La ciudad inicia el siglo XXI con transformaciones importantes en su espacio urbano y su transporte público y con obras importantes de arquitectura en sus equipamientos comunales, impulsadas por la Administración Distrital. Algunas de estas obras concretan propuestas contenidas en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el que orienta el desarrollo de la ciudad. Otros, como la red de bibliotecas públicas, forman parte del equipamiento previsto para la ciudad.
Eje Ambiental de la avenida Jiménez de Quesada
La avenida Jiménez de Quesada, uno de los espacios públicos más reconocidos en la ciudad, se formó hacia 1930 sobre el cauce del río San Francisco y atraviesa el centro de la ciudad en sentido oriente - occidente. El proyecto de transformarla en un eje ambiental fue ideado en 1997 por los arquitectos Rogelio Salmona y Luis Kopec. Gracias a ese proyecto, la avenida presenta hoy el carácter de un amable y generoso paseo peatonal. Una de las ideas más interesantes de esta obra es la recuperación de la memoria del agua en ese espacio urbano, para la cual se dotó de una fuente lineal que toma el agua del río San Francisco en el extremo oriental de la avenida y la conduce por una serie de atarjeas escalonadas a lo largo del recorrido. La arborización, con palmas de cera y pimientos, es un aporte ambiental y estético a la imagen de la ciudad.
Plaza de San Victorino
La antigua plaza de San Victorino, sobre la avenida Jiménez de Quesada, ha sido recuperada con un proyecto del Taller de Espacio Público del Distrito Capital, que incluye una fuente ornamental con una escultura de Édgar Negret. La dimensión de la plaza y su nuevo tratamiento permiten apreciar algunos de los edificios republicanos y modernos que la rodean. El parque Tercer Milenio al sur de esta plaza, es la operación de renovación urbana más ambiciosa emprendida en la ciudad y ofrece, el espacio público de mayor extensión en el centro de Bogotá.
Troncal de la Caracas
En el campo del transporte público, la puesta en marcha del sistema Transmilenio (4 de diciembre de 2000), con buses articulados y carriles exclusivos en vías troncales, implicó la remodelación total de la avenida Caracas a la autopista Norte, la calle 13, la avenida de Las Américas, la avenida Quito (NQS) y la avenida Suba y la construcción de estaciones y portales o terminales de buses. El diseño urbanístico y arquitectónico del sistema corrió a cargo de un consorcio de arquitectos encabezado por Gabriel Jaime Giraldo y Javier Vera. El nuevo sistema de ciclorrutas, por su parte, auspicia el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano y, con sus más de 80 kilómetros de vías interconectadas, es una alternativa importante en la movilización.
Biblioteca Virgilio Barco Vargas
El plan de equipamiento cultural de Bogotá ha dado como uno de sus resultados más significativos la construcción de tres grandes bibliotecas públicas en diferentes sectores de la ciudad, además de la dotación de las ya existentes. Las nuevas bibliotecas se localizaron en sectores que permiten un amplio cubrimiento, cuentan con fácil acceso por el transporte público y las ciclorrutas; y sus proyectos se encargaron a distinguidos arquitectos de la ciudad. Ellas son las de El Tunal, en el sur, proyectada por la arquitecta Suely Vargas la de El Tintal, en el occidente, obra del arquitecto Daniel Bermúdez, y la biblioteca Virgilio Barco Vargas, localizada en el parque Simón Bolívar en el área central, obra del arquitecto Rogelio Salmona. Las tres bibliotecas, además de su excelente arquitectura, ofrecen espacios para el desarrollo educativo y cultural de los ciudadanos bogotanos.