Más de la mitad de la superficie de Estados Unidos se utiliza para la actividad agropecuaria. Son característicos los grandes terrenos ocupados por cereales y los establecimientos ganaderos en las regiones de las Grandes Llanuras y las praderas del Medio Oeste. Aunque el trigo y el maíz son aún los principales cultivos, otras zonas fértiles se dedican a una amplia gama de frutas y hortalizas. Una inadecuada explotación contribuyó a que la tercera parte de la capa superior del suelo se haya perdido por la erosión.