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Vikingos: Legado cultural

Barcos vikingos en el Tapiz de Bayeux
Barcos vikingos en el Tapiz de Bayeux.

La civilización vikinga se ha distinguido por su calidad en la realización artística, en especial merced a la jerarquía de sus orfebres y joyeros. Monumentos, armas, ruinas arquitectónicas, naves, joyas, enterramientos y registros alfabéticos en grandes piedras son tan sólo algunos de los elementos que han permitido reconstruir la vida del pueblo vikingo en una continuidad temporal que abarca buena parte de la historia europea.

Empecinados viajeros, sus naves alcanzaron las estribaciones de América, donde llegaron a fundar la primera colonia en la isla Terranova, hacia el año 1000. Dos siglos antes, otras naves vikingas hacían su presentación oficial en la Europa cristianizada, arrasando sus guerreros una abadía británica.

La historia vikinga, apasionante e intensa, presenta una variedad de personajes colosales, que habitan tanto el mundo de su religiosidad como el de sus grandes héroes. Así, Odín, Thor y Frey conviven con Erik el Rojo, Eriksson, Riurik y Arnarson, los más grandes expedicionarios de su historia.

Erik el Rojo y su hijo llegan a Groenlandia
Erik el Rojo y su hijo llegan a Groenlandia, a América 500 años antes que Colón. Hay registros de barcos y edificios vikingos encontrados en Canadá.

Expresiones artísticas de los vikingos

Básicamente, el arte vikingo fue decora­tivo, y según las características de la ornamentación se lo suele dividir en seis es­tilos con carácter propio: Oseberg; Borre; Jelling; Mammem; Ringerike y Urnes. Por lo general, estos seis estilos fueron sucesivos, pero con la singularidad de que la preeminencia de uno no significó el abandono del antecesor, sino su incorpo­ración a la nueva hegemonía.

Cabeza en el mástil del barco de Oseberg
Cabeza en el mástil del barco de Oseberg: El estilo Oseberg, también conocido como estilo Oseberg-Broa, es la primera etapa de los estilos de decoración zoomórfica vikinga. Debe su nombre al barco funerario de Oseberg que contenía objetos de madera ricamente decorados y a una tumba en la localidad de  Broa, Suecia.

En términos de producción, los vikin­gos fueron extraordinarios joyeros, des­tacándose por los anillos, brazaletes, bro­ches, collares y pendientes. También ornamentaron finamente sus arneses, ca­jas para guardar las joyas y una serie de utensilios que, como las veletas de barco, realizaron en bronce dorado. También trabajaron el oro y la plata, metales soli­citados por las clases más ricas.

Un elemento común en el arte vikingo es la presencia de figuras sinuosas, líne­as curvas y entrelazamientos logrados con una calidad simétrica de extraordinaria fidelidad. Por lo general, los vikingos uti­lizaron en su metalistería ornamental un método de producción serial que incluía la utilización de moldes de arcilla.

Tesoro vikingo
Tesoro vikingo de joyas y monedas desenterrado en 2007 en Inglaterra por un equipo de buscadores de tesoros.

Además de las joyas, los vikingos exhi­bieron una maestría absoluta a la hora de confeccionar abalorios de vidrio y pie­dras de colores y ámbar, que solía ser re­cogido en la región del Báltico.

Los peines eran otra de las artesanías vikingas más populares, a la que dotaron de una bella y decorada terminación. La enorme cantidad de piezas halladas per­mite suponer que el peine era un artícu­lo común en todos los sectores sociales. Se los fabricaba utilizando como mate­ria prima la cornamenta de alce, y algu­nos estaban decorados con incrustaciones de bronce, oro y plata; los más elegantes fueron hallados en lujosas tumbas.

peines vikingos Peines vikingos

La destreza en las artes decorativas es­tá señalada por la capacidad de manipu­lar los más diversos materiales, como me­tales, maderas y cueros. La piedra será una incorporación relativamente tardía.

Las runas

Emblemas de la cultura nórdica, las ru­nas conforman el sistema de escri­tura de los antiguos escandinavos. Son signos y símbolos que actú­an tanto en función alfabética co­mo religiosa. Así, las runas no só­lo sirvieron para comunicar y registrar lo que deseaban dejar establecido, sino que eran centro de culto y peregrinación.

Las runas eran estampadas en las rocas verticales que los antiguos escandinavos halla­ron o que ellos mismos plan­taron. Algunas indican cues­tiones administrativas y otras sucesiones dinásticas y conflictos militares.

Como estaban diseñadas para ser inscriptas sobre pie­dras, eran una combinación de líneas rectas, por lo gene­ral una vertical y otras horizontales que salían de ella como ramas de un tronco central. Sin duda por ello se conocen dos tipos, según la longitud de esas lí­neas: runas de "ramas largas" y runas de "ramita corta", también conocidas como danesas y sueco-noruegas respectivamente. La palabra runa proviene de las voces es­candinavas que significan "secreto", y "adi­vinanza", respectivamente. Comprenderlas implicaba comprender los secretos.

La piedra de Rok en Ostergotland  La piedra de Rok en Ostergotland, Suecia, es una de las runas vikingas más antigua.

La inscrip­ción que exhibe es la más larga de todas las conocidas, al grado que casi no tiene espacios sin ocupar.

El estilo con que fue tallada respon­de al llamado “ramita corta” o sueco-noruegas, y fue escrito por Varin para honrar a Vaemond, su hijo muerto. El texto alude a canciones y leyendas locales.

Las sagas

Si las runas constituyeron la forma que ha­llaron los antiguos escandinavos para registrar su propia historia, las sagas son au­ténticos "informes" que narran la historia de los primeros tiempos de la Era Vikinga, aunque paradójicamente fueran escri­tas en el siglo XIII, justamente dos siglos después de finalizada dicha era.

Se conocen básicamente dos tipos de sagas: Las sagas de los reyes y Las sagas de los islandeses. La primera se inicia con relatos legendarios, deteniéndose en el pri­mer rey de Noruega para luego abordar al conjunto de monarcas de la región. Las sa­gas de los islandeses relatan la historia de los primeros colonos del territorio duran­te el período 870-930, descubriendo el proceso de exploración y colonización de Islandia.

Página de una de las sagas de los islandeses (siglo XIII)
Página de una de las sagas de los islandeses (siglo XIII).

Completa el legado escandinavo la “po­esía escáldica”, que se escribía para ser recitada en público y se transmitía oral­mente. Las más antiguas de las que se co­nocen datan del siglo XII, es decir, des­pués de finalizada la Era Vikinga, y muchas de ellas fueron material para la confección de las sagas.

El alfabeto

El alfabeto rúnico escandinavo tuvo, durante la época vikinga dos modalidades principales, conocidas como runas de rama larga y runas de ramita corta, según el tamaño de sus inscripciones. Las de ramita corta eran más sencillas, y preferibles a la hora de escribir textos no ceremoniales, como indicadores de propiedad. En conjunto, este alfabeto era conocido como futhark, nombre de sus primeros caracteres. Como código de escritura alfabética sencilla, apareció mucho antes que los vikingos y se mantuvo hasta mucho tiempo después de la irrupción del cristianismo y de la escritura romana.

Alfabeto futhark
Alfabeto futhark

El alfabeto inicial tenía grandes limitaciones, como por ejemplo, carecer de representaciones para vocales como la o y la e. En cambio, la a tenía varias, y algunas vocales podían ser utilizadas para más de un sentido. Todo ello hacia al deletreo rúnico sumamente impreciso.

Las piedras rúnicas sirvieron en numerosas ocasiones como recordaciones y honras de tipo funerario. En ese sentido, constituyeron una suerte de notificación legal por la cual el heredero del difunto accedía a sus posesiones. También relataban los logros o avatares de una expedición. La escritura sobre el dibujo del cuerpo de una serpiente era bastante común entre este tipo de leyendas, siendo los indicadores del inicio y del fin del texto.

La escritura runa estaba diseñada para ser apli­cada sobre maderas y rocas, y no sobre superficies blandas, razón por la cual no estaban destinadas a ser escritas con algún tipo de punzón. De ahí su formato de línea recta vertical cruzada por otras líneas rectas a su costado.

piedras de Jelling
Las piedras de Jelling son unas estelas rúnicas que están ubicadas en esa ciudad del mismo nombre, en la península de Jutland en Dinamarca.

Por lo general, las piedras rúnicas eran verticales y eran inscriptas en el lugar en, el que se hallaban. No obstante, hay evidencia de que otras tantas fueron trasla­dadas especialmente para formar un grupo ceremo­nial. Los textos solían estar acompañados de dibujos alegóricos. Se calcula en unas 2.500 las inscripcio­nes rúnicas conservadas en Suecia. También se hallaron varias en Dinamarca, aunque las cifras no alcanzan los tres centenares. Menos aún en Rusia, Alemania e Inglaterra.

Arte vikingo

Esencialmente decorativo, el arte vikingo se apoyó en modelos zoomorfos, cuyas figuras supo estilizar. También le fueron propios los motivos de plantas y cintas, por lo general dispuestas de manera entrelazadas. Sus expresiones más importantes las encontramos en los accesorios de las vestimentas y en la joyería, que demandó la utilización de bronce, oro y plata. También la forja de armas de hierro les otorgó a los vikingos un plano de excelencia artística especial, graficado en empuñaduras de espadas y repujados en escudos y petos de enorme riqueza. La talla de madera constituyó otro de los planos en los que supieron brillar.

espadas vikingas Espadas vikingas

Los vikingos produjeron en serie algunos adornos personales, especialmente femeninos, como pendientes y broches. Para ello, los orfebres utilizaron unos moldes de arcilla, basados en uno original, que sólo servían para un producto, ya que el mismo debía romperse para extraerlo, y terminarlo y pulirlo a mano. Otra forma de realización en serie era por medio del estampado de dibujos con una matriz sobre una hoja de metal, que luego se trabajaba con una delicada filigrana, para finalmente cortarlo dándole la forma final buscada. Esta joyería se ha revelado como una de las más vistosas y creativas de toda la Edad Media.

El oro era el metal predilecto de los miem­bros de las castas dirigentes, particularmente por la dificultad para conseguirlo, que lo convirtió por consiguiente en un artículo de excepción. De hecho, el oro que se utilizaba era el de las monedas y demás objetos que provenían de Europa occidental y oriental. La plata se utilizaba para fabricar broches, colgantes y cadenas, además de adornar las armas de hierro.

joyas vikingas
Uno de los estilos artísticos más fre­cuentes en las obras vikingas es el lla­mado "estilo de Jelling", que se distin­gue por la reproducción de figuras en forma de S. También en el "estilo Urnes" lo habitual son las líneas entrecruzadas y serpenteantes. Por lo general, la vigencia específica de un estilo no solía desplazar por completo a los otros, por lo que es común la superposición de unos y otros.

Los vikingos también se destacaron en la fabricación de collares y colgantes, por lo general colmados de abalorios de bronce, oro y plata con incrustaciones de piedras y cristales de vistosos colores. La ornamentación de los colgantes era abundante, particularmente con líneas entrecruzadas y pequeños círculos en relieve.

Escultura vikinga

La escultura propiamente dicha no constituyó más que una expresión secundaria en el desarrollo del arte vikingo e irrumpió con mediana relevancia recién en su fase tardía, especialmente en su modalidad sobre piedra. Por el contrario, la fabricación de moldes arcillosos destinados a la orfebrería en metal fue corriente y constituyó una de las distinciones de su arte. En este sentido, la modelación no les fue extraña a los artistas vikingos, pero estuvo subordinada a otras artes. De hecho, la piedra fue muy utilizada para realizar decoraciones que acompañaban a los textos rúnicos.

El modelado de figuras de tamaño pequeño fue una auténtica especialidad vikinga, posiblemente derivada de su excelente joyería.

La talla en madera

La talla de madera constituyó otra de las grandes expresiones artísticas de los vikingos, y al igual que con la metalistería, a pe­sar de la variación geográfica, mantuvie­ron una especial predisposición hacia las figuras y líneas untelazadas y sinuosas.

talla en madera
Vista del tallado del barco funerario de Oseberg.

La talla de madera alcanzó sus cumbres en la fabricación de barcos, cuyas proas y popas estaban cubiertas de tallas. Las ta­llas también fueron corrientes en calderos y recipientes de madera, como así en los carros y trineos. A ve­ces se utilizaban esas tallas para registrar acontecimientos de gran importancia, co­mo campañas militares. También tallaron cornamentas y huesos.

Especialistas en el arte de la talla, los artistas vikingos alcanzaron en este campo su esplendor. Utilizaron el cuchillo, el cincel, la gubia y la lima y abrasivos naturales para pulir finamente la madera. Los dibujos fueron esencialmente deco­rativos, a base de figuras de personas, animales y pájaros, y muchos de ellos exhiben una notable complejidad, ya que unas figuras se hallaban superpuestas a otras. La talla de madera se de­sarrolló en cualquier objeto, se trate de la quilla de un barco o un vaso.

Los museos vikingos

Los registros arqueológicos de la cultura vikinga se hallan distribuidos en numerosas instituciones, especialmente en Noruega, Dinamarca, Suecia, Francia e Inglaterra. Particular importancia tienen los hallazgos y la recuperación de los típicos barcos vikingos y una de sus edificaciones, como así también una valiosa variedad de elementos de la vida cotidiana, la producción artesanal y artística, y la consagrada a las actividades guerreras.

Museo Nacional de Dinamarca

Museo Nacional de Dinamarca

Fundado por el rey Federico II de Dinamarca en 1648, alberga una de las más importantes colecciones de objetos, maderas talladas, joyas y armas celtas y vikingas. Entre sus piezas se destaca el famoso caldero de Gundestrup y otras tantas traí­das desde diferentes yacimientos arqueológicos, como una nutrida cantidad de brazaletes, collares y pendientes de bronce, plata y oro.

Museo de Lofoten

Museo de Lofoten Vista del Museo de Lofoten

Su interior alberga objetos originales y réplicas de los utilizados por los vikingos en su vida cotidiana y en la guerra. La institución nació tras el descubrimiento del mayor edificio vikingo hallado hasta el momento, que fue reconstruido y acondicionado para guardar diversos objetos característicos de esta cultura.

Museo de Barcos Vikingos de Oslo

Museo de Barcos Vikingos de Oslo
Exterior del Museo de Barcos Vikingos.

Establecido de Roskilde, Dinamarca, fue construido en 1969 con la intención de albergar cinco barcos vikingos que habían sido reconstruidos casi en su totalidad. En 1997, el museo extendió sus instalaciones habilitando una isla y un puerto, donde pueden seguirse las alternativas de la vida marina de los antiguos vikin­gos accediendo a una réplica exacta de una nave guerrera.

El Museo de los Barcos Vikingos (Vikingskipshuset) exhibe las naves vikingas mejor conservadas que hasta el momento pudieron ser recuperadas. Las mismas, que fueron localizadas en sendas tumbas reales, datan de los siglos X y XI. Halladas en las cer­canías del fiordo de Oslo, constituyeron la última mora­da de sus propietarios. Entre su patrimonio, el museo exhibe también los demás elementos encontrados en aquellas tumbas, como diversos tejidos, utensilios domésticos, pequeñas embarcaciones, trineos y hasta un carro de la época.

Referencia:
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. Vikingos y Celtas. Editorial Sol 90.