Juegos de destreza: Cometas, canicas y trompos

Categoría: Deportes

Los chinos la hacían volar tras haber enganchado en ella tallos de bambú horadados

Hace milenios, en China, se consideraba la cometa como un objeto mágico. Relacionaba el Cielo y la Tierra y transportaba las almas. Los chinos la hacían volar tras haber enganchado en ella tallos de bambú horadados. Los sonidos semejantes a lamentos que producían tenían fama de ahuyentar a los demonios. Aunque no tenga ya está significación mágica, la cometa es aún hoy día uno de los juegos más apreciados del mundo y queda, en cualquier caso, como uno de los que ejercen más fascinación.

La cometa: un juego utilitario

En 1798, durante la campaña de Napoleón en Egipto, dos arquitectos midieron la columna de Pompeya sirviéndose de una cometa. Asimismo, en el 459, en Corea los habitantes de una aldea asediada se hicieron ver por sus aliados gracias a una cometa. En 1752, Benjamín Franklin llevó a cabo su famoso experimento sobre la electricidad atmosférica, siempre mediante una cometa.

La cometa, nacida en el Extremo Oriente, es un objeto cuyo funcionamiento se basa en la utilización de unas determinadas condiciones atmosféricas. No tiene nada de extraño que tuviera en la antigüedad otras funciones que las de un juego. Tuvo fines utilitarios, se empleaba para medir la distancia, como ingenio militar, incluso a veces para pescar. Más tarde, la cometa llegó a ser el juego que hoy se conoce y se puede contemplar en las playas, montañas, valles, desiertos, etc.

La cometa
Fácil de construir, con dos varillas flexibles, papel, hilo y pegamento, existe hoy en todos los materiales y formas posibles. Hay también concursos y competiciones de cometas de todas las clases.

Los juegos de habilidad o destreza necesitan en su mayoría un accesorio específico: bolas, diábolo, balero, dardos, tabas, balón, trompo, etc. Tienen, a menudo, un origen muy antiguo. El de bolas lo practicaban griegos y romanos, la taba los egipcios, el diábolo los chinos. En algunas ocasiones, estos objetos tuvieron en un principio un uso utilitario.

Las canicas

Uno de los juegos de habilidad más reconocidos por los niños del mundo es el de las canicas, se juegan según las reglas que se inventan o heredan por tradición oral. Además de su aspecto puramente lúdico, las canicas dan la oportunidad a los niños de iniciarse en una especie de comercio: trato, trueque, cambio.

Las canicas

Las canicas sólo llegaron a ser completamente redondas en el siglo XVIII. Son de barro, piedra, mármol, cristal, ágata o metal. Durante mucho tiempo, Holanda tuvo el monopolio de la fabricación de canicas de mármol y alabastro. Los «calots» (cascotes), de mayor tamaño que las bolas, constituyen un verdadero tesoro para los niños. Las bolas se lanzan habitualmente con la segunda falange del pulgar, que se distiende como un resorte bajo la pulsión del índice.

Entre las formas más clásicas del juego de bolas hay que citar el bote, en el que participan varios jugadores colocados a 3 m de un hoyo poco profundo, de 15 a 20 cm de diámetro, llamado «bote». El que logra alcanzarlo se anota 10 puntos. Una partida, por lo general, se juega a 110 puntos. A veces interesa, más que alcanzar el bote, apuntar a la bola de un contrario para alejarla del hoyo.

Canicas de piedra, barro y cristal
Canicas de piedra, barro y cristal

El juego del «bombardero» se basa en el principio contrario. Las canicas se disponen en círculo. Se trata de dispersarlas apuntando con otras bolas, para lo cual se coloca la mano extendida por encima del conjunto de bolas y se lanza. También puede colocarse para tirar a cierta distancia del círculo, pero esto es más difícil.

Trompos

Se ponen en marcha con ayuda de un cordel, o simplemente haciendo girar el mango entre las manos. Pueden rotar sobre su eje durante minutos. Todos los niños del mundo los utilizan, ya sean de madera, de tierra o incluso de concha. De múltiples formas y funcionamientos, los hay de numerosos tipos: perinolas, spun, dreidel, snurra, levitrón, beyblade.

Tradicionalmente los trompos eran hechos por artesanos y construidos con maderas duras (espino, naranjo, ​ roble) con el fin de que fueran muy resistentes para soportar los golpes que recibían de sus "contrincantes". Se han encontrados ejemplares de trompos hechos de arcilla en civilizaciones antiguas como las de Troya. También eran fabricados por los propios niños, con madera de haya o encina, que tallaban toscamente, colocándolas finalmente un clavo de hierro sin cabeza como punta.

Trompos
Hoy se han masificado y para su fabricación se utilizan diferentes tipos de maderas y materiales sintéticos como plásticos, fibra de carbono, neopreno y otros polímeros.

REFERENCIA:
BERLOQUIN, P. (2000). Enciclopedia temática “La clave del saber”. Editorial Printer Colombiana.