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Ludwig van Beethoven

La casa en que nació Ludwig van Beethoven, el número 20 de la Bonngasse, en la ciudad renana de Bonn, es en la actua­lidad un museo al que acuden personas de todo el mundo, como a un santuario. Incluso en ella está el piano, el que se encuentra cercado por cuerdas para impedir que los visitantes lo toquen. Pero la tentación de tocarlo es algo que muy pocos visitantes pueden resistir. Se cuenta que un día una señora tocó de prisa las ocho primeras notas del primer tema de la Quinta Sinfonía; luego volvién­dose al guardia le dijo: "Supongo que todo el mundo desea tocar en el piano de Beethoven". El guardia le contestó: "No todos. La semana pasada tuvimos un visitante que se negó a tocar el instrumento. Dijo que no era digno de ello. Se llamaba Paderewski". (Gran compositor y pianista polaco).

 Ludwig van Beethoven

Beethoven nació en Boon el 16 de diciembre de 1770 y murió en Viena, Austria, el 26 de marzo de 1827. Desde pequeño empezó a es­tudiar música y a los ocho años se presentó por primera vez en público. Su vida en la niñez fue triste y desdichada; junto con luchar contra la pobreza, debía luchar contra la borrachera de su padre que derrochaba todo cuanto ganaba. Luego de la muerte de su madre, a la que Beethoven adoraba, su vida se hizo más difícil e insoportable. Trabajo con ahínco y para sol­ventar los gastos de la familia se dedicó a tocar la viola en la orquesta de un teatro y daba lecciones a niños nobles que deseaban aprender el piano.

Casa natal de Beethoven en Bonn, tal como se conserva hoy

Viena

En 1792, luego de conocer a Joseph Haydn, quien se trans­formó en su maestro, Beethoven viajó a Viena para quedarse defi­nitivamente en esta ciudad. Las puertas de la nobleza se abrieron para él, gracias a las recomenda­ciones del conde Waldstein y pasó a vivir en el palacio del príncipe Lichnowsky, quien había reconocido en el compositor a un genio nunca igualado. En marzo de 1795 se presentó por primera vez ante el público de Viena, en dos conciertos de caridad. Y así tanto como la nobleza lo admi­raba, fue reconocido su talento por todo el público vienés. Los críticos lo describieron como un gigante entre los grandes pianistas. Pero no sólo era aplaudido como pianista, sino también como compositor. La Sinfonía n.º 1 en do mayor, op. 21, es la primera de las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven. Se estrenó el 2 de abril de 1800 en el Burgtheater de Viena.

La sordera

A principios de 1801, Beetho­ven se dio cuenta que estaba quedando sordo. Esta incapacidad física, dolorosa, y más aún para un músico, arrastró a Bee­thoven a un período de desesperación. Se apartó del público y ocultó su incapacidad a todos, excepto a unos íntimos. La misma sordera le hizo componer música con una fiebre y una pasión que no había conocido hasta entonces. Dio al mundo una obra maestra tras otra: Claro de Luna, Waldstein, y Appassionata para piano, la Sonata a Kreutzer para violín y pianola Sinfonía Heroica; la primera ejecución en público de esta obra fue dada en el Teatro de Viena (Austria), el 7 de abril de 1805, Beethoven ha escrito el nombre de Napoleón Bonaparte en el título primitivo de la obra, pero al enterarse de su coronación como Emperador, desilusionado tacha el nombre y la llama "Sinfonía Heroica".

Beethoven es considerado una de las figuras cumbres del movimiento clásico, al mismo tiempo que precursor del movimiento romántico.

Dar vida a lo que oía mental­mente era una tarea de Hércules y así fue como escribió la Quinta Sinfonía, estrenada en Viena, el 22 de diciembre de 1808 y dirigida por él mismo. El concierto para piano n.º 5 en mi bemol mayor, Op. 73, conocido popularmente como «Emperador», fue el último concierto para piano del compositor. Está dedicado a Rodolfo de Austria, protector y pupilo de Beethoven y fue estrenado el 28 de noviembre de 1811 en Leipzig. La Octava Sinfonía fue escrita entre 1811 y 1812 y estrenada el 27 de febrero de 1814. No lleva dedicatoria y fue calificada por el autor de “pequeña sinfonía en Fa mayor”, para diferenciarla de la Sexta, escrita en la misma tonalidad. Después de 1812 escri­bió la sonata Hammerklavier para piano y en 1818 un resplandor espiritual inundó su música; fue el período de la Novena Sinfonía, de la Misa Solmnis y de los últimos cuartetos para cuerdas.

El 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la Corte Imperial de Viena, Beethoven apareció por última vez en público, al estrenarse la Novena Sinfonía en re menor, que él mismo dirigió, completamente sordo. A partir del segundo movimiento, un público asombrado y embelesado por la riqueza y amplitud de lo que escucha, estalla en aplausos. Al final del concierto, un Beethoven emocionado verá entre lágrimas, a todos los asistentes puestos en pie que no pararán de ovacionarle. El frágil estado de salud de Beethoven lo obligó a recluirse en su casa durante tres años, hasta el día de su muerte, el 26 de marzo de 1827, en Viena, a los 56 años de edad.

Referencia:
Ludwig van Beethoven. (s.f.). Icarito, (35), 15.