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Pi, el orden del caos

Cine
PI, EL ORDEN DEL CAOS
Pi, el orden del caos Sinopsis: Pi es la decimosexta letra del alfabeto griego y el símbolo que representa el misterio matemático más antiguo: 3.1415… cuyo valor exacto permanece como un misterio. Desde 1794 cuando se probó que Pi era irracional e infinito, se ha buscado un patrón para esta interminable cadena de números. De esa manera, Pi puede ser encontrado en todos lados, de la astronomía a la probabilidad, de la física al sonido y la luz. Actualmente en el cine no encontramos muy frecuentemente personajes solitarios, matemáticos obsesionados, envueltos entre la teoría matemática y el misticismo judío: Darren Aronofsky, en su primer largometraje, Pi, el orden del caos hace todo lo anterior, creando un thriller psicológico surrealista de considerable inteligencia que examina el límite entre la genialidad y la locura.

El conocimiento es la puerta hacia la locura

Un tan apasionante como critico proyecto que puede no ser plato para todos los gustos pero que, sin duda, a nadie puede dejar indiferente. "Pi" es una sórdida, asfixiante, angustiosa, inquietante y kafkiana visión acerca de la locura humana (siempre situada a un paso de la genialidad).

La película narra la historia de Max (más bien es el propio Max quien nos la cuenta y se la cuenta a si mismo), un matemático genial que, estudiando el número Pi, parece ser la única persona capaz de hallar la pauta que confiera el orden y lógica definitivos a todo lo conocido (desde la Bolsa hasta la Torah judía...). Aronofsky nos muestra al matemático protagonista de la cinta como un ser solitario, asocial y obsesionado por su búsqueda. Sólo en el interior de su diminuto apartamento cerrado con cuatro pestillos se siente mínimamente cómodo (cuando sus espantosos ataques se lo permiten, claro).

Pi, el orden del caos

A solas con sus números, sus píldoras y su ordenador, Max vive un simulacro de vida, hasta cierto punto ordenada. Cada vez que sale a la calle, viaja en metro o acude a un bar, el caos le rodea y le supera. Tiene visiones escalofriantes, la atención de la gente le resulta insoportable y regresa una y otra vez a su "hogar" para hallar la clave que ponga orden en el caos. Especialmente reseñable a este respecto es la escena, repetida una y otra vez, de Max cerrando metódica y obstinadamente cada cerradura de la puerta de su casa como intentando mantener el mundo exterior a raya.
 
Aronofsky también muestra a Max, sobre todo, en la parte final del filme como un iluminado (con estigma incluido en su cráneo), alguien que "ha visto" (de hecho, sus problemas de salud -y probablemente mentales- derivan de mirar de niño directamente al sol), alguien que "sabe" pero al cual, el saber que le ha sido revelado, le supera. Los verdaderos horrores que atenazan a Max no son ni la corporación bursátil ni la secta hebrea que le hostigan para que les revele su valioso secreto. El verdadero horror es el que sufriría cualquier simple hombre ante la certeza, la verdad última, el saber definitivo...

Pi, el orden del caos

No está claro si Max lo ha alcanzado o no. Si es un genio o un loco. Lo único claro es que no puede soportarlo. Nadie podría. Sólo al renunciar a su genialidad, por una vía más que traumática (se perfora el cráneo con un taladro), consigue algo parecido a la paz. Incapaz ya de seguir realizando piruetas matemáticas para solaz de su pequeña vecina (con cuya calculadora competía una y otra vez), Max es un hombre vulgar, sentado en un parque viendo las hojas de un árbol agitarse con el viento... las mismas que miraba al principio del filme pero que, esta vez, carecen de significado o misterio para él. Sólo renunciando a saber, el hombre puede ser feliz. Max, al menos, al final de la película puede sonreír... Los espectadores, al salir del cine después de ver "Pi” no está tan claro que tengan demasiadas ganas de hacerlo.

Javier V¡gara, Hispanista, Cine

"Este cuento de angustia y delirio, actualización cibernética de viejas parábolas sobre el poder corruptor de la ciencia, semeja más una comedia que la rigurosa reflexión que pide a Max su maestro. Lo cómico aquí es la pretensión de profundidad y trascendencia en un personaje que semeja una mezcla de John Turturro y Roberto Begnini, sin ser jamás inquietante; o la verborrea seudocientífica, o el nivel de abstracción que propone diez enigmas en cada secuencia, o la solemnidad del rabino que pretende encerrar el porvenir de la humanidad en una clave numérica. La claridad e interés de esta cinta están como se dice de la belleza en los ojos de quienes la contemplan. A la manera de Max Cohen., su personaje central Pi, el orden del caos, puede ser algo genial o una total impostura. En todo caso, tiene elementos suficientes para ser ambas cosas a la vez".

Carlos Bonfil-Cineteca UNAM, México

Pi, el orden del caos
PI, EL ORDEN DEL CAOS
Dirección: Darren Aronofsky
Guión: Darren Aronofsky, Sean Gullette, Eric Watson
Música Original: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Ubatique
Edición: Oren Sarch
Reparto: Sean Guliette/Maximilliam Cohen, Mark Margolis/Sol Robeson, Ben Shenkman/Lenny Meyer, Pamela Hart/Marcy Dawson, Stephen Pearlman/Rabbi Cohen, Samia Shoaib/Devi, Ajay Naidu/Farrouhk
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos.
Fecha de estreno: 10 de julio de 1998.