contadores de paginas web

Arte mueble y rupestre paleolítico

arte rupestre

El arte rupestre conforma un fenómeno cultural que se encuentra asociado con la aparición del Homo Sapiens. Engloba tanto a las pinturas aplicadas directamente sobre una pared rocosa, como a los petroglifos o grabados. Sin embargo, los orígenes del arte que siempre se centran en las magníficas pinturas rupestres, tienen junto a ellas los primeros restos del arte mueble conservados, que serían en verdad las primeras manifestaciones artísticas del Homo Sapiens, los cuales tienen unos 20.000 años de antigüedad, y son colgantes, estatuillas y plaquetas decoradas de hueso y piedra.

Una de las esculturas más antiguas que conocemos es la Venus de Willendorf (Austria); de datación incierta, es unos 10.000 años anterior a las pinturas de Altamira. Atendiendo a la madurez técnica de esta obra se observa que la tradición escultórica es mucho anterior en el tiempo que la pictórica, hecho lógico teniendo en cuenta que durante muchos miles de años la talla de la piedra para la caza fue la principal ocupación del hombre.

Sin embargo, la verdadera revolución artística o nacimiento del arte se sitúa en el Paleolítico Superior (30.000-8.000 a.C.), y dentro de este enorme período se distinguen tres fases sucesivas. La primera, del 30.000 al 20.000, comprende las culturas chatelperroniense, auriñaciense y gravetiense. La etapa intermedia abarca del 20.000 al 15.000 y comprende la cultura solutrense. La última etapa o magdaleniense concluiría hacia el 8.000. Algunos ejemplos representativos son la Dama del Cuerno (25.000 a.C.), procedente de la cueva de Laussel y propia del arte gravetiense, la Venus de Brassempouy (20.000 a.C.) y la Venus de Lespugue, ambas de marfil son pertenecientes al arte auriñaciense.

venus-rupestres
Venus de Willendorf         Venus de Laussel o Dama del Cuerno     Venus de Brassempouy      Venus de Lespugue

Del solutrense quedan pocos restos, algún relieve sobre pequeñas placas. Las piezas sobre bulto en este período son escasas. En el magdaleniense, en cambio, comienzan a aparecer en gran número bellísimas piezas en piedra, marfil, hueso y astas de reno labradas con una excelente técnica y gran cuidado en el detalle. En el yacimiento francés de Mas-d' Azil se ha encontrado un trozo de bastón de mando rematado con caballos salvajes, en la cueva de Madeleine una asombrosa hiena de marfil, en Bruniquel una pareja de renos, primera obra en la que se advierte un intento de composición escénica al intentar representar la persecución de una hembra por un macho, etc.

Estas representaciones artísticas aparecen siempre en los mismos lugares donde se desarrolla la pintura rupestre, como un todo cuya finalidad, muy probablemente, sea mágico-religiosa. Las primeras muestras de pintura rupestre pertenecen al auriñaciense. Son manos impresas en las paredes de las cuevas contorneadas con colores. Pero será en el período magdaleniense donde, con una civilización proveniente, según unos del centro de Europa y según otros del sur, el arte se despierte y desarrolle plenamente en la zona del mediodía de Francia y el norte de España.

Distribución de la cultura magdaleniense en EuropaDistribución de la cultura magdaleniense en Europa
Distribución de la cultura magdaleniense en Europa. En rosa Magdaleniense y en rojo Gravetiense, los puntos azules son yacimientos.

Los testimonios artísticos en Asia son muy escasos y en África muy tardíos. Este arte se desarrollaba en el interior de las cuevas, primera casa del hombre. Algunas de las más representativas son las de la cueva de Altamira en Cantabria, descubierta por casualidad por María, la hija de don Marcelino Sanz de Sautola, en 1879, quien murió sin que se reconociera la validez de su hallazgo. Se compone de varias cavidades decoradas con temas animalísticos, entre las que destaca el famoso techo decorado con bisontes y otros animales herbívoros, situada en una amplia cavidad próxima a la entrada. Sin duda, es considerada como el conjunto más famoso de todo el arte rupestre por el realismo y viveza de sus representaciones y por la riqueza de su policromía.

Gran bisonte
Gran bisonte. La figura más poderosa del panel de los policromos de Altamira. Una de las más famosas representaciones pictóricas del arte rupestre.

En Francia destacan por su riqueza tres grandes conjuntos rupestres que, junto con Altamira, constituyen la culminación del arte pictórico del Paleolítico. La cueva de Lascaux de Dordoña, al suroeste de Francia, descubierta casualmente en 1940, consta de varias cavidades decoradas con una variada gama de representaciones animalísticas. Una de las más famosas es la que representa un bisonte que parece contemplar el cuerpo de un hombre yacente. Las paredes pintadas de estas cuevas se encuentran entre las más impresionantes y conocidas creaciones artísticas del homo sapiens del Paleolítico.

Estas cavernas fueron halladas por casualidad, por cuatro jóvenes, el 12 de septiembre de 1940. La mayoría de dibujos representa el paisaje circundante y animales tales como caballos, bisontes, mamuts, cabras, ciervos, leones, osos y lobos. Las especies animales representados abarcan tanto las que habrían sido cazados y consumidos (como los ciervos y bisontes), así como aquellos que eran temidos depredadores (como los leones, osos y lobos). Además de las imágenes pintadas, Lascaux es rica en grabados de animales, así como en representaciones abstractas.

La cueva de Lascaux es un sistema de cuevas en Dordoña
La cueva de Lascaux es un sistema de cuevas en Dordoña (Francia) en donde se han descubierto significativas muestras del arte rupestre y paleolítico.

Los tintes utilizados en Lascaux fueron derivados de minerales fácilmente disponibles y son de color rojo, amarillo, negro, marrón y violeta. Con toda probabilidad, los contornos amplios de color negro se aplicaron utilizando tapetes de musgo o el pelo, o incluso con trozos de color crudo. Las superficies fueron cubiertas por pintura directamente expulsadas por la boca o a través huesos ahuecados que se han encontrado en la cueva.

La caverna de Gabillou en Dordoña, compuesta por un largo y estrecho pasillo decorado con pinturas y grabados, y la de Niaux en Ariege, cavidad en forma de pasillo central en el que convergen varias galerías laterales de amplias dimensiones y abundantemente decoradas. El tema predominante de todas estas pinturas es la representación animal, realizada con un gran naturalismo y con una gran viveza colorística. Las especies representadas son, de mayor a menor, el caballo, el bisonte, el mamut, la cabra, el jabalí, el ciervo, el reno, el oso, el león, el rinoceronte, algunos pájaros y peces.

 Cueva de Niaux (Francia) - Bisonte con trazo modelado
Cueva de Niaux (Francia) - Bisonte con trazo modelado

El estilo sufre una evolución a lo largo del tiempo, desde la estilización abstracta de una primera fase hasta llegar al realismo y naturalismo propio de las últimas fases. La interpretación y significado del arte rupestre es un tema controvertido. En un principio se creía que los animales representados eran símbolos de la tribu, pero cuando, con los nuevos descubrimientos se constata la identidad de especies figuradas en lugares muy diversos, esta explicación fue en parte abandonada.

Posteriormente surge la hipótesis del maleficio o rito religioso, el primitivo cree en la acción de lo mismo sobre los mismos, es decir, de la imagen sobre el objeto que representa, por ello para asegurarse de la caza, representa animales tocados por flechas; para preservar la fecundidad y la continuidad aparecerían las estatuillas de diosas madres. Se practicaban sacrificios de animales para ofrecer a un poder superior. Alrededor de los bisontes pintados se desarrollaban ceremonias de iniciación a la vida adulta y otros ritos. Los hombres aparecen representados muy esquemáticamente como brujos. Las grutas serían santuarios, y por ello, a menudo, las pinturas están lejos de la entrada y son de difícil acceso.

cueva de Covalanes
La cueva de Covalanes es una de las que componen la zona arqueológica de Cantabria al norte de España.

Otras interpretaciones hablan del arte como juego o sencillamente como lujo, y esta última estaría avalada por la existencia de collares, colgantes y otros objetos que demostrarían el afán de ostentación del hombre. Puede que todas estas causas influyeran en el nacimiento del arte. Es clara la dificultad de pintar en las cuevas, y la intención de representar, con un alto grado de naturalismo, aptitudes más que detalles, de dar idea de conjunto más que de individuo, es decir, de vida.

Los hombres primitivos, al igual que los niños en sus dibujos, no representan lo que perciben, sino lo que saben. Poseen un realismo intelectual. Un animal de perfil tiene dos patas, pero como en realidad tiene cuatro, le pinta cuatro unidas dos a dos y las liga artificialmente al vientre del animal. Para representar los ojos utiliza la perspectiva torcida o disimulada, colocando un ojo de frente en una cara de perfil para darle mayor expresividad.

Pero este realismo intelectual está limitado, cuando quieren representar la marcha colocan las dos piernas en V, vuelta la cabeza, sin interponer el tronco. Su arte es pragmático y expresionista. Todo ello puede ser resultado de la concepción mágica del arte. Las esculturas de diosas acentúan sus rasgos sexuales y carecen de extremidades porque éstas no sirven para la reproducción. Pero, sin negar esta realidad, hay que tener en cuenta que no todos los artistas tenían las mismas cualidades, en los casos de los bisontes de Altamira y los caballos de Lascaux, el realismo visual triunfa sobre el intelectual.

Toros, caballos y ciervos en las Cuevas de Lascaux, Francia
Toros, caballos y ciervos en las Cuevas de Lascaux, Francia.

El arte rupestre sufre una evolución del Paleolítico Inferior al Neolítico. En un primer momento impera el naturalismo y el realismo, para caminar hacia una mayor esquematización en las figuras. El fin del período magdaleniense supone así, el triunfo del esquematismo, preparando el paso al nuevo arte neolítico realizado al aire libre y con gran estilización y simbolismo. Dejará de ser el bisonte la figura central dando paso al “caballo” uno de los animales más representados.

Referencia:
Zamora, M. A. (2004). Arte. Enciclopedia Global Interactiva. Grupo Cultural S.A.