Imperio Carolingio: Organización política, económica y social

Category: Edad Media

Coronación de Carlomagno por el papa León III
Coronación de Carlomagno por el Papa León III

Estructura Política

Una vez asumido el poder, las primeras acciones de Carlomagno estuvieron encaminadas a asegurar su autoridad en todos sus dominios e intentar restaurar el Imperio Romano de Occidente. Durante el gobierno de Carlomagno, el reino franco pudo ampliar su territorio y establecer áreas de contención para prever futuros ataques. Desplazó sus fuerzas con una inteligencia moderna para su tiempo. Cuando los lombardos, ubicados en el norte de Italia, atacaron las posesiones de la Iglesia, Carlomagno acudió en ayuda del papa Adriano I. Derrotó a Desiderio, el rey lombardo, en la batalla de Pavía, pero aprovechó para que el territorio no quedase en manos de la Iglesia.

Con igual sagacidad actuó en el área sajona, la zona limitada por el río Rin y el mar Báltico, estaba dominada por los sajones. Este grupo no había podido ser evangelizado a pesar de los esfuerzos de los misioneros cristianos. Finalmente, en 785, el jefe sajón Widukindo fue bautizado, la región fue ocupada por colonos francos y los sajones fueron deportados.

Carlomagno sajones
Carlomagno logra la pacificación de los sajones y su compromiso a cristianizarse.

La llamada Marca Hispánica, asimilable en parte a los Pirineos, era el límite que, en Europa, separaba a los árabes de los cristianos. La gran preocupación de Carlomagno fue desalentar cualquier intento expansivo por parte del Islam. En 778, Carlomagno intervino en España a pedido del gobernador árabe de la ciudad de Zaragoza, enfrentado con el emir de Córdoba. La aspiración de liberar el territorio ibérico de manos de los árabes no fue posible, por lo que los carolingios debieron retirarse. A pesar de la derrota, Carlomagno logró establecer un área que actuaría como muro de contención ante posibles ataques árabes.

Hacia el este, el territorio que hoy conforma la moderna Hungría estaba dominado por el pueblo ávaro. A pesar de la excelente estrategia defensiva de los ávaros, estableciendo campamentos en forma de anillo, los francos lograron derrotarlos y apoderarse de su territorio.

Organización territorial

Sobresalió Carlomagno por su mentalidad moderna en la organización de su Imperio. La estructura política fue totalmente diferente a la de los anteriores reinos. De hecho, no escatimó esfuerzos para centralizar el poder, al mismo tiempo que procuró establecer una administración eficiente, pese a que no crecieron grandes ciudades ni una abundante burocracia. Aunque la ciudad de Aquisgrán había sido definida como la capital del imperio, la realidad indicaba que el epicentro se encontraba allí donde estuviera el emperador.

La organización territorial también fue sometida a criterios de nuevo tipo. Carlomagno dividió el territorio en marcas, condados y ducados:

Marcas del Imperio Carolingio
Extensión territorial del Imperio Carolingio

Los condados y Marcas estuvieron sometidos al control por una parte de los Missi-Dominici los cuales fiscalizaban a nombre del emperador. Los ducados eran "Pares" (iguales) en jerarquía a Carlomagno. Anualmente se realizaban, asambleas o "Campos de Mayo" de cuyos acuerdos y discusiones Carlomagno emitía las "Capitulares" (Leyes).

El trabajo desempeñado por los condes y marqueses era compensado mediante la cesión de grandes extensiones de tierra para su explotación, donación que incluía en calidad de siervos a los campesinos que vivían en ellas. Aun cuando el poder con que contaban los condes y marqueses era grande, Carlomagno procuró en todo momento evitar la fragmentación del imperio. Centralizó el poder político y administrativo a través de diferentes medios políticos y con la ayuda y el apoyo de la Iglesia de Roma en el plano cultural y misional.

La Marca Hispánica

Mapa con todos los condados de la Marca Hispánica y Vasconia.
Mapa con todos los condados de la Marca Hispánica y Vasconia.

La Marca Hispánica fue la frontera político-militar del Imperio Carolingio al sur de los Pirineos. Tras la conquista musulmana de la Península Ibérica, este territorio fue dominado mediante guarniciones militares asentadas en ciudades como Barcelona o Gerona. A fines del siglo VIII, los carolingios intervinieron en el noreste peninsular con el apoyo de la población autóctona de las montañas La dominación franca se hizo efectiva tras la conquista de Gerona, en 785, y Barcelona, en 801. En la Marca Hispánica, integrada por condados dependientes de los monarcas carolingios, a principios del siglo IX los condes francos fueron sustituidos por nobles autóctonos. El territorio ganado a los musulmanes se configuró como la Marca Hispánica, en contraposición a la Marca Superior Andalusí. Integrada por condados dependientes de los monarcas carolingios, la Marca Hispánica iba de Pamplona hasta Barcelona. De todos los, condados, el que alcanzó mayor protagonismo fue el de Barcelona.

Una estructura centralizada y moderna

El máximo poder del imperio era el emperador. Sólo él tenía poder pa­ra convocar a las armas, administrar justicia y designar a los nobles que gobernaban los territorios. Los inspectores de palacio o "missi dominici" eran los encargados de que los marqueses y los condes gober­naran sin apartarse de las líneas fijadas por el emperador. Para ello, en pareja, recorrían las vastedades del imperio y comprobaban las diversas actuaciones.

Missi Dominici

El palacio, sede de la corte, era el núcleo de la administración y estaba dirigido por un chambelán, sucesor del car­go de mayordomo de palacio que había existido en el reino de los fran­cos. El chambelán supervisaba al copero, responsable de la bodega; al mariscal, encargado de la caballería y el establo; y al senescal, minis­tro de los asuntos de la corte. Por su parte, la Cancillería dirigía los asuntos civiles y eclesiásticos, así como el Tribunal Palatino tenía a su cargo la aplicación de las leyes a los habitantes del imperio.

En los ámbitos políticos, religiosos y culturales el proyecto de Carlomagno consistió en una recuperación del gran legado de Roma, del que se sintió continuador. Anexar y cristianizar fueron las claves de la política, y para consolidarla, promovió la creación de escuelas y bibliotecas, así como el establecimiento de un sistema de enseñanza.

La educación como medio de poder

Carlomagno dio un gran impulso a la educación, pero lo hizo con fines de control social para proteger los intereses de la clase dominante. Existieron 3 tipos de escuelas:

Escuelas Palatinas

La Iglesia Católica estaba encargada de la educación, recordemos que para el imperio carolingio era importante contar con los servicios del clero para difundir el dogmatismo, el memorismo que la religión brindaba, para concientizar a la población en el cumplimiento, la obediencia, la resignación y el fatalismo.

Estructura económica

Carlomagno heredó una Europa en pugna con Bizancio y acosada por las invasiones germánicas y los avances del Islam, en cuyas manos se hallaba gran parte de la Península Ibérica. Estas constantes guerras redujeron el tráfico comercial al transporte de algunos toneles de vino o sal, al tráfico prohibido de esclavos y a unos pocos artículos de lujo traídos de Oriente. Aunque pervivieron pequeños y rudimentarios mercados locales, la circulación de dinero se volvió lenta e insuficiente. Con la expansión del Imperio Carolingio, la situación comenzó a revertirse. Volvió a activarse el comercio, capitalizado por los tributos de los pueblos vencidos y el botín de guerra. Sin embargo, la fragmentación que caracterizó al feudalismo no pudo ser vencida.

Economía de subsistencia

El establecimiento del Imperio Carolingio en Europa occidental coincidió con una etapa de gran recesión económica. El producto del suelo era escaso y no existían reservas de alimentos suficientes. En consecuencia, los pueblos que formaron parte del Imperio de Carlomagno estuvieron amenazados por las hambrunas y las epidemias.

Arado medieval

Así pues, esta etapa de la Edad Media se caracterizó por contar con una economía muy poco desarrollada. En los campos se llevaban a cabo tareas agrícolas de subsistencia, debido a lo rudimentario de la tecnología productiva. A través de estas labores, las familias obtenían solamente lo suficiente para mantenerse.

La agricultura y la ganadería fue­ron las principales actividades económicas. En las villas, donde estaban las explotaciones más importantes, los aldeanos recurrieron a técnicas empleadas por los romanos para cultivar. En el resto del territorio se utili­zaron técnicas rudimentarias de agricultura.

La mayoría de la población vivía en pequeñas aldeas autosuficientes, es decir, que las familias cultivaban sus tierras y fabricaban lo que necesitaban como los vesti­dos o las herramientas para trabajar la tierra. Debido a que los caminos estaban muy deteriorados, sumado a la escasez de excedentes y la frecuencia de las guerras, el comer­cio durante la época carolingia no fue una actividad importante. Por esta misma limitación, las ciudades perdieron su anterior importancia. Carlomagno, pese a su oposición a la expansión árabe, se percató de la superioridad técnica del Islam y se esforzó por modernizar el mundo agrario.

Aldea carolingia
Aldea carolingia

Estas condiciones cristalizaron en una nueva estructura social que se conformó alrededor de las propiedades o villas que eran propiedad de los terratenientes, convertidas en verdaderas unidades de producción. Estaban formadas por dos áreas: la “reserva”, que era el sitio donde se levantaban las grandes casonas de los señores, las de los siervos, la capilla y los restantes edificios, y los “mansos”, nombre con que se designaba a las tierras destinadas a las labores agrícolas.

El principal rasgo de este modelo social y económico fue la desaparición de los esclavos. El gran costo de su manutención obligó a emanciparlos y convertirlos en siervos. Su libertad fue relativa, ya que se volvieron parte de la propiedad terrateniente.

Camino al Feudalismo

En los comienzos del siglo VIII los sectores empobrecidos de la ciudad y el campo comenzaron a rendir sumisión a un señor terrateniente, convirtiéndose en campesinos arrendatarios de tierras, la fidelidad y el trabajo eran recompensados con protección y bienes materiales, provenientes en general de los excedentes de producción. A su vez, los nobles mantenían un vínculo similar con el emperador, formándose así un sistema en el que todos estaban obligados a servir al estamento superior.

Acto de
Acto de "Homenaje" del vasallo a su señor.

La entrega del feudo o de algún elemento representativo al señor feudal constituía la “investidura”, y se realizaba inmediatamente después de la “ceremonia del homenaje”. El régimen jurídico de entrega era, por lo general, en usufructo vitalicio, aunque también podía ser en bienes materiales, pero que, con el tiempo, se convirtió en una ligazón de familias entre el señor y sus vasallos, pudiendo heredarse el feudo siempre que los herederos renovaran sus votos con el señor.

Sin embargo, el señor feudal tenía derecho a revocar el feudo a su vasallo si éste no se comportaba como tal o demostraba algún signo de deslealtad, como conspirar contra él o no cumplir con la entrega de tropas de su feudo en caso de guerra. Esta conducta era considerada un delito, que recibía el nombre de "felonía". En el sistema feudal, la felonía era una terrible mancha en la reputación de un caballero, que solía borrarse a través del “Juicio de Dios” que definía el duelo a muerte.

Para controlar el poder de los condes y marqueses, Carlomagno creó varios cargos de igual nivel -los "missi dominici"-, que dependían en forma directa del emperador, de modo que ninguno tuviera poder sobre su persona.

Estratificación social

La base económica y social del Imperio Carolingio fue la propiedad territorial. El Imperio Carolingio fue esencialmente agrícola. El comercio era insignificante y por lo tanto no existía más fortuna que los bienes raíces, ni más trabajo que el rural. La desaparición de los pequeños propietarios libres se aceleró, la necesidad de protección los obligó a buscar la tutela de los poderosos.

El surgimiento de la nobleza

Nobleza carolingia

Las antiguas aristocracias romanas que vivían en los límites del Imperio, a la hora de las invasiones germánicas protagonizaron un desmembramiento que culminó con la adaptación de señoríos y latifundios autónomos. Carlomagno organizó estos nuevos sectores sociales como parte del Imperio Carolingio y los convirtió en nobles de un nuevo orden jerárquico.

Finalmente, la sociedad carolingia quedó estructurada en dos grandes sectores: los privilegiados y los “no” privilegiados. En la cúspide se hallaba el emperador, después el alto clero -arzobispos, obispos y abades- y la alta nobleza, seguidos de los señores (baja nobleza), caballeros y bajo clero, estos constituían el sector privilegiado; en tanto que los “no” privilegiados eran los artesanos adinerados y comerciantes, por debajo de estos se encontraban los campesinos con tierras, pequeños artesanos y comerciantes, y en la base estaban los siervos, campesinos pobres, jornaleros.

 pirámide social carolingia
Pirámide social carolingia

El vínculo más importante durante la época carolingia fue la fidelidad, que se practicaba a través de toda la pirámide social. Los siervos o campesinos sujetos a la tierra jura­ban fidelidad a un noble que se convertía en su señor. Los señores o nobles, a su vez, juraban fidelidad al emperador quien a cambio les daba grandes extensio­nes de tierra llamadas dominios. Esta estructura social perduró casi la totalidad de La Edad Media en Europa, convirtiéndose en un referente de jerarquización social rígido.

Referencias:
GALINDO NEIRA, L. E. (2007). Nuevas Ciencias Sociales 7. Editorial Santillana S.A.
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. Imperio Carolingio. Editorial Sol 90.
MONTENEGRO GONZÁLES, A. (1994). Civilización 7. Editorial Norma S.A.