Gilgamesh, personaje legendario de la mitología sumeria y quinto rey de la ciudad de Uruk (actual Warka, en Irak), es el héroe protagonista de la composición épica Poema o Epopeya de Gilgamesh, cuyos primeros fragmentos conservados se remontan al III milenio a.C. Hijo de la diosa Ninsun y de un sacerdote llamado Lillah, las hazañas del rey Gilgamesh se erigen en protagonistas de la primera obra literaria conocida de la historia, anterior incluso a los poemas homéricos, a los Vedas de la India y a la Biblia judía.
La epopeya de Gilgamesh parte de una leyenda babilonia, cuyo núcleo originario se remonta a antiguos mitos sumerios, y se sabe que fue puesta por escrito mucho más tarde del período en el que está ambientada la historia. La primera versión hallada, de la que solo se conocen algunos fragmentos, pertenece a la literatura sumeria, pero la versión más completa conocida hasta ahora de la Epopeya de Gilgamesh fue grabada a finales del siglo VII a.C. en once tablillas de arcilla que fueron descubiertas por el arqueólogo George Smith en la biblioteca real del rey Asurbanipal, durante las excavaciones en la capital del antiguo Imperio asirio, Nínive.
Tanto desde el punto de vista histórico como del poético, la Epopeya de Gilgamesh refleja un estadio del pensamiento evolucionado, pues plantea los límites y los miedos del ser humano, así como su relación con la naturaleza. La obra narra las gestas del legendario rey, que se enfrenta al anhelo universal de escapar de la muerte. El héroe y su amigo Enkidu inician un viaje, dispuestos a vivir todo tipo de aventuras, pero Enkidu fallece en una de ellas y Gilgamesh emprende la búsqueda del secreto de la inmortalidad.
Con este objetivo decide visitar al sabio Utnapishtim, pues él y su esposa fueron los únicos humanos que sobrevivieron al diluvio universal. Utnapishtim le explica la historia del diluvio y le revela que en el fondo del mar existe la planta de la eterna juventud (o planta de la vida). Gilgamesh consigue alcanzarla, pero la pierde poco más tarde por culpa de una serpiente que se la roba; entonces regresa a Uruk para acabar allí sus días; ha comprendido que la inmortalidad pertenece solo a los dioses, y que para los hombres es una locura perseguirla.
En el poema se aprecian numerosas afinidades con los textos bíblicos y con la épica clásica. Eso ha llevado a los especialistas a creer que algunos de los temas del poema estaban ampliamente difundidos en el mundo antiguo, y a considerarlo una prueba de la existencia de contactos culturales entre los diversos pueblos ya en la remota Antigüedad. Los historiadores consideran que Gilgamesh fue un personaje real y que vivió aproximadamente en el siglo XXVII a.C.