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Sector primario de la economía

Dentro del sector primario de la economía se incluyen las actividades básicas para la alimentación del ser humano: la agricultura, la ganadería y la pesca.

Sector primario de la economía
Sector primario de la economía

El espacio agrario

Con esta denominación se hace referencia a toda la superficie dedicada al cultivo de los productos agrícolas y a la cría de ganado. Este espacio se ha formado con el esfuerzo constante del ser humano, a lo largo de siglos, por transformar la naturaleza con la combinación de las técnicas que se han desarrollado y las actividades agrícolas.

Existen varios factores que influyen en el paisaje agrario, los físicos y los humanos. Los físicos influyen de forma directa en la vida agrícola y el paisaje que origina. Así el clima, el relieve o el suelo determinan una serie de variantes paisajísticas y climáticas de gran relevancia. Dentro del clima el paisaje agrario y los cultivos dependen del calor y la humedad, dos factores que inciden directamente en el crecimiento de las plantas; y de la duración de las estaciones con el reparto de las precipitaciones, y las consiguientes adversidades climáticas que se producen: sequías, inundaciones, riadas, heladas, etc.

El relieve condiciona los cultivos y sus tipos, y el aprovechamiento del suelo. Las características particulares de las montañas pendientes, temperatura, afloramiento de rocas desnudas, hielos, nieves, son factores que reducen el espacio cultivable. El suelo, compuesto a base de materiales minerales y sustancias orgánicas vegetales y animales, es la superficie donde crecen las plantas y los bosques.

La superficie cultivable depende de varios factores
La superficie cultivable depende de varios factores como el grado de acidez, su fertilidad, pero su mayor parte depende de la habilidad del ser humano para conservarlo y potenciarlo, y obtener así, su máxima productividad.

Los factores humanos son las formas de actuación del ser humano encaminadas a la formación del paisaje agrícola. Una de las más antiguas es la roturación, otras, la formación de terrazas en las laderas de las montañas, y la desecación de marismas o zonas pantanosas son formas de adecuación del paisaje para la producción agrícola. Para su permanencia y mantenimiento es necesario el abonado y la fertilización de los suelos para evitar su desnutrición. De esta manera se consigue un mayor rendimiento del suelo y se potencia la superficie cultivable.

Otro factor importante es la extensión del espacio de regadío. Gracias al desarrollo técnico (aspersión, riego por goteo, canalización, plantas potabilizadoras) se produce un nuevo ordenamiento del suelo y el cultivo de plantas y frutos propios del regadío. A estos factores hay que sumarle el desarrollo de la mecanización y motorización. Los tractores, segadoras, y demás maquinaria agrícola han influido de forma directa en la transformación del paisaje agrícola y la potenciación del cultivo.

La agricultura de regadío
La agricultura de regadío consiste en el suministro de importantes cantidades de agua a los cultivos a través de diversos métodos artificiales de riego.

Elementos del paisaje agrario

La forma de las parcelas y los sistemas de explotación son los elementos que definen la estructura de la superficie agraria. Las parcelas son las unidades técnicas en las que está dividida la superficie cultivable. Se caracterizan por ser de forma variable y de distintas dimensiones, además de poseer distintos tipos de cultivo.

La estructura parcelaria puede ser regular, o sea, parcelas cuadradas o alargadas cuando se ha realizado una ordenación moderna, propia de los países jóvenes; o irregular, cuando proceden de una larga tradición agrícola. Del mismo modo las distintas transformaciones conducen a una concentración parcelaria, reordenamiento de la superficie cultivable para su mejor aprovechamiento, o permanecen en dispersión con el consiguiente esfuerzo para su cultivo.

En su disposición en la superficie agrícola pueden estar separadas por mojones o surcos, en ese caso se denominan campos abiertos, en la agricultura tradicional europea reciben el nombre de openfields. Cuando están separados por muros o setos son campos cerrados, y reciben el nombre de bocages.

Openfields Bocages
Openfields                                                                                           Bocages

Propiedad de la tierra

Dentro de la propiedad de la tierra las formas más habituales son: La propiedad pequeña o minifundio, una superficie fragmentada en pequeñas parcelas de dueños distintos cultivadas por ellos mismos. Así los pequeños huertos de las zonas rurales son rentables y ofrecen productos alimenticios a sus propietarios, pero un exceso de fragmentación provoca estancamiento e imposibilidad de una modernización y desarrollo del cultivo.

Las grandes propiedades o latifundios son grandes zonas agrícolas que muchas veces se mantienen bajo la dirección de su propietario y la contratación de aparceros, o por arrendatarios. Las tierras comunales son propiedad de un municipio, normalmente prados, montes y bosques, cuya explotación se suele repartir entre los vecinos de ese municipio.

Sistemas de cultivos

Los sistemas de cultivo son, por un lado: el policultivo y el monocultivo. El primero está encaminado al cultivo de diversos productos agrícolas para el autoabastecimiento. Con el desarrollo de la sociedad capitalista la introducción de los productos agrícolas en el mercado, el cultivo se ha dirigido a una mayor especialización, el monocultivo. De esta forma se mejoran los rendimientos y hay una producción mayor. Aunque presenta varios problemas, entre ellos, estar a merced del mercado y las oscilaciones del precio del producto, lo que provoca a veces que no se obtengan beneficios, o haya tal cantidad de ese producto que no se puede vender.

Monocultivo de algodón
Monocultivo de algodón. El monocultivo son plantaciones de enorme tamaño donde se cultiva una sola especie, manejando las mismas técnicas de cultivo para toda la plantación.

La ganadería

La ganadería primitiva aún se sigue practicando en algunas zonas de las estepas y sabanas de África y Asia, en China y en Mongolia. Con ella obtienen la base fundamental de su alimentación, además de confeccionar con materiales obtenidos del ganado, la ropa, tiendas y otros utensilios necesarios. La práctica habitual de esta ganadería es el nomadismo, forma de pastoreo que va desapareciendo. Crían ovejas y cabras y se ayudan de camellos, caballos y asnos, sin una residencia fija.

Con el desarrollo de la agricultura hay también una renovación de los modos de pastoreo para la ganadería. La introducción de nuevas plantas como la alfalfa y el trébol como alimento para el ganado, así como la introducción de la carne y productos derivados en el mercado provocan un cambio en el modo de entender la ganadería.

Ganadería extensiva: se caracteriza porque los animales que se crían viven sueltos con la posibilidad de acceder a campos donde pacen, aunque reciben una alimentación suplementaria en los establos. Este tipo de ganadería se produce en los lugares donde apenas hay agricultura y una baja densidad de población.

Ganadería extensiva
La ganadería extensiva es un sistema de producción animal que se vincula al aprovechamiento de recursos naturales.

Ganadería intensiva: es el sistema de cría industrial bajo techo. Los animales se crían en condiciones estudiadas y vigiladas para el crecimiento. Para ello se requiere de un cuidado de la dieta, unas instalaciones y temperaturas concretas, y un fuerte control sanitario. De esta manera se alcanzan altos niveles de productividad en carne, huevos y leche, alimentos de gran importancia en las sociedades actuales. Dentro de este tipo de ganadería destaca por su particular desarrollo la industria avícola, ya que el alto rendimiento de engorde y la producción ponedora de las gallinas garantiza una de las mayores demandas de alimentos que requiere la población.

Ganadería intensiva
El ejemplo de ganadería intensiva es la avicultura, en la que existe una selección artificial de gallinas, bien sea para la producción de huevos o carne.

La pesca

Otra de las grandes actividades del sector primario es la pesca. No sólo por ser uno de los alimentos fundamentales de una parte de la población, y ser, además, la fuente de otros subproductos como fertilizantes, harinas o aceites, sino también por ser una actividad que ocupa un alto porcentaje de población activa.

Tipos de pesca

La pesca, que se produce principalmente en la plataforma continental, ha evolucionado según ha ido desarrollándose la tecnología. Las técnicas más tradicionales son la pesca con anzuelo, con redes fijas como la almadraba típica de la zona mediterránea, característica de la pesca de bajura, y con redes móviles, como la de arrastre, o la de cerco, esta última dirigida a la captura de especies de superficie como la sardina o el bonito, por ejemplo.

Existen otros sistemas más especializados como el barco nodriza, un buque factoría preparado para la transformación de los productos de pesca que permanece durante meses en los caladeros; la pesca con sonar que determina el volumen del banco de peces detectado; la pesca eléctrica que forma un campo eléctrico que atrae los peces a las redes, entre otras.

La pesca eléctrica es una técnica de captura de peces en el que se utiliza la corriente eléctrica
La pesca eléctrica es una técnica de captura de peces en el que se utiliza la corriente eléctrica. Consiste en producir un campo de corriente eléctrica dentro del agua, lo cual hace que los peces entren en un tipo de parálisis que facilita su captura mediante redes.

Sin embargo, aún persiste la pesca más tradicional, incluso en los países más desarrollados, la pesca de bajura, donde se pesca diariamente, trayendo pescado fresco casi todos los días a las lonjas de los puertos que con una efectiva red de distribución lleva el pescado a gran parte de la población. La pesca de altura, por su parte requiere pasar largas temporadas en alta mar en barcos mucho más preparados para esta actividad, son los barcos-factoría, donde se preparan las capturas para las industrias conserveras, para su congelación y para la producción de los subproductos antes señalados.

La explotación de la pesca

Los caladeros son las zonas marítimas donde se concentra una gran cantidad de peces. Con el aumento de la industria pesquera se ha producido una sobre explotación de tal manera que ya se han detectado en alguno de estos caladeros, problemas de agotamiento. Por orden de importancia destacan los siguientes caladeros: los del Océano Pacífico (costas de América Central y Sur) y los del Atlántico (norte de Europa y América). La mayor parte de las capturas de pescado que se producen pertenecen únicamente a 14 países, entre los que hay que señalar a Japón, Rusia, China, Chile, Perú, Dinamarca, Noruega, Islandia, Canadá y Estados Unidos. Un tercio de estas capturas está destinado al mercado internacional y los principales países exportadores son Canadá, Noruega y Estados Unidos. Japón con ser uno de los que más pesca, dedica la mayor parte al consumo interior, de hecho, es el mayor importador de pescado del mundo.

Distribución de los caladeros o bancos pesqueros en el mundo
Distribución de los caladeros o bancos pesqueros en el mundo

El avance de la contaminación de los mares, y el uso indiscriminado de métodos agresivos de pesca, van minando las reservas pesqueras mundiales además de frenar su recuperación, poniendo en peligro la reproducción de las especies. Debido a esto la normativa internacional ha establecido la prohibición de determinadas técnicas pesqueras que destruían todo lo que encontraban a su paso, ya que pescaban los peces más jóvenes impidiendo la pervivencia de los bancos.

Referencia:
Zamora, M. A. (2004). Geografía económica. Enciclopedia Global Interactiva. Grupo Cultural S.A.