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La Tierra

La Tierra

El origen de la Tierra

La formación de la Tierra ha sido un proceso de millones de años. En la actualidad, los nuevos hallazgos y estudios hechos por científicos de diferentes disciplinas han permitido la proximidad de cómo ha sido la evolución de la Tierra. Se cree que se originó hace unos 4.500 millones de años, a partir de una nube de gases y sustancias líquidas, las cuales se encontraban en constante movimiento a temperaturas superiores a los 4.000 °C. Con el tiempo, los elementos se concentraron según su peso: los más pesados, como el hierro y el níquel, se dirigieron hacia el centro de la Tierra y formaron el núcleo, y los más livianos, como el hidrógeno, el oxígeno, el dióxido de carbono y el vapor del agua, se dirigieron hacia la parte superior conformando la atmósfera. Además, estos gases se transformaron en líquidos y dieron origen a los océanos.

La Tierra prosiguió con su transformación. Hace 4.000 millones de años, la corteza terrestre surgió por el enfriamiento de las rocas que flotaban sobre la superficie, originándose los territorios de lo que serían los primeros continentes. Sin embargo, la forma como se conocen en la actualidad es muy diferente a la de este primer momento.

Etapas de la formación de la Tierra
Etapas de la formación de la Tierra.

Las eras geológicas

El proceso de evolución del planeta Tierra ha sido dividido por los científicos en cuatro etapas denominadas eras geológicas. Estas son:

Precámbrica: es la etapa más larga pues comenzó hace 4.500 millones de años y terminó hace 540 millones de años. En ella se formaron la atmósfera, la hidrosfera y la litosfera y comenzó la vida.

Paleozoica: siguió a la era precámbrica y terminó hace 250 millones de años. En ella aparecieron los primeros vertebrados, anfibios, insectos y reptiles, así como grandes helechos.

Mesozoica: siguió al paleozoico y terminó hace 65 millones de años. En ella encontramos a los grandes dinosaurios y los continentes unidos en un solo bloque de tierra llamado Pangea.

Cenozoica: siguió al mesozoico y perdura hasta la actualidad. En ella aparecieron los primates, los primeros homínidos o antepasados de los humanos y se conformaron los actuales continentes, producto de un proceso denominado deriva continental.

Proceso de evolución del planeta Tierra
Proceso de evolución del planeta Tierra.

Teorías sobre el origen de la vida

A lo largo de la historia las explicaciones sobre el origen de la vida han sido múltiples, pasando por la religión, la filosofía y las ciencias naturales. Dichas teorías se pueden resumir en cuatro grupos principales:

Origen sobrenatural: Estas teorías atribuyen el origen de la vida a dioses o seres sobrenaturales. Estas explicaciones son utilizadas generalmente por las diferentes culturas a través del mito.

Generación espontánea: Esta teoría afirma que la vida surge a partir de la materia inorgánica sin necesidad de un impulso vital o divino. Esta teoría ha tenido gran respaldo desde Aristóteles hasta la época moderna.

Teoría de la panspermia: Esta teoría atribuye el origen de la vida a la llegada de gérmenes vivos desde el espacio exterior. Entre los puntos que sostiene esta teoría, se encuentran, en primer lugar, que en las nebulosas se han descubierto moléculas que forman parte de los seres vivos; en segundo lugar, la ocurrencia de choques de diversos cuerpos del espacio contra la Tierra está demostrada. Uno de sus exponentes en el siglo XX fue el astrónomo inglés Fred Hoyle.

La panspermia propone que cuerpos como los cometas o asteroides transportan formas de vida
La panspermia propone que cuerpos como los cometas o asteroides transportan formas de vida, ya sean bacterias o microorganismos.

Evolución química y celular: Esta teoría está basada en las investigaciones del científico ruso Aleksandr Oparín durante los años 30 del siglo XX. Afirma que gracias a las condiciones físicas y químicas del planeta hace 4.000 millones de años surgieron moléculas orgánicas que dieron origen a las primeras formas de vida. Casi un siglo antes, el naturalista británico Charles Darwin planteó que la vida pudo haber surgido a partir de un proceso químico en el que diferentes elementos inorgánicos como amonio, metano e hidrógeno, ayudados por reacciones eléctricas y condiciones atmosféricas, se mezclaron formando una sopa primigenia de materia orgánica.

La teoría de la evolución

En el año 1859, Darwin publicó su obra El origen de las especies en la que formuló la teoría de la evolución. En ella, planteó que los seres vivos provenían de un antepasado común y que se encontraban en constante cambio, luchando por la supervivencia. Esto conduce a una selección natural que lleva a la desaparición o permanencia de las especies de acuerdo con características biológicas y ecológicas que les permitían adaptarse al medio. El proceso de transformación, desde organismos sencillos hacia los más complejos, lo llamó evolución. Este concepto fue aceptado desde el primer momento por la comunidad científica. Sin embargo, la selección natural, solo se aprobó hasta inicios del siglo XX.

El origen de las especies
Darwin definió la evolución como “descendencia con modificación”, la idea de que las especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un ancestro común. El mecanismo que Darwin propuso para la evolución es la “selección natural”.

Características de la Tierra

La Tierra es el tercer planeta más cercano al Sol. Tiene forma esférica, pero no es una esfera perfecta, pues se halla ligeramente achatada en los polos y ensanchada en el ecuador. Por estas características físicas, podemos decir que la Tierra es un geoide. En cuanto a tamaño, de mayor a menor, la Tierra ocupa el cuarto lugar dentro del sistema solar. Su superficie aproximada es de 510 millones de kilómetros cuadrados. A pesar de sus dimensiones, la Tierra es un astro pequeño en el conjunto del universo. Por ejemplo, el Sol, que es una estrella pequeña, es un millón trescientas mil veces más grande que la Tierra.

Nuestro planeta está compuesto por tres partes principales:

La atmósfera

Es la capa gaseosa que rodea la Tierra. Está compuesta por nitrógeno, hidrógeno y oxígeno. Se divide en varias capas que son atraídas hacia la superficie por el mismo magnetismo que ejerce la Tierra. Estas capas son:

Capas de la atmósfera
Capas de la atmósfera.

La troposfera: es la capa inferior de la atmósfera y, por tanto, la más próxima a la superficie terrestre. Tiene una altitud de 8 km en los polos y 18 km en la zona ecuatorial. Su altura media se calcula en 12 km.

La estratosfera: es la segunda capa de la atmósfera. A medida que se sube, la temperatura en la estratosfera aumenta. Su altura es de 18 km en los polos y de 50 km en la zona ecuatorial. Su altura media es de 50 km.

La mesosfera: es la tercera capa de la atmósfera. La temperatura disminuye a medida que se sube, como sucede en la troposfera. Se localiza entre los 50 y los 80 km.

La termosfera: es la cuarta capa de la atmósfera. En ella el aire es muy tenue y la temperatura cambia con la actividad solar. Si el sol está activo, las temperaturas pueden llegar a 1.500 °C.

La exosfera: es la última capa de la atmósfera de la Tierra. Se confunde con el espacio exterior y se localiza a partir de los 500 km de altitud. Allí no hay oxígeno.

La hidrósfera

Está conformada por toda el agua existente en el planeta: los océanos, mares, ríos, arroyos, estanques y lagos. Una parte de la hidrosfera está congelada en los casquetes polares, icebergs y glaciares.

La litósfera

Es la parte sólida de la Tierra. Comprende tanto las zonas emergidas, es decir, los continentes, como los fondos de mares y océanos.

Atmósfera, litósfera e hidrósfera

Estructura interna de la Tierra

Para conocer la estructura interna de la Tierra, los científicos han estudiado las rocas que están en la superficie, los materiales que arrojan los volcanes y los que quedan al descubierto luego de los terremotos y la prolongación de las ondas sísmicas provocadas por los movimientos internos de la Tierra. Todo esto se hace a través de la sismología, una rama de la geofísica encargada del estudio de las vibraciones internas y superficiales de la Tierra, producidas por eventos como terremotos, maremotos, erupciones volcánicas o el impacto de meteoros. De esta manera se ha logrado establecer que el interior de la Tierra está compuesto por tres grandes capas concéntricas, de diferente espesor y densidad, que se suceden desde el interior hasta la superficie terrestre: el núcleo, el manto y la corteza.

El núcleo

Es la zona más interna de la Tierra y está compuesto principalmente por hierro incandescente. Como la temperatura de la Tierra aumenta con la profundidad, en el núcleo la temperatura llega a unos 4.500 °C aproximadamente. Se divide en dos capas: núcleo interno y núcleo externo.

Núcleo interno: es una esfera que se encuentra en estado sólido a pesar de que su temperatura sobrepasa los 2.500 °C. En la superficie terrestre, el hierro se funde a 1.500 °C; sin embargo, en el núcleo interno las presiones son tan altas que permanece en estado sólido.

Núcleo externo: es una zona donde el hierro se encuentra en estado líquido. Este material es un buen conductor de electricidad y circula a gran velocidad en su parte externa. A causa de ello, se producen corrientes eléctricas, que dan origen al campo magnético de la Tierra.

Corte transversal del planeta Tierra donde se observa su estructura interna
Corte transversal del planeta Tierra donde se observa su estructura interna.

El manto

Es la capa intermedia de la Tierra. Rodea al núcleo y tiene un espesor estimado de 2.800 km. El manto está compuesto por dos partes:

Manto inferior: está en contacto con el núcleo externo y se encuentra en estado sólido.

Manto superior: está compuesto por materiales viscosos que se mueven lentamente. Esta capa tiene características sólidas que, en conjunto con la corteza terrestre, forman la litósfera.

La corteza

Es la capa superficial de la Tierra. Es una capa delgada de rocas sólidas. Puede ser de dos tipos: la corteza oceánica, que es la corteza del fondo de los océanos, y la corteza continental, que es la corteza de las zonas emergidas. El espesor de la corteza varía bruscamente entre los continentes y los océanos. Mientras en los fondos oceánicos tiene unos 5 kilómetros, en los continentes varía entre 20 y 40 kilómetros.

Los movimientos de la Tierra

La Tierra tiene dos movimientos principales que son de gran importancia para los seres que la habitan: la rotación y la traslación.

Rotación: es el movimiento que realiza la Tierra alrededor de su propio eje en dirección de oeste a este. Tiene una duración de 24 horas y da origen a los días y las noches al pasar de la zona iluminada por el Sol a la zona que queda en sombra. Este movimiento genera un achatamiento en los polos debido a la velocidad de rotación. También produce desviaciones en los vientos y las corrientes marinas.

Traslación: es el movimiento que hace la Tierra alrededor del Sol describiendo una órbita, la cual tiene forma de elipse o curva cerrada. Este recorrido dura 365 días, 5 horas y 57 minutos, que es la duración del año. La distancia que cubre la Tierra en este recorrido es de aproximadamente 930 millones de kilómetros.

Traslación y rotación de la Tierra
En enero la Tierra alcanza su máxima proximidad al Sol (perihelio). A principios de julio llega a su máxima lejanía (afelio).

Los eclipses

Son fenómenos en los que se presenta un oscurecimiento de un cuerpo celeste por la interposición de otro. En nuestro planeta se pueden dar dos tipos de eclipse, de Sol y de Luna.

Los eclipses de Sol se presentan cuando la Luna se interpone entre este y la Tierra. Pueden ser de tres tipos: totales cuando la luz solar desaparece durante algunos minutos, parciales cuando se puede observar solo una parte del Sol y anulares, cuando la Luna está lejos de la Tierra y la sombra solo cubre una pequeña parte.

Los eclipses de Luna ocurren cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna. Esta se oscurece debido a la sombra que proyecta la Tierra sobre ella. Los eclipses de Luna pueden ser de dos tipos: totales o parciales.

Eclipses

Referencia:
Cobos Pinzón, F. A. (2010). Hipertexto Sociales 6. Editorial Santillana S.A.