Egipto: Ramsés II

Categoría: Edad Antigua

Ramsés II capturando enemigos (un nubio, un libio y un sirio). Museo Egipcio de El Cairo.

Con una historia de vida entre la realidad y la leyenda, Ramsés II fue uno de los faraones más conocidos del Antiguo Egipto. Nieto de Ramsés I e hijo de Seti I, y a pesar de no ser el primogénito del faraón, Ramsés II fue el elegido por su padre para sucederle, de modo que actuó como corregente desde muy joven. Así, cuando en el año 1301 a.C. accedió al trono, tenía ya una larga experiencia en el gobierno del estado y en el campo de batalla.

Se le considera un soberano poderoso, un guerrero indómito, un padre afectuoso y un constructor incansable. Temido por sus enemigos, amado por su pueblo (que bajo su reinado vivió una época de prosperidad y bienestar) y protegido por los dioses, Ramsés II dejó una marca indeleble en la historia de la civilización egipcia. No en vano es el faraón más recordado en los monumentos, entre los que cabe destacar las majestuosas construcciones de los templos de Karnak y Luxor. Por no hablar de los famosos templos de Abu Simbel, su obra maestra, conocidos no solo por su monumentalidad sino también por la precisión con la que fueron construidos.

Estatuas sedentes de Ptah, Amón, Ramsés II y Ra-Horakhti.

Cada 21 de febrero y 21 de octubre, los primeros rayos del sol penetran en el interior del templo de Ramsés II e iluminan el santuario donde se encuentran las estatuas sedentes de Ptah, Amón, Ramsés II y Ra-Horakhti.

Ramsés II fue también un gran caudillo militar. Protagonizó numerosas batallas para defender y ampliar las fronteras de un reino que se extendía desde Nubia, por el sur, hasta el Tigris y el Éufrates, al este. Su gesta más memorable fue la batalla de Qadesh (Siria), contra los hititas, que fue representada en las paredes de cinco templos diferentes (Abu Simbel, Ramesseum, Abidos, Luxor y Karnak).

La batalla de Qadesh (1296 a.C.), a orillas del río Orontes, en la actual Siria, vio enfrentarse a las dos mayores potencias del momento: el Egipto de Ramsés II y las huestes hititas de Muwatallis II. La batalla significó el acto final de una larga serie de guerras entre los dos reinos.

Ramsés II en la batalla de Qadesh

Ramsés II en la batalla de Qadesh, bajorrelieve en el templo de Abu Simbel.

Parece ser que esta batalla no tuvo vencedores ni vencidos. En las crónicas del faraón quedó recogida como una aplastante victoria, pero los historiadores dudan de ello. De hecho, la ciudad de Qadesh no fue conquistada y el conflicto concluyó con un tratado de paz entre Ramsés II y el rey de los hititas Hattusili III. Lo cierto es que, ante la creciente amenaza de una nueva y emergente potencia en la región, los asirios, los dos pueblos decidieron poner fin a su rivalidad.

Para sellar el acuerdo, Ramsés II desposó una princesa hitita, Maat-hor Neferura, hija de Hattusili III. El tratado, sin embargo, perdió bien pronto relevancia para Egipto, ya que la llegada de una segunda oleada de poblaciones indoeuropeas se llevó por delante al Imperio hitita y lo hizo desaparecer.

Coloso de Ramsés II en el Museo Británico

Coloso de Ramsés II en el Museo Británico

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.