El estudio de todo proceso histórico requiere del conocimiento del tiempo durante el que se presentan los hechos. Para ello se utilizan las diferentes divisiones del tiempo y su representación gráfica en tablas o líneas. Estas consisten en la ubicación ordenada de los cómputos de tiempo (década, siglo, milenio), que se refieren a un suceso o cadena de sucesos que son objeto de estudio.
Línea de tiempo
Para elaborar una línea de tiempo, debes seguir los siguientes pasos:
• Definir si la vas a hacer horizontal o vertical y el tamaño que va a tener.
• Trazar la línea (horizontal o vertical) y dividirla en porciones iguales, de acuerdo con los años que tenga el período que vas a representar (de 1 cm en 1, de 5 cm en 5).
• Seleccionar los acontecimientos más destacados del período de estudio.
• Averiguar los años en que sucedieron los hechos elegidos y ubicarlos en la línea, de manera proporcionada, frente a los años de referencia.
• Anotar el nombre de los sucesos y personas relacionadas con las fechas de la cronología
• Una vez determinada la línea, se procede a su análisis. Se establecen las relaciones de causa y efecto entre los hechos, las relaciones temporales para ver su influencia y la validez de los hechos seleccionados como representativos del proceso histórico.
La línea de tiempo debe tener las siguientes condiciones:
• Las divisiones son iguales y permiten una colocación precisa de las fechas elegidas.
• Presenta brevemente y con palabras claras y precisas los sucesos representativos del proceso estudiado.
• Tiene una información equilibrada o presenta exceso de datos.
• Permite ser analizada y sacar conclusiones objetivas.
• Los sucesos y fechas anotados fueron debidamente sustentados con consulta bibliográfica.