon nuevos estados y se agrandaron los que tuvieron la suerte de haber permanecido al lado de los vencedores.

Europa antes de la Primera Guerra Mundial

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Primera Guerra Mundial: Situación interna de los países europeos

Aspectos políticos

En los países europeos de tradición democrática, como Inglaterra y Francia, la guerra provocó que los postulados del liberalismo político fueran dejados a un lado por razones de orden práctico. La difícil situación social y económica que vivía la población de los países afectados por la contienda obligó a los jefes de Estado a centralizar el poder ante la imposibilidad de convocar a los parlamentos para consultarlos sobre la toma de decisiones cuando se hacía imperioso resolver asuntos de manera inmediata. En esos dos países, igual que en el resto de las naciones en conflicto, se hizo necesario imponer un estado de sitio con el fin de volver al orden a la población civil cuando los ánimos se exaltaban por la desesperación, el hambre y el constante temor a la muerte. De este modo, los gobernantes fueron despojando a los parlamentos de sus funciones y se creó un Poder Ejecutivo fuerte, con muy amplias facultades, que resultó en perjuicio del progreso democrático. Pero esa circunstancia no se presentó de manera idéntica en todas las naciones contendientes, puesto que la situación política de Inglaterra y Francia era diferente a la de los países de Europa oriental: Alemania, Austria-Hungría y Rusia.

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