Ciencia y Tecnología en Colombia
La innovación como apuesta de política pública
La preocupación por la ciencia y la tecnología, desde el Estado colombiano, se empieza a evaluar desde fines del siglo XX, bajo un pensamiento propio, en relación con el desarrollo del país. Es mucho más claro este rol de la ciencia y la tecnología en la propuesta de la Ley de ciencia, tecnología e innovación a través de la cual se intenta organizar el sistema.
El Plan de desarrollo, "Prosperidad para todos”, retoma la innovación como uno de los cuatro componentes en que se fundamenta la prosperidad democrática. La innovación es el mecanismo óptimo para garantizar la competitividad del país; en este sentido, el plan asigna un papel importante a las instituciones educativas e investigativas en los diferentes niveles, como las llamadas a liderar estos procesos de cambios estructurales en las formas de transformar, producir y aun de consumir. En consecuencia, es el llamado a un vínculo muy estrecho entre empresa o sector productivo y educación.
Ley 1286 de 2009, de ciencia, tecnología e innovación
Esta Ley pretende modificar el modelo productivo en Colombia, que se fundamenta en la producción agroindustrial y la extracción de recursos naturales no renovables con poco valor agregado, por uno, que apoyado en la innovación, le dé valor agregado a los productos y los servicios, y permita la creación de una nueva industria nacional de base tecnológica, la cual generará crecimiento económico sostenible a largo plazo y ayudará a consolidar el empleo, fundamental para disminuir la desigualdad (DNP. 2011).
Vínculos de la ciencia y la tecnología con el desarrollo en Colombia
Las últimas décadas del siglo XX y, particularmente, la primera del XXI, marcan para el país una tendencia al establecimiento de vínculos de la ciencia y la tecnología (C y T) con el desarrollo. Dichos esfuerzos se suelen evaluar no solo en los programas sino además en la destinación de recursos financieros y la organización institucional que solo se define entrado ya el siglo XXI. Como se puede observar en la gráfica, en la mayoría de los países latinoamericanos, a comienzos del presente siglo, la inversión en investigación y desarrollo se destina a la investigación básica y aplicada, en tanto que la inversión en desarrollo experimental tan solo en México supera el 25% del total de los recursos utilizados. En el caso de un país como Colombia, la inversión se destina en cerca del 50% a la investigación aplicada; mientras que países como Estados Unidos destinan cerca del 65% al desarrollo experimental.
Este comportamiento, para el caso de Colombia y gran parte del resto de países latinoamericanos, evidencia una mínima vinculación entre los centros de investigación con el sector productivo y el desarrollo.
Tendencias del número de investigadores por país
Si bien se puede observar la importancia de la inversión que hacen los países en investigación y desarrollo, el número de investigadores resulta ser un indicador que refleja el rol de la investigación en el desarrollo del país. La gráfica muestra, para el año 2002, el comparativo del número de investigadores en los países latinoamericanos y del Caribe. Sin duda, Brasil con 49.702, concentra cerca del 40% de los investigadores en la región; así, Brasil, Argentina y México reúnen el 80% de los investigadores de la región.
Colombia para el 2002, solo registra 4240 investigadores, siendo superada por países como Chile, Cuba y Venezuela. Estos indicadores reflejan la urgencia de impulsar la investigación en el país, en los diferentes niveles de formación, con el fin de que aporte al bienestar y desarrollo.
Inversión en ciencia y tecnología
La gráfica muestra la variación anual de la inversión en ciencia y tecnología que realizaron los países latinoamericanos y del Caribe, para el período 1990-2000. Como se observa, todos los países lograron tasas positivas de inversión, con excepción de Colombia que obtuvo tasas negativas (-3.5%) en actividades de ciencia y tecnología (ACT) y (-1.8%) en investigación y desarrollo (I+D). América Latina creció un 46%, sin que ello resolviera los problemas de pobreza en la región.
Un indicador que muestra cuánto ha avanzado un país en ciencia y tecnología es el SPI que además de proteger la propiedad intelectual cuantifica los avances e innovaciones derivados de los procesos de investigación. En Colombia, durante los años 2000-2007, se solicitaron tan solo dos patentes de residentes por millón de habitantes al año, mientras que países como México, Chile y Brasil solicitaron 6, 20 y 21 respectivamente. Entre tanto, países como China y Estados Unidos solicitaron 116 y 800 patentes por millón de habitantes.
Estrategias de ciencia y tecnología, para el país, en el marco de la región latinoamericana y del Caribe. Surge la cooperación internacional como mecanismo que puede jalonar verdaderas dinámicas en ciencia y tecnología, más eficientes y económicas; éstas deben estar acompañadas de las demás estrategias que muestra el esquema, con el objeto de lograr la integralidad de la estrategia regional.
Inversión en educación, ciencia y tecnología
El crecimiento de la educación superior debe estar acompañado de propuestas de oportunidades que permitan a los recién egresados aplicar lo aprendido.
Se requiere fortalecer la educación en ciencia en los niveles tempranos del sistema educativo. En la educación básica se necesita hacer un mayor énfasis en ciencia y trabajar de manera precisa, por lo menos en un campo o área de la ciencia, tecnología e innovación. Mientras que en el nivel universitario, se buscará enfatizar en la creación de una sociedad innovadora (Juma C, Vee-Cheong. 2005).
Sociedades del aprendizaje
Aprender es un proceso permanente, y se basa en tener la capacidad para participar en actividades en las cuales se compartan, intercambien y creen conocimientos. A las sociedades del aprendizaje se les puede definir como lugares en donde una proporción apreciable de la población y de las organizaciones socioeconómicas realizan, de manera permanente, actividades que requieren de conocimientos, en las cuales muchos actores deben y pueden perfeccionar, sistemáticamente, sus habilidades individuales y colectivas, así como la comprensión de los cambios científicos y tecnológicos. Esta es una tarea fundamental del desarrollo (Juma C. Vee-Cheong. 2005).
Por su parte, la geografía económica debe preocuparse por los temas de ciencia y tecnología, en la medida que se integra dentro de las actividades de los servicios y en razón a los fuertes vínculos que representan hoy la ciencia y la tecnología para las actividades productivas y humanas.