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Arte abstracto y minimalismo

“Hedonismo contra puritanismo”

“Combo K.81 (K.37 y K.43) de gran tamaño.” (2009). Frank Stella, pintor y grabador minimalista y abstracto.

El deseo de un nuevo tipo de arte se había estado ideando en Estados Unidos desde los años treinta, sobre todo a través de programas subvencionados por el Estado, como el “Federal Art Project”, que se creó para sacar de la indigencia a varios miles de artistas. Muchos de ellos habían experimentado con las últimas tendencias del arte europeo, como el surrealismo y la abstracción influida por “De Stijl”. Al terminar la guerra, se encontraban a punto de crear dos tendencias auténticamente estadounidenses: el expresionismo abstracto y el minimalismo, que en algunos aspectos eran polos opuestos. Los ojos de la vanguardia se volvieron hacia EEUU, en especial sobre Nueva York.

Al terminar la segunda guerra mundial, el llamado «mundo libre» tenía una nueva potencia dominante, Estados Unidos, que no tardó en convertirse también en la principal influencia cultural del mundo. En parte, esto se debió a su poder económico, beneficiado por su supremacía tecnológica e industrial. A muchos de los que vivían en la Europa deprimida y escuálida, todo lo estadounidense les parecía fresco y brillante. Pero también influyó el hecho de que muchas figuras de la cultura europea hubieran tenido que abandonar sus países huyendo de los nazis y de la guerra.

En EEUU, estos emigrados encontraron terreno abonado para continuar sus carreras, un terreno que les habían preparado los talentos locales del diseño -en especial Frank Lloyd Wright- y una vanguardia que incluía a Duchamp y a audaces pintores semiabstractos como Georgia O'Keefe (1887-1986).

“Piedra y madera combinadas en Cabeza” (1960). William Turnbull.
“Piedra y madera combinadas en Cabeza” (1960), del artista escocés William Turnbull (1922- 2012).

Expresionismo abstracto

Los expresionistas abstractos se podrían considerar herederos de los expresionistas alemanes y los surrealistas: pintores del subconsciente. Jackson Pollock (1912-1956) fue uno de los artistas que trabajaron al amparo del “Federal Art Project” en la Nueva York de los años treinta. En aquella época estaba influido por el surrealismo, pero se fue interesando cada vez más por el proceso mismo de pintar. Hacia 1947 abandonó por completo la pintura figurativa y se dedicó a arrojar salpicaduras y chorros de pintura sobre el lienzo. En cierto modo, la obra de Pollock se puede considerar como la fusión lógica de la abstracción de Kandinsky y las obras «automáticas» de surrealistas como Ernst. Lo que tenía de nuevo era la pura expresión personal; sus cuadros no son imágenes planificadas de antemano, sino el registro no manipulado de una actuación pictórica. Esta nueva forma de arte se llamó «expresionismo abstracto», y el estilo de Pollock se denominó «pintura activa».

“Figura taquigráfica” (1942). Jackson Pollock. Óleo sobre lienzo. Museo de Arte moderno de Nueva York.
“Figura taquigráfica” (1942). Jackson Pollock. Óleo sobre lienzo. Museo de Arte moderno de Nueva York.

Campo de color

Otra rama del arte abstracto, más meditativa, es el llamado «campo de color». Su principal exponente fue el artista de origen ruso Mark Rothko (1906-1970), que en los primeros años cincuenta comenzó a experimentar con bloques rectangulares de color, de gran tamaño y pintados con un estilo distintivo. A pesar de que sus obras se limitaban a tres o cuatro tonos, lograba extraer a sus colores calidades enérgicas y luminosas. La obra de Rothko produce una curiosa sensación de monumentalidad, que él equiparaba a una experiencia mística.

La norteamericana Helen Frankenthaler (1928-2011) logró efectos similarmente luminosos vertiendo pintura sobre lienzos sin imprimar, para crear manchas planas. Otros artistas desarrollaron un estilo más controlado: tal es el caso de Barnett Newman (1905-1970), cuyos lienzos están divididos por franjas verticales muy precisas, que él llamaba «cremalleras».

“Centro blanco” (1950). Mark Rothko.
La cualidad suave y flotante de la obra de Mark Rothko es inconfundible. “Centro blanco” (1950) es una de sus muchas obras consistentes en simples rectángulos de color sobre un fondo de color diferente.

Arte minimalista

Al mismo tiempo, se desarrollaba en EEUU otro movimiento, muy diferente, que debía su inspiración al legado más analítico y clínico de “De Stijl”, a la abstracción del suprematista ruso Kasimir Malévich (1878-1935) y a los principios de la arquitectura modernista. Se le ha llamado minimalismo, porque sus productos están reducidos al mínimo de materiales y al mínimo de manipulación artística.

El arte minimalista representa un rechazo del abandono personalizado y emocional del expresionismo abstracto. Sus exponentes más característicos se dedicaron a la «escultura». Las formas suelen ser simétricas y geométricas, o basadas en proporciones matemáticas. El norteamericano Donald Judd (1928-1994) es autor de obras como “Sin título” (1965), que es una rampa de acero perforado; su compatriota Carl André (1935-…) creó sus famosos “Equivalentes” (1966) a base de ladrillos refractarios. Estas obras, instaladas sobre el suelo -una novedad en la escultura-, invitan a la meditación sobre el espacio y el volumen; pero en los años sesenta provocaron airadas controversias y plantearon cuestiones fundamentales acerca de la naturaleza del arte y la creatividad.

El minimalismo se expresó también en pintura, como se aprecia, por ejemplo, en las «pinturas negras» (1959-60) de Frank Stella (1936-…) y en las llamadas «pinturas de contornos duros» de Ellsworth Kelly (1923-2015).

“Círculo de granito de Georgia”. 1990. Richard Long.
A primera vista, “Círculo de granito de Georgia” parece bastante simple. La obra de 1990 del artista terrestre británico Richard Long consta de aproximadamente 100 grandes trozos de granito blanco de Georgia, todos apilados en el suelo en un círculo de 16 pies de diámetro.

Neo Dadá

Mientras el mundo del arte debatía los méritos relativos del expresionismo abstracto y el minimalismo, había artistas que tomaban un poco de cada uno, pero no se sentían satisfechos con ninguno de los dos. Al fin y al cabo, ambas tendencias se encontraban confinadas dentro de parámetros algo limitados. ¿Qué había sido de aquel espíritu anárquico, irreverente y desinhibido que con tanto éxito habían cultivado los dadaístas y los surrealistas?

Robert Rauschenberg (1925-2008) optó por un enfoque muy amplio de las artes visuales, tratando de «desenfocar» las percepciones visuales del espectador. En 1959 presentó su provocativo “Monograma”, un montaje consistente en una cabra de Angora disecada, con un neumático alrededor del cuerpo y plantada sobre un collage. Era desconcertante, ingenioso e iconoclasta, un gesto muy dadá. Más adelante, Rauschenberg se dedicó a producir «pinturas combinadas», en las que mezclaba pintura abstracta con serigrafías basadas en fotos de temas contemporáneos.

Mientras tanto, Jasper Johns (1930-…) pintaba cuadros con imágenes familiares -la bandera estadounidense, dianas, mapas de América-, pero aplicándoles las ricas texturas y las calidades pictóricas del expresionismo abstracto. La definición «neodadá» tuvo una vigencia limitada. La afinidad de Rauschenberg y Johns con los dadaístas fue sólo pasajera. Pero su impacto duró más que el término: por mucho que se jactaran los expresionistas abstractos y los minimalistas de ser los heraldos del futuro, fueron Rauschenberg y Johns los que abrieron el camino al siguiente movimiento artístico de importancia: el pop art.

“Monograma” 1955, de Robert Rauschenberg.
“Monograma” 1955, de Robert Rauschenberg, es una obra de arte muy duchampiana (la rueda es un claro homenaje). Es el germen del arte que vendría en el futuro, que entonces se denominó neodadaísmo.

Happenings y performances

A principios de los cincuenta, en la prestigiosa Universidad de Black Mountain (Carolina del Norte), el compositor John Cage, Robert Rauschenberg y otros artistas organizaron espectáculos o actuaciones sin guion, irrepetibles y a veces incomprensibles. Aquello no era teatro, ni cabaret, ni danza, sino una actuación multimedia, espontánea y efímera, pero capaz de comunicar ideas que no se podían transmitir de ningún otro modo. Según lo explicaba John Cage, era «una intencionalidad no intencionada: era intencionado porque sabíamos lo que íbamos a hacer, pero no lo era porque no sabíamos lo que iba a ocurrir al final».

Estos happenings figuraron entre los primeros ejemplos de una tendencia que se continuó desarrollando en los años sesenta y acabó formalizándose como «performance art». Muchas performances se llevan a cabo en locales que no tienen nada que ver con el arte, como fábricas o naves industriales. Pueden durar desde unos segundos hasta días o meses, y no es imprescindible que haya público.

John Cage interpretando "Water Walk" en enero de 1960 en el programa de televisión “Tengo un secreto”. En ese momento, Cage estaba enseñando Composición Experimental en la New School de la ciudad de Nueva York.

Nouveau roman

En el período de posguerra, los escritores se esforzaban por encontrar una manera de expresar la experimentación de los modernistas de entreguerras y reflejar al mismo tiempo el estado del mundo contemporáneo. En Francia surgió un grupo de escritores cuyas obras se describieron como “nouveau roman” (nueva novela). Sus principales exponentes fueron Nathalie Sarraute (1920-1999), Alain Robbe-Grillet (1922-2008) y Michel Butor (1926-2016).

Guiados por el existencialismo -y en especial, por su insistencia en las dificultades de comunicación- estos autores revisaron la percepción del mundo y llegaron a la conclusión de que la novela tradicional, tal como se concebía en el siglo XIX, se basaba en premisas artificiales: la trama, el desarrollo de los personajes, la cronología lógica, el narrador objetivo, son artefactos inventados.

En cambio, la vida real se percibe a través de la ventana de la individualidad, con todas las distorsiones y las minúsculas, pero importantes impresiones que esto acarrea. Sarraute, en particular, estaba interesada en lo que llamaba «tropismos»: las numerosas respuestas espontáneas e involuntarias de las personas a los estímulos del entorno normal. La nouveau roman elabora una imagen del mundo mediante un caleidoscopio de impresiones, algunas muy detalladas, otras aparentemente irrelevantes. El lector tiene que combinarlo todo para obtener la imagen.

Marguerite Duras, seudónimo de Marguerite Germaine Marie Donnadieu (1914-1996)
Marguerite Duras, seudónimo de Marguerite Germaine Marie Donnadieu (1914-1996), fue una novelista, guionista y directora de cine francesa. Experimentó con la “nouveau roman” e introdujo su estilo elíptico en el cine con su guion de “Hiroshima mon amour” (1958).

Música minimalista

El compositor John Cage (1912-1992) fue una figura clave de la vanguardia norteamericana. Tras haber sido discípulo de Schoenberg, a principios de los cincuenta comenzó a profundizar aún más en la música experimental, componiendo, por ejemplo, obras para «piano preparado» (la preparación consistía en introducir clavos, tornillos y trozos de papel entre las cuerdas). Estaba decidido a presentar un concepto completamente nuevo de la naturaleza del sonido, y a demostrar el potencial de la música para incorporar una enorme gama de sonidos.

Su intención era «desenfocar» a los oyentes, para que adquirieran más conciencia sensorial, tal como hace el budismo zen, que distorsiona la mente mediante la meditación para alcanzar la conciencia definitiva. Su "Paisaje imaginario N° 4" (1954) precisaba de 24 intérpretes, que giraban los botones de doce radios durante cuatro minutos para producir un conjunto arbitrario, pero selectivo, de sonidos. Aún más controvertido fue su "433" (1952), en el que el intérprete tenía que levantar la tapa del piano y luego sentarse en silencio durante 4 minutos y 33 segundos, para llamar la atención hacia los sonidos ambientales, generados en su mayoría por el público mismo.

Durante los años sesenta aparecieron dos nuevos compositores norteamericanos que combinaban la formación clásica con la experimentación de Cage y las influencias de músicas no occidentales, como el gamelán balinés, el sitar indio y los tambores africanos. Steve Reich (1936-…) y Philip Glass (1937-…) trabajaron en colaboración durante algún tiempo, produciendo una música que se caracteriza por su ámbito limitado, con fraseos repetitivos que avanzan en etapas minúsculas, casi imperceptibles.

"Violin Phase" fue escrita por el compositor minimalista Steve Reich en octubre de 1967. Claro ejemplo de la técnica de “phasing” en el que la música no es creada propiamente por instrumentos, sino por la interacción de las variaciones temporales en la melodía original.
Referencia:
Stewart, R. (1997). Ideas que transformaron el Mundo. Círculo de Lectores.