Primera Guerra Mundial: Los cambios territoriales

Categoría: Edad Contemporánea

Cambios territoriales

El derrumbe de las Potencias Centrales en el otoño de 1918 y los tratados de paz que firmaron los aliados posteriormente, el de Versalles con Alemania (28 de junio de 1919), el de Saint Germain con Austria (10 de septiembre de 1919), de Neuilly con Bulgaria (27 de noviembre de 1919), y de Trinon con Hungría (4 de junio de 1920), dieron origen a importantes cambios en las fronteras. Se crearon nuevos estados y se agrandaron los que tuvieron la suerte de haber permanecido al lado de los vencedores.

Europa antes de la Primera Guerra Mundial

Los principales cambios territoriales como consecuencia de la Primera Guerra Mundial fueron:

• Alemania devolvió Alsacia y Lorena a Francia, Poznan y Prusia occidental pasaron al nuevo Estado de Polonia, y Schleswig pasó a Dinamarca.

• Austria-Hungría se dividió en los Estados de Austria; Hungría; y Yugoslavia, que reagrupó los territorios de los antiguos reinos independientes y Montenegro, las tierras de la ex Corona croata, las ex provincias turcas de Bosnia y Herzegovina y las provincias de los Habsburgo en Eslovenia y Dalmacia; Checoslovaquia, integrada por los territorios de Bohemia, Moravia y Silesia, junto con Eslovaquia y la Rutenia de los Cárpatos, ex territorio húngaro.

• El Imperio otomano se convirtió en la república de Turquía, entregó algunas islas a Italia y Grecia, Siria a Francia, e Irak y Palestina a Gran Bretaña.

• En los territorios que Rusia perdió a manos de Alemania, al retirarse de la guerra en 1917, se formó una cadena de nuevas repúblicas: Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania, con lo cual Rusia quedaba nuevamente alejada del Occidente.

• Rumania experimentó un enorme crecimiento territorial, recibió Transilvania, Bukovina, Besarabia y la meridional Dobruja, que pertenecieron respectivamente a Hungría, Austria, Rusia y Bulgaria.

• Bélgica se dejó para sí las pequeñas regiones de Eupen y Malmédy.

• Italia se anexó el sur de Tirol (Alto Adige) y el Triestino, la península de Istria, antes en poder austriaco.

• Las posesiones alemanas en el Lejano Oriente y el Pacífico pasaron a poder de Japón, que obtuvo las antiguas concesiones alemanas en Shantung (China), Estados Unidos y Gran Bretaña.

Los plebiscitos que se realizaron en las regiones disputadas de Alta Silesia, Marienwerder, Allenstein y Schleswig terminaron en soluciones relativamente satisfactorias desde el punto de vista étnico, aunque los polacos hicieron grandes esfuerzos por anexarse Alta Silesia por las armas.

En todos los demás asentamientos, los elementos étnicos quedaron tremendamente insatisfechos. Los descontentos quedaron esparcidos por todo el mapa de Europa de Este, salvo en algunas zonas fronterizas entre Grecia y Turquía, donde, al término de la guerra greco-turca de 1920-1922, se negoció un gran intercambio de poblaciones. Danzig y los territorios del Sarre quedaron bajo la tutela de Altos Comisionados de la Liga de las Naciones, el Sarre fue devuelto a los alemanes en virtud de un plebiscito realizado el 13 enero de 1935. La paz con Turquía se postergó hasta la firma del Tratado de Lausana (24 de julio de 1923), debido a la dificultad que tuvieron los aliados para imponer sus condiciones a un renaciente movimiento nacionalista turco, pese a haber obtenido el apoyo de los griegos. La colonización en la frontera oriental de Europa tuvo que esperar el triunfo de los bolcheviques en la guerra civil rusa, el rechazo de la invasión de Rusia por Polonia y la invasión de Polonia por los soviéticos. Las potencias occidentales propusieron una mediación para establecer la frontera en la Línea Curzón (Conferencia de Spa en julio de 1920). Finalmente, la frontera fijada en virtud del Tratado de Riga (en octubre de 1920) dejó en territorio polaco una minoría bastante importante de rusos blancos y ucranianos.

El problema de las fronteras de estos nuevos países y la cuestión de minorías nacionales en sus territorios, constituirían los puntos de partida para futuras reivindicaciones y pretensiones revanchistas.

La redistribución colonial

La panorámica de los territorios de África y Asia, repartidos durante el siglo XIX entre algunos países europeos, cambió después de la Primera Guerra Mundial.

El sistema de mandatos

Una de las tareas de la Sociedad de Naciones consistió en reglamentar la situación en que debían de quedar los territorios dominados por los países derrotados en la Primera Guerra Mundial, de acuerdo con lo establecido por el Artículo 22 del Tratado de Versalles.

La pérdida de las colonias por parte de Alemania y de Turquía, a raíz de su derrota en la guerra, dio lugar a una nueva forma de control que se denominó sistema de mandatos internacionales. De acuerdo con este sistema, la administración de un territorio colonial por parte de un país europeo, debía estar bajo la tutela de la Sociedad de las Naciones. Esto significaba, que los nuevos ocupantes debían rendir cuentas anuales de los progresos de las colonias a esta Sociedad.

Este papel de la Sociedad de las Naciones, fue considerado como una tutela de los "países superiores”, es decir, los europeos, sobre los pueblos colonizados, a los cuales se les consideraba incapaces de gobernarse por sí mismos, en el supuesto de que se trataba de una administración temporal ya que en el futuro se pondría fin al dominio colonial por medio de un proceso hacia la independencia en el marco de las nuevas relaciones internacionales inspiradas en el principio de autodeterminación de los pueblos.

La redistribución

La asignación más importante de nuevos territorios a un país europeo se produjo en el Cercano Oriente. Esta región tenía un creciente valor estratégico, ya que concentraba la mayor parte de la producción de petróleo del mundo. Dos años después de la guerra, en el Tratado de Sevres, en 1920, se determinó que el Imperio turco perdía todos sus territorios al sur del Asia Menor, Izmir y Tracia oriental. Estos fueron repartidos entre los ingleses quienes tomaron Palestina, Transjordania y Mesopotamia, y los franceses a quienes se les otorgó la costa mediterránea. De esta forma, y arbitrariamente, de acuerdo con los intereses políticos y estratégicos de las potencias, se fueron fijando las fronteras de los futuros países afroasiáticos.

Tratado de Sevres

El Sistema de Mandatos dejaba bajo la tutela internacional, en nombre de la Sociedad de Naciones, los siguientes territorios:

1. Mandatos A ("orientales")

Siria y Líbano, a Francia.

Irak, Palestina y Transjordania, a Gran Bretaña.

2. Mandatos B ("africanos")

Camerún y Togo, a Francia.

Camerún Noroccidental y Togo Occidental, a Gran Bretaña.

Tanganica, a Gran Bretaña.

Ruanda y Urundi (actual Burundi), a Bélgica.

3. Mandatos c (“coloniales")

África del Suroeste, a la Unión Sudafricana.

Islas Carolinas, Marianas, Marshall, a Japón.

Nauru y Nueva Guinea Oriental, a Australia.

Samoa Occidental, a Nueva Zelanda.

colonias africanas

Los movimientos nacionalistas

El nuevo orden internacional creado después de la Primera Guerra Mundial impulsó la toma de conciencia nacional en las colonias y dio lugar a movimientos de reacción contra las potencias dominantes. Los casos de mayor importancia se dieron en el territorio asiático. Veamos algunos casos:

Turquía. El Imperio turco, derrotado y dividido tras el final de la guerra, consiguió superar el trauma mediante la revolución que inició Mustafá Kemal, quien casi inmediatamente después de la guerra inició la creación de un Estado moderno, al estilo occidental. Ante la mutilación de sus territorios, recurrió a la exaltación nacional para evitar que también Turquía fuera dividida. La ruptura con el pasado y con las dependencias extranjeras y religiosas fueron parte fundamental de la reforma kemalista.

Irak y Transjordania. Durante la guerra, Inglaterra había buscado el dominio total sobre el Cercano Oriente, lo que logró en gran parte. Con la creación de dos estados artificiales, Irak y Transjordania, los ingleses aseguraron la vía para sacar petróleo. En estas condiciones, Faisal, rey de Irak, obtuvo en 1930 la independencia de Irak, pero los ingleses tomaron medidas para seguir dominando la región.

Persia. A partir de 1919 esta región fue convertida en protectorado británico, lo que generó una fuerte resistencia por parte de sus habitantes. Riza Khan, un oficial del ejército persa, organizó con éxito un golpe de Estado, en 1921, que le permitió ascender al trono como rey. En 1935 Persia adoptó el nombre oficial de Irán.

India. La presencia británica en este país venía de años atrás. Pero, a partir de 1914, el movimiento nacionalista hindú comenzó a influir en las masas. De esta manera, surgió un personaje que sería fundamental en el proceso de independencia: Mahatma Ghandi, que buscaba la independencia total de su país, comenzó una campaña de no colaboración y de resistencia pacífica contra los británicos. La independencia se declaró finalmente en 1947. Sin embargo, el país quedó dividido en dos Estados: India y Pakistán.

Ghandi
En la Primera Guerra Mundial (1914-1918) las tropas de la India, participaron a favor de Inglaterra. El triunfo inglés y de la Revolución Socialista en Rusia influyeron decisivamente en el surgimiento del movimiento nacionalista emancipador indio, dirigido por el líder Mahatma Gandhi (1869 1948).

Palestina. Desde años antes, esta zona era colonia inglesa. El 2 de noviembre de 1917, Gran Bretaña, por mediación de su secretario de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour, presenta una declaración de intenciones asegurado el apoyo de su país a la creación de un Estado judío en Palestina, cuyo mandato correspondía a Gran Bretaña por decisión de la Sociedad de las Naciones. Será conocida como la Declaración BalfourComo respuesta a las intenciones judías de crear un Estado independiente en este territorio, se fortaleció el nacionalismo de la mayoría árabe que lo habitaba. Este conflicto entre árabes e israelíes continúa hasta nuestros días.

Referencias:
Historia Universal (1996). Casa Editorial El Tiempo.
Tanács, E. y otros. (2004). Contextos Sociales 9. Editorial Santillana S.A.