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Romanticismo y subjetivismo

La naturaleza, el arte y la imaginación individual

período romántico

El período romántico fue, en muchos aspectos, una reacción contra la Ilustración que lo precedió. A los románticos les interesaba la persona, la creatividad, la imaginación y los valores artísticos, en contraste con el énfasis de la Ilustración en el racionalismo y la ciencia, y sus pretensiones de describir el mundo a través de la experiencia concreta.

En una Europa desgarrada por las revoluciones y las guerras, parecía que había quedado demostrado que las certidumbres de la Ilustración eran falsas. En el plano filosófico, el romanticismo representó la renuncia a las certidumbres de la ciencia, en favor de la incertidumbre de la imaginación; el paso de lo objetivo a lo subjetivo. Sin embargo, la mayor influencia en la filosofía del romanticismo fue la del profesor Immanuel Kant (1724-1804), que llevó una vida tan tranquila y ordenada que se decía que los habitantes de Konigsberg ponían en hora sus relojes al verlo pasar.

Monumento a Immanuel Kant en Königsberg, actual Kaliningrado
Monumento a Immanuel Kant en Königsberg, actual Kaliningrado.

El paso de lo objetivo a lo subjetivo fue consecuencia de una idea de Kant, planteada en su Crítica de la razón pura (1781), la de que los seres humanos no perciben el mundo directamente, sino a través de una serie de categorías. Kant sostenía que nunca ven directamente «las cosas en sí mismas», sino que se limitan a interpretar el mundo desde su punto de vista humano.

Como ejemplo, se puede describir la siguiente situación: hay tres personas contemplando un paisaje: un agricultor, un constructor y un artista. El agricultor ve las posibilidades de cultivar la tierra y criar ganado; el constructor piensa en los edificios que podrían construirse en el terreno; y el artista se fija en las sutilezas de los colores y formas. Ninguno de los tres ve el paisaje objetivamente.

El interés romántico por el individuo se manifestó en ideas de autorrealización y de retorno a la naturaleza. El poeta inglés William Wordsworth (1770-1850) creía que el individuo puede entender la naturaleza directamente, sin necesidad de artificios sociales, y que la salvación sólo puede lograrla el individuo por sí solo, y no mediante movimientos políticos.

William Wordsworth
William Wordsworth escritor inglés de poesía romántica.

El noble salvaje

«El hombre nació libre, y en todas partes está encadenado», escribió en 1762 el filósofo Jean Jacques Rousseau (1712-1778), convencido de que la civilización seduce al ser humano, llenándolo de deseos antinaturales y apartándolo de su verdadera condición y su libertad original. El concepto del «noble salvaje» según Rousseau -un ser humano no corrompido por la civilización y, por tanto, bueno- contradecía el dogma cristiano del pecado original, que afirma que todos los hombres nacen pecadores y que todos los impulsos naturales son viles.

En su novela Emilio (1762), Rousseau describía la educación de un ser libre, animado a expresarse para desarrollar su nobleza natural y su libertad de espíritu. Aquel mismo año intentó describir en El contrato social una sociedad en la que pudiera florecer esta nobleza natural. Dicha sociedad estaría basada en un contrato por el que cada individuo cedería a la comunidad todos sus derechos, pero en la que todas las decisiones colectivas se basarían en la democracia directa, con el voto de cada miembro. Puesto que todos participarían en la toma de decisiones, el contrato sería legítimo.

Jean Jacques Rousseau
Según Rousseau, si un individuo se niega a obedecer a la voluntad general, se le debe «obligar a ser libre». Aceptando lo que sea mejor para todos se logra un máximo de libertad para cada uno.

El estado representaría el bien común o la «voluntad general». La voluntad general no debe confundirse con «lo que todos desean», porque esto último es lo que los individuos creen que quieren, y puede basarse en motivos egoístas; la voluntad general es lo que la gente querría si fuera racional, y por tanto es algo bueno.

Arte e imaginación

El filósofo alemán Friedrich Wilhelm J. von Schelling (1775-1854) estaba de acuerdo con Kant en que la conciencia es lo único de lo que tenemos conocimiento directo. El mundo exterior es un simple añadido a lo verdaderamente real: la mente, y por medio del arte, la mente puede alcanzar la plena conciencia de sí misma.

Friedrich Wilhelm J. von Schelling
Friedrich Wilhelm J. von Schellin, nació el 27 de enero de 1775 en Leonberg Alemania. Fue uno de los máximos exponentes del idealismo y de la tendencia romántica alemana.

El poeta inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) estaba fascinado por la psicología de la creatividad artística, y no le convencía la idea empirista de que la mente era un órgano pasivo que se limitaba a absorber impresiones. Después de leer a Schelling y otros idealistas, elaboró una crítica de la actitud «excesivamente mecanicista» de la Ilustración.

Según la doctrina mecanicista, la mente no es más que la suma de sus experiencias. Coleridge creía que la mente funciona más como un organismo que como una máquina: un organismo puede ser creativo, pero no es probable que una máquina pueda crear poesía. Coleridge sentía que su versión del idealismo era compatible con sus creencias cristianas, y aseguraba que las teorías morales de Kant se ajustaban a sentimientos cristianos.

Samuel Taylor Coleridge Samuel Taylor Coleridge (1772-1834). Como poeta, Coleridge estaba convencido de que la mente humana puede captar visiones que van más allá de la experiencia personal.

El Geist o espíritu absoluto

Georg Hegel creía firmemente en el progreso de la historia, a medida que el espíritu absoluto avanza hacia el conocimiento de sí mismo, un suceso que él creía inminente en el siglo XIX. Como otros idealistas, coincidía con Kant en que la mente no se limita a absorber pasivamente el mundo exterior, sino que lo organiza de manera activa. Dado que la mente no puede conocer las cosas «en sí mismas», lo que se hace realidad es el Geist (mente, espíritu o alma). Hegel afirmaba que «lo real es lo racional y lo racional es lo real». Para él, la conciencia individual o mente de cada persona es en realidad parte de un Geist mayor, el Espíritu Absoluto, pero el individuo no se da cuenta de ello. Si prendiéramos que formamos parte de una conciencia superior, nos preocuparía tanto nuestra libertad individual; accederíamos racionalmente, sin guiarnos por caprichos individuales. Guiándose por lo real o lo racional, cada individuo alcanzará la plenitud personal.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), fue el más influyente de los filósofos idealistas alemanes, y tal vez el filósofo más importante después de Kant. En 1816 obtuvo una cátedra en Heidelberg, y desde 1818 hasta su muerte fue profesor de filosofía en Berlín.

Para Hegel, el Geist había evolucionado a lo largo de la historia, y cada época tenía un Zeitgeist o «espíritu de la época». Etapa tras etapa, se llegaría finalmente al “telos” (“final” en griego) del autoconocimiento, en el que el Geist llega a conocerse a sí mismo. Solo cuando el Geist se conoce a sí mismo podemos ser libres, porque sólo se puede ser libre si se comprende la realidad. Si no se comprende la realidad, no se puede juzgar libremente.

Referencia:
Stewart, R. (1997). Ideas que transformaron el Mundo. Círculo de Lectores.