Ruptrua con el pasado
En las postrimerías del siglo XIX, una tendencia a romper con los moldes clásicos caracterizó a los músicos jóvenes. Cambios bruscos en los estilos, técnicas, principios, tendencias y conceptos pretendían barrer la influencia románteica que ejercían los alemanes, especialmente Wagner.
La experimentación fue la fase primera de los músicos contemporáneos, aunque luego muchos de ellos reaccionaron radicalmente, para volver a las formas y estilos tradicionales. Otros canalizaron su talento hacia las formas de expresión populares, recogiendo costumbres y valores de sus lugares de origen.
Al agrupar la obra de los músicos modernos, seis son los movimientos que resaltan: el impresionismo, el expresionismo, el dinamismo o neoprimitivismo, el neoclasicismo, el neorromanticismo y el jazz.
Impresionismo
Claude Debussy iniciador y máximo representante del llamado impresionismo musical, sus innovaciones armónicas abrieron el camino a las nuevas tendencias musicales del siglo XX.
El movimiento impresionista en la música se da paralelamente al movimiento impresionista en la pintura, y al igual que en él los músicos intentan dar, en sus obras, su impresión personal sobre el tema que tratan. El motivo tiene aquí menos valor que el sentimiento que inspira en el artista, por eso no hay mucho realismo: lo que impera es el subjetivismo, para lo cual los músicos ensayan acordes, progresiones, cadencias y tonalidades nuevos, pues estiman que los tradicionales ya no les sirven. Principales representantes del impresionismo musical son Claude Debussy, Maurice Ravel y Frederick Delius.
Expresionismo
Manteniendo siempre en primer plano la expresión del sentimiento personal, el movimiento expresionista en la música incorpora fundamentalmente técnicas que pueden ser consideradas "revolucionarias", tales como el "atonalismo" (desobediencia a las leyes de tonalidad vigentes) y "dodecafonismo" (forma musical basada en el empleo de doce sonidos de la gama cromática, con exclusión de otra escala sonora). Los exponentes más destacados de esta tendencia son los austríacos Arnold Schoenberg y Alban Berg.
Dinamismo o neoprimitivismo
Una de las fechas clave que señalan el nacimiento de la llamada música contemporánea es el 29 de mayo de 1913, día en que se estrenó el ballet de Stravinsky "La consagración de la primavera".
Es en este movimiento musical donde se puede apreciar con mayor claridad la tendencia a rescatar los valores populares para incorporarlos a la creación musical. Se acentúa aquí el uso de los ritmos primitivos con una fuerza salvaje y elemental. La obra de Igor Stravinsky es exponente de este movimiento.
Neoclasicismo
En esta tendencia hay un retorno a las formas y estilos de los siglos XVI, XVII y principios del XVIII, pero sin abandonar la técnica armónica y tonal de las escuelas contemporáneas. También Igor, Stravinsky incursionó en este movimiento, junto a Paul Hindemith.
Neorromanticismo
Richard Strauss (1864-1949) revivió en la música la influencia romántica de Wagner. Curiosamente su padre, Franz, fue el principal detractor del músico.
Se trata de una continuación del romanticismo germano, que en un comienzo había sido abandonado, pero que resurge con nuevos bríos retomado por los maestros alemanes Ernest von Dohnányi, Richard Strauss y Gustav Mahler.
Jazz
El liberalismo de la música de jazz se infiltra también en la llamada música seria, imponiendo técnicas y estilos propios que son tratados en forma magistral por los norteamericanos George Gershwin y Aaron Copland.
George Gershwin (1898 - 1937) introdujo las formas del jazz a la música seria.