La Prehistoria

Category: Prehistoria
Created: Wednesday, 04 December 2013 05:49

Historia y prehistoria

La historia adquirió carácter científico en el siglo XIX. Los especialistas se dedicaron a reconstruir lo sucedido en otras épocas, con base en la investigación de los testimonios directos de los hombres que vivieron los hechos y dejaron datos de eventos, lugares, personajes y fechas. Como esos testimo­nios constan en documentos e inscripciones en pie­dra, metal y otros materiales, los científicos establecieron que la fuente básica de la historia es la información escrita y aplicaron el término historia exclusivamente al pasado de las sociedades que conocemos mediante testimonios escritos. O sea que la historia abarca desde la invención de las primeras escrituras, que datan aproximadamente del año 4000 a. de C., hasta nuestros días.

En consecuencia, se llamó Prehistoria al período anterior, de cientos de miles de años, desde la apari­ción del hombre -cerca de tres millones de años- hasta la invención de la escritura. Su reconstrucción se hace interpretando huesos, he­rramientas y demás objetos de aquellos remotos tiempos. Esta división es objeto de muchas críticas, porque el nombre de Prehistoria es inadecuado. Hay histo­ria desde que existe el hombre. Además, los restos materiales también son fuentes para conocer las so­ciedades con escritura.

Sin embargo, los métodos de investigación son muy diferentes, según se trabaje sobre pueblos que no conocieron la escritura o sobre sociedades que dejaron testimonios escritos. Los historiadores, aplicando métodos propios de la historia y otras ciencias sociales, reconstruyen el pasado del cual existen testimonios escritos. Arqueólogos, geólo­gos, paleontólogos y otros especialistas, que aplican métodos de las ciencias naturales, la física y la química, lo reconstruyen a partir de restos humanos y utensilios. Estas diferencias profesionales y metodológicas que imponen las fuentes, así como la gran dificultad de encontrar información a medida que se retrocede en el tiempo, explican que se man­tenga la división en tiempos prehistóricos e históri­cos.

 
Boucher de Crévecoeur                                            Édouart Lartet

El estudio de lo que llamamos Prehistoria comenzó en tiempos del Renacimiento, aunque fue necesario llegar hasta el siglo XIX para recién alcanzar la certidumbre de un lejano pasado de la especie humana. Este conocimiento se debe, fundamentalmente, a los estudios de los franceses Boucher de Crévecoeur y Lartet, quienes dieron las primeras luces en relación al hombre prehistórico, basándose en importantes hallazgos arqueológicos.

La división de los tiempos prehistóricos

Se ha hecho con base en los materiales y las técnicas que utilizaron los hombres en cada etapa, para fa­bricar sus instrumentos domésticos y de trabajo. Desde luego, no todos los pueblos primitivos pasa­ron por etapas culturales similares. Esta periodización tampoco es aplicable a la evolución cultural de los indígenas americanos.

Según el análisis de las herramientas de trabajo, los ar­queólogos propusieron que la humanidad, durante la prehistoria, había pasado por algunos estadios; por esta razón se creó una división en edades para facilitar su estudio.

La primera fue la Edad de piedra y la segunda la Edad de los metales. La Edad de piedra es la más extensa de la prehistoria. Se subdivide en Paleolítico (piedra tallada), Mesolítico (piedra media) y Neolítico (piedra nueva o piedra pulida). Cada una de estas se diferenció por la manera de trabajar la piedra.

En el Paleolítico es cuando hace su aparición el Homo sapiens sapiens. Se halla subdividido a su vez en Paleolítico inferior, medio y superior, y su nombre deriva de dos palabras griegas (paleo y litas) que significan piedra antigua. El Mesolítico o etapa intermedia, se caracterizó por la sedentarización de diversos grupos humanos gracias a la domesticación de animales y las prácticas horticultoras.

Aunque el arte de pulir la piedra es el rasgo que distingue a la nueva Edad de Piedra o Neolítico, que va desde  cuando se inicia la agricultura en la región asiática de la Media Luna Fértil, hasta cuando aparece la primera forma de escritura; este periodo se caracteriza por la formación de los primeros poblados humanos con gobierno propio, manifestación de la consolidación del sedentarismo, y el tránsito de una economía de apropiación a una de producción a partir del desarrollo de la agricultura y la ganadería, hechos que sentaron las bases de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. Junto con la artesanía y el comercio de objetos manufacturados y de materias primas, surgieron así mismo, conceptos, aunque de forma incipiente, como el de propiedad y herencia de la tierra y las concepciones religiosas y políticas adquirieron mayor complejidad.

La Edad de los metales se caracterizó por la iniciación de la metalurgía, o trabajo del metal. Se inicio en el Cercano Oriente
 con el cobre, siguió con el bron­ce y terminó con el hierro.

Fuentes de la prehistoria

Las fuentes para el estudio de la prehistoria son los restos materiales dejados por el hombre: instrumentos, utensilios, armas, fósiles y herramientas encontrados en sitios donde habitó. Cuando uno de estos sitios se encuentra, se excava cuidadosamente y se le da el nombre de yacimiento.

Los descubrimientos sobre la prehistoria condujeron a investigadores y científicos a concluir que unos sitios de la Tierra eran más propicios que otros para la supervivencia y desarrollo de la especie humana. Así, con el apoyo de ciencias como la paleontología, la arqueología y la antropología, entre otras, se fueron comparando las fechas de los hallazgos de los restos humanos y de los objetos encontrados.
 
Los fósiles, hallados en distintos lugares, llevaron a pensar en una posible evolución del hombre. Los científicos compararon la antigüedad de los restos antropológicos y sus características comunes. Buscando explicaciones para los instrumentos y herramientas utilizadas por los hombres prehistóricos, recurrieron a distintas disciplinas para estudiar ese pasado remoto y tuvieron respuestas para muchas de las incógnitas planteadas.

Fosil 
Fosil. Tipo: Antrópodo; Clase/Orden: Trilobites/Phacopida; Reino: Animal, invertebrado; Ambiente: Marino; Edad: Paleozoico.

Métodos de medición

Para calcular la antigüedad de los restos arqueológicos, los científicos utilizan diversos métodos, entre los cuales sobresalen el método petrográfico, estratigráfico y los métodos radioactivos.

El método pertográfico está basado en la identificación y clasificación de las rocas de una región, teniendo en cuenta la composición, origen y posición en que se encuentran.

El método estratigráfico consiste en la observación de las sucesivas capas terrestres que existen en el yacimiento, o sitio del hallazgo, partiendo del principio de la superposición; es decir, que las particulas se acumulan paulatinamente en forma horizontal, de manera que las más antiguas quedan debajo, y cada capa será más joven que las que tiene debajo y más antigua que las que están encima. Según el estrato en donde se hallen los restos humanos o las piezas de uso cotidiano de los hombres prehistóricos, es posible calcular su antigüedad.

Los métodos radioactivos. Algunos métodos radioactios más usados en geología son: el Nitrógeno 14, el Potasio 40-Argón 40, el Rubidio 87-Estroncio y el Carbono 14. Analizan las sustancias radioactivas que están acumuladas en los restos de materia orgánica. La radioactividad es la energía que procede de la desintegración de los átomos. El método del carbono 14 es el más utilizado. Se basa en el hecho de que todos los seres vivos -humanos, animales, plantas- poseen unos isótopos de carbono 14 que se van desintegrando lentamente. Desde el momento en que el organismo muere, la vida media de cada isótopo (tiempo que gasta para descomponerse) es de 5560 años. De esta manera, cuando se encuentra un resto orgánico, se somete a una especie de medición para saber cuántos isótopos de carbono 14 posee, y así calcular su edad. Es decir, al calcular qué cantidad de carbono 14 se ha desintegrado, es posible conocer con cierta precisión la edad de cualquier material orgánico cuya antigüedad no sea mayor a 60.000 años.

Método del carbono 14Método del carbono 14

Termina la Prehistoria. Comienza la Historia

Alrededor del año 5000 a.C. la llamada Edad de los metales sustituyó gradualmente la Neolí­tica en el cercano Oriente. Primero empezó el hombre a emplear el cobre (4000 a.C.). Luego usó el bronce, una aleación de cobre y estaño (3500 - 3000 a.C.). Después vino el hierro, cuyo empleo quizás se inició en el Asia Menor (1500 a.C.). El hombre comenzó a desarrollar sus civilizaciones entre los años 5000 y 3000 a.C. La prehistoria terminó hace alrededor de 5000 años y la historia se inició con la aparición de los primeros testimonios escritos.

Prehistoria y Protohistoria

En suma, la Prehistoria estudia las épocas anteriores a todo documento escrito y a toda tradición o leyenda. La vida que comienza a manifestarse de una manera primitiva y rudimentaria, evoluciona lentamente, hasta llegar a su culmina­ción en la era Cuaternaria o Antropomozoica en que aparece el hombre como término del desarrollo biológico en el mundo, pasando de la Historia Natural a la Historia Humana. La Protohistoria, aunque trata de la historia primitiva del hombre, se basa ya en documentos gráficos, tradiciones y leyendas, ante la carencia de la escritura.

¿Existió la Prehistoria en América?

En algunos libros no se menciona el Continente america­no dentro de la Prehistoria. Solamente a partir de la Edad Moderna, con el descubrimiento del Nuevo Mundo, se comienza a incluir a América en la Historia Universal
¿Significa lo anterior que este Continente no tuvo Prehistoria y que sólo empezó a existir a partir de la llegada de Cristóbal Colón (1492)?

Recordemos que antes de la llegada de Cristóbal Colón, las tierras americanas estaban habitadas por pueblos que llegaron a este Continente de otras latitudes y que pasaron, como cualquier grupo humano, por una evolución histórica, empezando por la Prehistoria. Hace más de 30.000 años, según los restos que se han encontrado en las excavaciones realizadas, ya existían po­bladores en América.


Pobladores de América

El aislamiento en que vivían los pueblos americanos del Viejo Mundo, para el cual eran desconocidos, explica por qué en el Continente americano la Historia transcurrió de una manera diferente, aunque en el fondo existen algunas semejanzas. Lo mismo que en el resto del mundo, el territorio americano fue dominado lentamente por la inteligencia del Hom­bre primitivo hasta llegar a alcanzar formas superiores de cultura y de civilización.

Al igual que en otras latitudes, la Prehistoria americana empezó con el Período Paleolítico, cuando el Hombre del Nuevo Mundo utilizaba la piedra como elemento para fabri­car sus utensilios y armas, y vivía trasladándose de un lugar a otro en busca del alimento que le brindaba la naturaleza a través de la caza, la pesca y los frutos que coleccionaba para subsistir. Posteriormente, cuando del Clan Religioso se pasó al Territorial, por las mismas causas estudiadas anteriormente, nace la agricultura y comenzaron a desarro­llarse las poblaciones que en un principio se construyeron.

Otro punto de vista

 Vere Gordon Childe

No existe una sola forma para periodizar el estudio de la Prehistoria. El antropólogo Lewis Morgan divide la historia primitiva en dos grandes épocas: el salvajismo y la barbarie. La época del salvajismo se aplica al Paleolítico, periodo en el que el ser humano aprendió a hacer fuego, y terminó con la aparición del arco, la flecha y la cerámica. La época de barbarie se caracterizó por la domesticación de animales y la aparición de la agricultura. El arqueólogo marxista Vere Gordon Childe dividió la historia primitiva en salvajismo (Paleolítico), Revolución agrícola (Neolítico) y Revolución urbana (Edad de los metales).

Referencias:
MEISELES BERNAL, A. (1991). Senderos 6. Ediciones Cultural Colombiana Ltda.
MONTENEGRO GONZÁLES, A. (1987). Historia del Antiguo Continente. Editorial Norma S.A.
MONTOYA, M. A. (2011). Sociales para Pensar 6. Grupo Editorial Norma.
RODRÍGUEZ, H. (1989). Historia Universal. Casa Editorial El Tiempo.