Juegos de mesa: Los dados

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Los dados

Los dados, símbolos del azar, se remontan a la Antigüedad. No sorprende ver en los frescos a los héroes griegos Aquiles y Ajax jugando a los dados, durante el período de la guerra de Troya. Los héroes de Troya no son los únicos en practicar este juego, esas imágenes se encuentran en casi todas las culturas desde tiempos inmemoriales. La palabra «dado» viene del término latino datum, que significa «lo que la suerte da».

La forma de los dados ha variado en el curso de la historia. La más frecuente es la cúbica, que los romanos apreciaban de una manera particular. De su cultura nos queda el término “as” para designar la unidad. Actualmente se siguen jugando un centenar de juegos de dados en el mundo, sin contar los juegos que utilizan dados para poder jugarse, el monopoly y el backgammon, por ejemplo. Entre los juegos de dados más conocidos hay que citar el 421, el yams, el zanzj y el póquer con dados. Lejos de desaparecer, se puede afirmar que los dados conocen hoy un desarrollo de los juegos de simulación y de estrategia: juegos de función y wargames (juegos de guerra). Es corriente que en este caso tengan 8, 10, 12 o incluso 20 caras.

Los dados
Dados en forma de poliedro regular de 4, 6, 8, 10, 12 y 20 caras

Historia de los dados

Desde la Antigüedad se han usado a menudo dados de cuatro caras, parecidos a pequeñas pirámides (tetraedros, más concretamente). Se encuentran también dados de formas paralelepípedas, al igual que pequeñas reglas de sección cuadrada, con puntos en cada una de las caras rectangulares.

La transmisión de los juegos está muy relacionada con su presentación. Parece evidente que un juego de fabricación sencilla, como el de los dados, conserve desde siempre y en todos los países una forma parecida a la actual. Sin embargo, aunque la forma no haya cambiado, la función de los dados para los antiguos era menos lúdica que ritual, sirviendo principalmente para consultar a los dioses en medio de una ceremonia. Se alineaban en cajitas concebidas especialmente para guardarlos.

Caja de dados de madera
Caja de dados de madera palisandro con incrustaciones bronce y latón

Según se desprende de los documentos a los que se refieren los historiadores, el juego de dados de se introdujo en Francia en el siglo XII. Sin embargo, se dan muchas circunstancias para poder pensar que aparecieron tanto en Francia como en España, con las invasiones romanas, hace cerca de 2.000 años. Pero, en todo caso, bajo el reinado de Felipe II el Augusto de Francia (1180-1223) adquirieron sus cartas de nobleza. Los fabricantes de dados eran en aquel tiempo tan numerosos, que se organizaron en corporación y prosperaron, a despecho incluso de los fabricantes de naipes, hasta el siglo XIV.

En España se reguló su juego dentro del Ordenamiento de las tahurerías (casas públicas de juego de suerte y azar), siendo severas las leyes que los reglamentaron. En las “Cantigas” de Alfonso X el Sabio se les califica de juego de villanos, aunque también jugaban con ellos las clases nobles. Por otra parte, en el Libro de los juegos, del mismo rey, una de las partes está consagrada al juego de dados. San Luis de Francia, famoso por su prudencia, intentó en vano prohibir o por lo menos reglamentar el juego de dados. Tampoco sus sucesores obtuvieron éxito alguno. Había penas de cárcel para los vigilantes a los que se sorprendía jugando a los dados.

miniatura de 1282, del Libro de ajedrez, dados y tablas
A pesar de las prohibiciones sobre los juegos de azar. en la Edad Media hubo mucha pasión por los dados. Esta miniatura de 1282, del Libro de ajedrez, dados y tablas, de Alfonso X el Sabio, ilustra su fabricación. Los dados, tallados con esmero por las mujeres y perfectamente cúbicos, estuvieron muy de moda en la corte castellana.

Las matemáticas en los dados

En un lanzamiento, cada cara de un dado tiene tantas probabilidades de salir como cualquier otra. Sin embargo, la suma de puntos obtenidos al tirar dos dados presenta características muy particulares. Estudiando este problema, Pascal dio nacimiento al cálculo de probabilidades. Hay que notar que arrojando dos dados es mucho más fácil que salga un total de 7 puntos a que aparezca la suma de 2 o de 12.

No existe más que una manera de conseguir 2 ó 12, mientras que varias combinaciones dan un total de 7. Para que la suma sea de 12, necesariamente deben salir las dos caras de los dados con 6, y lo mismo ocurre con el 2. Mientras que hay seis formas de combinar los dados para que sumen 7 (1 y 6, 2 y 5, 3 y 4, 4 y 3, 5 y 2,6 y 1). La probabilidad de que aparezca un total de 7 al lanzar los dos dados es, por consiguiente, más elevada que para el resto de los valores, decreciendo a medida que se apartan de él.

La manera de tirar no influye en el resultado, ni los dados exigen capacidad memorística ni demandan ningún esfuerzo intelectual. La mayoría de las ocasiones, el jugador solicita únicamente suerte. Así pues, el juego de dados parece sencillo e inocente. El historiador holandés Johan Huizinga, en «Homo ludens», define el juego como una «acción desnuda de todo interés material». A pesar de ello, un jugador con mala suerte puede dejar en él una fortuna.

Las perinolas

El término latino de la perinola es totum (todo), cuya inicial era una de las letras inscritas sobre la primitiva perinola, de cuatro caras.

Put and take top de cobre. 1940 El dreidel perinolas indias
Put and take top                                   Dreidel                                                  Perinola india

El juego del "put and take top", conocido como el quita y pon, hizo furor en Estados Unidos hacia 1940. Cada jugador ponía una cantidad convenida y luego cogía el dado por su cola y lo hacía girar. Cada cara del dado contiene una indicación (pon 1, quita 1, pon 3, quita 3, pon 4, quita 4, pon todo, quita todo) que el jugador debe respetar y ejecutar.

El dreidel es una clase de dado que apareció en Alemania en la Edad Media. Participa de las cualidades del dado y de la peonza, ya que está constituido por un cubo atravesado por un eje que permite hacerlo girar como una peonza. En cuatro de sus caras figuran valores, igual que en los dados clásicos.

Las perinolas indias, talladas en hueso, son alargadas. Cada uno de los dos jugadores hace girar cuatro simultáneamente y luego cuenta sus puntos. En la India utilizan aún hoy conchas parecidas a las del cauri de las playas, que tienen la forma de granos de café. Se tiran seis de estas conchas y se cuentan aquellas cuya abertura queda hacia arriba.

Hay varias clases de dados, algunos en lugar de indicar una puntuación, llevan símbolos. En el Juego de Schimmel, conocido en España con el nombre de caballo blanco o aduana y en el que se emplean cartas y dados, estos últimos son muy originales: tienen cinco caras blancas. La sexta cara está numerada en seis de ellos y los otros dos tienen un dibujo: una campana y un martillo.

Juego de Schimmel
Juego de Schimmel

El craps

El craps es una variante americana del juego de azar, llamado también pase inglés, el nombre de este juego proviene de que en Norteamérica el término (craps = cangrejos) se aplica a la suma mínima de una tirada en los juegos de azar. El craps es un juego de casino en el que se utilizan dos dados. Cada jugador hace una apuesta al empezar. Si uno de ellos obtiene un total de 7 o de 11 de la primera tirada, es decir, hace una «buena», gana y se lleva todo lo apostado. Si obtiene un 2, un 3 o un 12, se dice que ha hecho un crap, (una «mala» o «barraca») y pierde su apuesta.

El cubilete

El uso más común del cubilete se da para una gran variedad de juegos de manos y de mesa donde se utilizan dados. Se ponen los dados dentro de él y se arrojan sobre el tablero para comenzar la jugada. Así se usa para el parchís, la oca y otros juegos de mesa en los que hay que mover las fichas en función de la puntuación obtenida por los dados.

El cubilete
Los primeros, de forma troncocónica, se fabricaron en un principio de cuerno y posteriormente de cuero. Algunos están ricamente ornamentados.

REFERENCIA:
BERLOQUIN, P. (2000). Enciclopedia temática “La clave del saber”. Editorial Printer Colombiana.