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Bogotá: Arquitectura después de 1950

La arquitectura bogotana de la segunda mitad del si­glo XX también puede ser vista en varias etapas. Entre 1950 y 1960 se realizaron obras modernas de espe­cial tamaño e importancia a cargo de las principales firmas profesionales y de las entidades del Estado. Una segunda etapa se inició hacia 1960 con el surgimiento de la arquitectura de ladrillo, una corriente bogotana de amplio reconocimiento in­ternacional. En la tercera etapa se formaron grandes consorcios financieros, urbanizadores y constructores en torno a las corporaciones de ahorro y vivienda, y se tra­bajó en grandes proyectos de vivienda en serie y en la construcción de rascacielos. Una cuarta etapa se inició en los años 90 con la presencia de nuevas generaciones de profesionales que ingresan al campo de trabajo y ponen en práctica nuevas ideas.

Son representativos de la primera etapa el Cen­tro Urbano Antonio Nariño (Néstor C. Gutiérrez y Esguerra Sáenz Urdaneta Suárez, 1952), primera uni­dad vecinal multifamiliar; el Hipódromo de Techo (Ál­varo Hermida y Guillermo González Zuleta, 1954); la capilla del Gimnasio Moder­no (Juvenal Moya, 1954); el aeropuerto internacional El Dorado (Cuéllar Serrano Gómez, 1956-59); el edificio de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol (Cuéllar Serrano Gómez, 1956-59) y el Conjunto Bavaria en el Centro Interna­cional (Obregón Valenzuela y Cía., 1962) los dos últimos galardonados con el Premio Nacional de Arquitectura. El conjunto de apartamentos El Polo, de Guillermo Bermúdez y Rogelio Salmona, iniciado en 1959 y las casas proyectadas a comienzos de los años 60 por Fernan­do Martínez Sanabria en el barrio El Refugio, al nororiente de la ciudad, son dos de los primeros ejemplos de la arquitectura orgánica bogotana, cuya característica más evidente es el manejo diestro de la construcción con ladrillo.


Hipódromo de Techo, 1960

En la tercera fase, después de 1970, se inició el desarro­llo comercial de grandes pro­yectos de vivienda en serie, de poco interés urbano y arquitectónico. La construc­ción de rascacielos se inició con el edificio Avianca, de 40 pisos (Esguerra Sáenz y Samper y Ricaurte, Carrizosa y Prieto, 1969-71). Esta tendencia culminó con dos edificios de 50 pisos: el Banco Cafetero (Cuéllar Serrano Gómez, 1977) y la Torre Colpatria (Obregón Valenzuela y Cía. y Pizano, Pradilla Caro Restrepo y Cía. 1978). En esta etapa también se realizaron obras importantes de la arquitec­tura bogotana de ladrillo, tales como la Facultad de Enfermería de la Universidad Javeriana (Aníbal Moreno, 1964) y la primera etapa del campus de la Universidad Externado de Colombia (Roberto Londoño, 1970). El conjunto residencial Torres del Parque, obra de Rogelio Salmona, terminado en 1970, ha sido reconocido mundialmente y es hoy mo­numento nacional.

 Torre Colpatria, 1980.

En las dos últimas décadas se han realizado varias obras proyectadas por nuevos profesionales. En la arqui­tectura para la educación se destacan tres obras de Daniel Bermúdez Samper: el Edificio Lleras de la Univer­sidad de los Andes (1990), ganador del premio de Dise­ño Arquitectónico en 1996; el coliseo cubierto del Liceo Francés (1997) y el edificio de Posgrados de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, distinguido con el Premio Nacional de Arquitectura en 1998. A los arquitectos Daniel Motta y Fernando Ro­dríguez se debe el proyecto del Centro Urbano Recreativo Compensar, un extenso complejo de instalaciones sociales y deportivas que obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1994.


Centro Urbano Recreativo Compensar

La obra reciente del ar­quitecto Rogelio Salmona incluye su participación, junto con los arquitec­tos Jaime Camacho, Julián Guerrero, Arturo Robledo y Pedro Alberto Mejía, en el proyecto de la Nueva Santafé. El Archivo General de la Nación (1992-94) obtuvo el Premio de Diseño Arquitectónico en 1994. El Centro Comunal de Nueva Bogotá (1997) y el edificio de Posgrados de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universi­dad Nacional de Colombia (1999) son dos muestras más de su maestría en la concepción de una arquitectura hecha para Bogotá, que se precia de contar con esta obra, reconoci­da y valorada nacional e internacionalmente.


Archivo General de la Nación

Edificio de Posgrado de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universi­dad Nacional de Colombia, 1999.

Bogotá es hoy una ciudad moderna en la que se con­servan sectores y edifica­ciones de valor histórico y patrimonial. Ese encuentro del pasado y del presen­te en el espacio le otorga una identidad particular y permite recorrer los diver­sos momentos de su vida apreciando los valores que la han distinguido a lo largo del tiempo.

Referencia:
Bogotá turística (2006). Legis S.A.