Revolución Francesa: Fase final

Categoría: Edad Moderna

Detención de Robespierre en la Convención Nacional. Cuadro de Max Adamo (1870).

Las excesivas ejecuciones y la continuidad del alza en los precios provocaron que la mayoría de la Convención se cansase de la dictadura de Robespierre. Éste y sus principales colaboradores fueron apresados y ejecutados. Hecho que se conoce como reacción termidoriana porque ocurrió en julio de 1794 o mes termidor, ya que la Convención había cambiado el nombre a todos los meses del año. La fracción moderada puso fin a la época del terror, sufrida dentro de la república jacobina en la Francia revolucionaria, llamó a los girondinos y devolvió el poder a los burgueses.

El Directorio

Tras la caída de Robespierre, los girondinos impulsaron la aprobación de la Constitución de 1795 (Constitución del año III), firmada el 22 de agosto, que instauró el poder ejecutivo a un Directorio compuesto por cinco miembros elegidos para un período de cinco años, un legislativo compuesto por el Consejo de los quinientos, que elaboraba y votaba las leyes, y el Consejo de los Ancianos, que aprobaba las leyes y elegía a los miembros del Directorio.

La Constitución de 1795 fue mucho más moderada que las anteriores, conti­nuaba negando la condición de ciudadano a los no contribuyentes y establecía el sufragio indirecto, subiendo la cuota económica para participar en las votaciones, con lo que limitaba aún más el número de ciudadanos con derecho al voto. Este Directorio fue encabezado por Paul François Jean Nicolas, vizconde de Barras (1755-1829), quien había conspirado contra Robespierre.

Con ésta, son tres las constituciones que se sancionan durante el proceso revolucionario, y se resumen así:

Constituciones de la Revolución francesa

Constituciones de la Revolución francesa

Este período, conocido como la penúltima forma de gobierno acogida por la República de la Francia revolucionaria, se caracterizó por la inestabilidad política, ya que tuvo que afrontar cuatro graves problemas:

1. El económico. La inflación continuaba y nuevos ricos, surgidos de la Revolución, controlaban la producción y los precios. Muchos se habían enriquecido con la compra de los bienes de la Iglesia.

2. El político. Los jacobinos sobrevivientes, por un lado, y los monárquicos, por otro, conspiraron contra el gobierno e intentaron tomarse el poder incluso por vía electoral. En 1797, los monárquicos alcanzaron la mayoría en ambos consejos y los directores anularon las elecciones en varios departamentos. Al año siguiente, los directores anularon la votación en los departamentos donde habían triunfado los jacobinos.

3. El moral. La descristianización llevada a cabo no había podido ser reemplazada por una moral racionalista y naturalista, en la cual confiaban los ilustrados de años atrás y los revolucionarios que se habían exterminado entre sí. Una tremenda corrupción imperaba en todas partes.

4. La guerra externa. El enfrentamiento contra las potencias europeas continuaba, pero ahora con reveses para Francia.

Así pues, el Directorio necesitó apoyarse cada vez más en el ejército revolucionario, tanto para defender las fronteras como para asegurar la paz interna. No demoraría dicho ejército en asumir directamente el gobierno.

General revolucionario francés, oficial de infantería ligera y soldado de una semibrigada de línea.

General revolucionario francés, oficial de infantería ligera y soldado de una semibrigada de línea. El ejército revolucionario se había formado a partir de una mezcolanza de diferentes unidades, y como tal no tenía una apariencia uniforme.

El Consulado

Los fracasos iniciales de los revolucionarios franceses para frenar una segunda coalición que venían formando Inglaterra, Rusia y Austria, crearon un gran descontento entre el pueblo. El primer objetivo era cambiar la Constitución de 1795. Para estabilizar la política interna y hacer frente a la guerra, en 1799 con la ayuda de los militares, Napoleón Bonaparte realizó un golpe de estado el 18 de brumario del año VIII (9 de noviembre de 1799), instaurando el Consulado. De esta manera, se suprimió el Directorio y el poder ejecutivo pasó a tres cónsules: Napoleón Bonaparte, Emmanuel-Joseph Sieyès y Pierre Roger Ducos.

En el año 1799 se fijó una nueva constitución. Esta daba a Napoleón el título de primer cónsul y sobre él reposaban prácticamente todos los poderes, así se convirtió en el único gobernante. Con él actuaron cuatro asambleas: el Consejo de Estado, el Senado, el Cuerpo legislativo y el Tribunado. Los otros dos cónsules sólo cumplían funciones consultivas.

  Napoleón Bonaparte, Emmanuel Joseph Sieyes y Roger Ducos

Napoleón Bonaparte como primer cónsul, Emmanuel Joseph Sieyes y Roger Ducos.

A partir de este momento, se sentaron las bases de la nueva Francia a través de la reorganización completa del país en todos los campos: se institucionalizó el gobierno nacional y la administración central y local; se reorganizaron la hacienda y los impuestos, al fundar el Banco de Francia y establecer el "franco" como moneda nacional; se estabilizaron las relaciones con la Iglesia a través de un concordato (1801); se regularizó la educación con la implantación de un sistema educativo secular y centralizado; y se creó un nuevo código civil.

El 2 de diciembre de 1804Napoleón Bonaparte es proclamado por el Senado como emperador de los franceses, y sobre las bases de la República nace un Imperio. Una nueva constitución sostuvo los principios de la revolución, y dio inicio a un período conocido como el Imperio Napoleónico,  cerrando al mismo tiempo el capítulo histórico de la Revolución Francesa.

Napoleón en su trono imperial, por Jean Auguste Dominique Ingres, 1806.

Napoleón en su trono imperial, por Jean Auguste Dominique Ingres, 1806.

Referencias:
Galindo Neira, L. E. (2007). Nuevas Ciencias Sociales 8. Editorial Santillana S.A.
Montenegro, A. (1992). Historia y Geografía del MundoEditorial Norma S.A.
Rueda, W. Borja, J. y Lavacude, K. (2004). Contextos Sociales 8Editorial Santillana S.A.