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Evolución musical

El mundo antiguo, con re­lación a la música, pode­mos decir con absoluta certeza que es mudo para nosotros. Es así como lo conocemos, ya que jamás se ha descubierto nada que nos hable de él, salvo los ins­trumentos musicales que se han encontrado luego de excavacio­nes.


El Monje benedictiano Guido d´Arezzo fue uno de los iniciadores en el arte de la polifonía. Con el, las composiciones empezaron a cantarse entre varios intérpretes.

Los estudiosos han señalado que primitivamente los hombres sacaron sonidos de su propio cuerpo, golpeándose el vientre, las nalgas y los muslos, todas estas partes ricas en sonido. Las piernas fueron otro instrumento musical. Los movimientos de las mismas no sólo originaron las danzas, sino también cierta clase de sonidos. El "pataleo" es mú­sica. Más tarde no sólo se golpeó el cuerpo, sino también ciertas pieles puestas en tensión en cercos de madera, sobre piedras o empleando diversos utensilios. De esta forma el instrumento de percusión fue el primer instru­mento musical, y con el tambor comienza la historia de los ins­trumentos musicales.

Más adelante, con el correr del tiempo y para atraer el favor de los dioses, se inventaron las carracas, los arcos sonoros y otros artefactos vibrantes y los ins­trumentos de viento. Se com­probó que la altura del sonido dependía de la longitud de la columna de aire vibrante. Cuanto más largo es el tubo, tanto más bajo resulta el sonido, y vicever­sa. Luego se hicieron agujeros en la caña y así se obtuvieron varios sonidos diferentes, llegándose a la flauta. Prosiguiendo con las invenciones, los hombres sepa­raron con precaución una fibra de una carta de bambú, dejando ambos extremos sujetos al ca­nuto e introduciendo unos bastoncitos por debajo lograron que la fibra se mantuviera tirante. De esta invención nacieron todos los instrumentos de cuerda que co­nocemos hoy día. A este mismo principio responden las arpas, y los pianos.

MÚSICA ANTIGUA Y MODERNA


El grabado representa músicos tocando para festejar las victorias del rey Asirio Asurbanipal, y fue encontrado en un palacio en Nínibe.

En su esencia misma, la mú­sica del pasado no tiene nada en común con la música moderna, porque los antiguos, aun cuando hayan emitido dos sonidos si­multáneos, no practicaron el acorde, o sea, la armonía.

Si nos remitimos a los graba­dos, a través de ellos se puede observar que tanto los egipcios, como los griegos y romanos eran amantes de la música desde si­glos antes de Cristo. Hacia el año 2500 A.C. en Egipto la actividad musical era intensa. En un comienzo era sólo vocal y con instrumentos, y hacia el Imperio Medio ya se utilizaban las trompetas, las flautas senci­llas y dobles y las arpas curvas. Durante el Imperio Medio se acompañaban de laúdes, cítaras y liras, y en el Bajo Imperio se conocieron las campanillas, los címbalos y el órgano hidráulico.


Del año 1400 A.C. es este grabado, que representa una orquesta de mujeres egipcias tocando diversos instrumentos musicales

MÚSICA GRIEGA

De la música griega son muy pocos los antecedentes que quedan. Se conocen dos himnos a Apolo, compuestos en el siglo II A.C., algunos compases de un coro para el Orestes de Eurípi­des y otros fragmentos vocales. Toda la música griega de la antigüedad fue esencialmente vocal y todas las obras líricas (monólogos, diálogos, coros) se cantaban. La Música era obliga­toria tanto en el teatro como en los juegos olímpicos y píticos, y en las panateneas, que eran las fiestas celebradas en Atenas, en honor de la diosa Minerva o Atenea.

Pero los instrumentos musica­les sirvieron para sostener la voz y para proporcionarle ritmo, en ningún caso hicieron las veces de acompañamiento. Estos ins­trumentos fueron primero de percusión, como el crótalo (se­mejante a las castañuelas) y el sistro (arco de metal atravesado por varillas). Como instrumentos de cuerda utilizaban la lira o la cítara, y como instrumentos de viento se hacían acompañar de la siringa (serie de cañas unidas a la manera de la flauta de Pan), y el aulos, antepasado del oboe o del clarinete.

LA MÚSICA ROMANA

Los romanos se apasionaban por el ritmo, la danza y el canto tanto como por la poesía. La declamación cantada, los coros y los himnos religiosos gozaban del favor del público en el teatro, en los juegos, en los sacrificios y en los banquetes, donde los instrumentalistas, a menudo griegos, tocaban la lira, la citara y los instrumentos de percusión; acompañando a los solistas.

MÚSICA A CAPELLA

De esta forma cada pueblo tenía su música propia. Su evo­lución fue lenta en el paso de los siglos, hasta que se llegó al primer período importante en la historia de la música, que fue el de la polifonía. Esta consistía en la ejecución simultánea de varias melodías o partes igualmente importantes, cuyo número variaba entre cuatro y ocho. Este género de música para voces sin acompañamiento de instrumen­tos (a capella) fue cultivado especialmente en la Iglesia Católi­ca.

MÚSICA POLIFONICA

El período gótico, que se extiende más o menos entre 1200 y 1450, señala la primera era de la música polifónica.

La primera de las formas poli­fónicas fue el organum, que se desarrolló en Francia, y luego el conductus, un procedimiento que se perfeccionó en el siglo XII. Toda esta música polifónica se conoce con el nombre de Ars antiqua (el Arte antiguo). Sobrevino luego una nueva época para la música polifónica, conocida como la de Ars nova, en la que se logró un concepto original de ritmo y melodía. Uno de los principales maestros del nuevo estilo fue Guillaume de Machault. Con él se realizó la primera evolución de las formas polifónicas tan importantes como la misa y el motete. Cuando el Ars nova pasó de Francia a Italia nació el madrigal.

ESCUELAS POLIFONICAS

Giovanni Pierluigi de Palestrina, fue el maximo exponente de la música religiosa del siglo XVI y quien la separó de la música profana.
La música polifónica experi­mentó una transformación vital, la que se logró por distintas escuelas de compositores. La primera de ellas fue la flamenca o a de los Países Bajos; la segunda fue la veneciana y la tercera y más importante de todas, fue la romana que tuvo al más grande compositor de música religiosa de su tiempo, Giovanni Pierluigi de Palestrina. En su carácter de maestro del coro en la Iglesia de Santa María Maggiore, en Roma, escribió sus más hermosas obras, sobresaliendo, en especial, la célebre Missa Papae Marcelli, en memoria del Papa Marcelo II, quien fue el impulsor de la re­forma de la música religiosa italiana. Este trabajo consagró a Palestrina como uno de los compositores más sobresalientes y se convirtió en el prototipo de todas las misas posteriores.

OBRA DE PALESTRINA

La obra de Palestrina abarcó más de mil composiciones, entre motetes, salmos, madrigales, misas y magníficat.

Pero la música polifónica no quedó confinada a la Iglesia. En el siglo XVI nació la música polifónica profana. Era más alegre y más rítmica que la religiosa. Se introdujeron modificaciones en los madrigales, incluyéndose solos trabajados y ocasionalmente se sustituyeron piezas con acompañamiento por números a capella.
Referencia:
Evolución musical. (s.f.). Icarito, (35), 5-7.