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La desaparición del feudalismo

La desaparición del feudalismo

Durante los siglos XIV y XV, se produjo una crisis que afectó profundamente a la sociedad feudal europea. El agotamiento de las tierras con la consecuente carestía de alimentos y la generalización de las hambrunas provocaron que las epidemias se encarnizaran con la población, que además sufría, por otro lado, innumerables muertes debido a los cuantiosos conflictos bélicos que azotaban el continente.

Las revueltas campesinas no tardaron en llegar, lo que menoscabó aún más las relaciones entre siervos y señores. Una de las más señaladas fue la de las “jacqueries” (de “Jacques Bonhomme” apodo irónico que los nobles daban a los campesinos), revueltas que estallaron en el centro de Francia en 1358 y que fueron ahogadas en sangre por la aristocracia.

Las tropas de Gastón Febo y Juan de Grailly derrotan a los “Jacques” y los parisinos en Meaux. Ilustración de las Crónicas de Froissart.
Las tropas de Gastón Febo y Juan de Grailly derrotan a los “Jacques” y los parisinos en Meaux. Ilustración de las Crónicas de Froissart.

A estos factores se sumó el creciente poder de las ciudades en detrimento del campo, alimentado por la aparición de las rutas comerciales y de una nueva clase en expansión: los mercaderes. En la ciudad se establecieron nuevas relaciones del hombre con el trabajo que a su vez también generaron motines, como la de los “ciompi” (cardadores de lana) en Florencia.

En 1378, sometidos a una fuerte presión económica y social, sin un gremio que los defendiese, y carentes de derechos políticos, los cardadores se rebelaron contra la autoridad. Demandaron los mismos derechos que los demás gremios a la “Signoria” (órgano de gobierno de Florencia durante la Edad Media y el Renacimiento) y, tras forzar la toma de poder colocando a uno de sus representantes en el cargo de “gonfaloniere” de justicia (uno de los nueve ciudadanos elegidos cada bimestre de forma rotativa para formar el gobierno), lograron estar representados en el gobierno de la ciudad.

Estatua de Michele di Lando, líder de la revuelta de Ciompi en Florencia.
Estatua de Michele di Lando, líder de la revuelta de Ciompi en Florencia.

Todos estos acontecimientos habían ido minando el esquema estamental de la sociedad, que acabará de caer con la aparición de las nuevas monarquías nacionales. En los siglos XV y XVI la población ya no pagaba impuestos al señor sino al Estado, que comenzaba a generar una hacienda centralizada y una burocracia y un ejército profesionalizados. De esta forma, el poder del feudo fue perdiendo autoridad en favor de la creación del Estado moderno. Los nuevos mandatarios ejercían como absolutos representantes del poder, aunque podían estar apoyados (o no) por los diferentes tipos de asambleas representativas que se habían extendido por Europa: Parlamento inglés, Cortes de Castilla y de Aragón, Estados Generales de Francia, entre otros.

Representación de los Estados generales en la Francia del Antiguo Régimen.
Representación de los Estados generales en la Francia del Antiguo Régimen

Poco quedaba ya de la sociedad de los tres estamentos: el señor ya no tenía el monopolio de la guerra (para eso estaban el rey y su ejército), la Iglesia había perdido autoridad y credibilidad como directora espiritual del pueblo, y este ya no estaba obligado a pagar sus impuestos al señor local. El régimen feudal fue quedando en desuso en Europa occidental, mientras que continuó vigente en algunos países de la Europa del Este hasta mediados del siglo XIX.

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). Edad Moderna I. Siglos XVI y XVII. Bonalletra Alcompás.