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Michel Foucault

Michel Foucault (1926-1984)

Filósofo e historiador de las ideas francés. Paul-Michel Foucault nace en Poitiers, el 15 de octubre de 1926, en el seno de una familia acomodada. Al finalizar la Ocupación, se traslada a París para proseguir su formación. Ingresa en la École Nórmale Supérieure en 1946. Tendrá como primeros compañeros a Pierre Bourdieu, Maurice Pinguet, Jean-Claude Passeron. Paul Veyne… Se licencia en Filosofía por la Sorbona en 1948. Sigue con admiración los cursos de Merleau-Ponty («ejercía fascinación sobre nosotros», recordará), quien en 1949 les descubría el pensamiento de Saussure. Se licencia en psicología. Su vida personal pasa momentos difíciles en esa época, de desagarro existencial, en el que no faltan ni los intentos de suicidio ni el abuso del alcohol, ni tampoco quienes lo achaquen a su orientación sexual.

Michel Foucault (1926-1984)
Michel Foucault (1926-1984).

En 1950 ingresa en el partido Comunista, tal vez como consecuencia de las conmociones políticas que levantó en Francia la guerra con Indochina, su colonia asiática. Al año siguiente, obtiene la agregación en Filosofía. Es nombrado ayudante de Psicología en la Escuela Normal, donde sus cursos del lunes son muy frecuentados. Y trabaja como psicólogo en el laboratorio de electroencefalografía del hospital psiquiátrico de Sainte-Anne. Se diploma en psicopatología y en psicología experimental. Lee a Nietzsche, a Bataille, a Blanchot, a Char… Pero también estudia a Ludwig Binswanger, el introductor del Análisis Existencial en la práctica psicoanalítica y psiquiátrica, a quien visita en Suiza. O investiga sobre la interpretación de las láminas del test de Rorschach. Los primeros escritos de Foucault (por ejemplo, Maladie mentale et personnalité [Enfermedad mental y personalidad], 1954) se centran en la psicología y se desenvuelven dentro del marco del marxismo y de la fenomenología existencialista. Sin embargo, supera pronto esos marcos conceptuales en una dirección que se deduce a partir de dos de sus grandes influencias: la historia y la filosofía de la ciencia tal y como es practicada por Bachelard y (en especial) Georges Canguilhem y la literatura modernista de, por ejemplo, Raymond Roussel, George Bataille y Maurice Blanchot. A través de sus estudios sobre la psiquiatría (Histoire de la folie [Historia de la locura], 1961), la medicina clínica (El nacimiento de la clínica, 1963) y las ciencias sociales (El orden de las cosas, 1966), Foucault desarrolla una aproximación a la historia intelectual, «la arqueología del saber», que trata los sistemas de pensamiento como «formaciones discursivas» independientes de las creencias y las intenciones de los sujetos particulares. Al igual que sucede en la historia de la ciencia de Canguilhem y en la literatura modernista, la arqueología de Foucault desplaza al ser humano del papel central que el humanismo imperante en nuestra cultura le había asignado desde Kant. Foucault reflexiona sobre el significado histórico y filosófico de su método arqueológico en La arqueología del saber (1969).

La arqueología del saber (1969).

Foucault admite que su arqueología no suministra ningún tratamiento de las transiciones de un sistema a otro. En consecuencia, se ve obligado a introducir una aproximación «genealógica», que no reemplaza a la arqueología, sino que va más allá para explicar los cambios en los sistemas de discurso conectándolos con cambios en las prácticas no discursivas correspondientes a las estructuras del poder. La genealogía de Foucault admite las causas de tipo económico, social y político normalmente aceptadas, pero rechaza, en un tono similar al de Nietzsche, cualquier esquema explicativo unificado y teleológico (por ejemplo, como el liberal o el marxista). Los nuevos sistemas de pensamiento son vistos como el resultado contingente de un gran número de pequeñas causas no relacionadas entre sí, y no como algo que viene a satisfacer grandes diseños de tipo histórico. Los estudios genealógicos de Foucault destacan la conexión esencial que existe entre conocimiento y poder. Los cuerpos de conocimiento no son estructuras intelectuales autónomas que se usen como instrumentos de poder en un sentido baconiano. Más bien, y precisamente por ser cuerpos de conocimiento, se encuentran ligados (aunque no son reductibles) a sistemas de control social. Esta conexión esencial entre el poder y el conocimiento refleja los puntos de vista posteriores de Foucault en los que el poder no es algo puramente represivo, sino una fuente creadora, aunque siempre peligrosa, de valores positivos.

Vigilar y castigar (1975)

En Vigilar y castigar (1975) muestra cómo las prisiones hacen de los criminales los objetos de un conocimiento disciplinario. En el primer volumen de la Historia de la sexualidad (1976) esboza un proyecto destinado a ver, a través de los modernos tratamientos biológicos y psicológicos de la sexualidad, el modo en que los individuos son controlados por el conocimiento que tienen de sí mismos como sujetos sometidos a su propio escrutinio y en proceso de autoformación. El segundo volumen fue proyectado como un estudio de los orígenes de la moderna noción de sujeto en los usos del cristianismo. Foucault escribió este estudio (Las confesiones de la carne) pero no lo publicó porque decidió que una correcta interpretación del desarrollo del cristianismo precisaría una comparación con las concepciones del sujeto moral propias de la Antigüedad. Esto le lleva a publicar dos volúmenes (1984) dedicados a la sexualidad griega y romana: El uso de los placeres y La inquietud de uno mismo. Estos últimos escritos de su carrera dejan claro el proyecto ético que da forma a toda la obra de Foucault: la liberación de los seres humanos ante restricciones conceptuales contingentes que aparecen enmascaradas como límites a priori e insuperables, y alumbrar con ello formas alternativas de existencia.

Referencia:
Audi, R. (Ed.). (2004). Diccionario Akal de filosofía. Ediciones Akal, S. A.