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África: Continente desconocido

Hasta hoy los descubrimientos arqueológicos nos demuestran que el hombre más antiguo que conocemos vivió en África. A pesar de ello, durante muchos siglos grandes extensio­nes del continente negro no fueron afectadas por los acontecimientos del resto del mundo. Sólo la costa septentrional africana, desde el Nilo hasta Marruecos, tomó parte en la histo­ria del hombre civilizado.


Mapa del este de África. "Atlas Catalán" de Abraham y Jafuda Cresques (1375) en el que se lee: "Aquest Senyor negre es appellat Mussa Melly, senyor dels negres de Guineua, aquest rey es lo pus rich et pus noble Senyor de tota esta partida per l'abondancia de l'or lo qual se recull en suua terra." (A este señor negro llaman Mussa Melly, señor de los negros de guinea. Este rey es el más rico y noble señor de toda esta partida (territorio), por la abundancia del oro que se recoge en sus tierras.)

Desde el momento en que Europa se convirtió en el epicentro del Mundo, gracias a que monopolizó las armas más sofisticadas con las cuales pudo imponer su "superioridad" a los demás continentes, África se convirtió en una tierra misteriosa y prácticamente desconocida dentro de la Historia Universal.

Uno de los mayores problemas para reconstruir la historia del pueblo africano de la zona ecuatorial, ha sido la falta de documentos escritos. Todo se apoya en rescatar una serie de tradiciones orales o en las investigaciones que realizan arqueólogos y antropólogos, para correr ese velo oscuro que envuelve la historia de África tropical en la anti­güedad y en el medioevo.

Los documentos escritos que hablan de la Historia de África comienzan a ser más exactos a partir de la expan­sión del Islam en territorio africano, época que corres­ponde a la Edad Media en Europa. En el siglo VIII los cronistas árabes citan el nombre Ghana, " País del Oro" que quedaba al otro lado del desierto del Sahara. Ya a finales del siglo X, otro cronista habla del rey de Ghana, como el más rico de la Tierra gracias a las minas de oro que controla. De todos modos, los contactos de los europeos con las civilizaciones africanas se limitaron prácticamente hasta la mitad del siglo XIX a una banda territorial costera, ya que casi nadie se atrevía a internar­se en el Continente Negro.


Viviendas africanas semejantes a las construidas hace diez siglos

En África ecuatorial evolucionaron varios grupos humanos reconocidos con los nombres de pigmeos, bantúes, bosquimanos y masais, que tuvie­ron dialectos y lenguas que nunca fueron escritos. La principal in­fluencia exterior sobre los pueblos africanos fue la de los seguidores de Mahoma, que viajaron a muchos puntos del África oriental para extender su religión a sus habitantes.

Cuando los europeos penetraron en el inte­rior de África quedaron sorprendidos por la riqueza del arte y la organización de algunas sociedades que allí encontraron. Hay que ha­cer notar en particular la cultura yoruba de Benin, en el sur de Nigeria, que había produ­cido objetos muy bellos que tienen cierta semejanza con las más representativas obras es­cultóricas griegas. Estos pueblos antiguos tuvieron en el medioevo una intensa actividad comercial que se empezó a modificar con la llegada de los árabes al norte de África, después del siglo VII, y siglos más tarde con la exploración y el dominio por los europeos, desde el siglo XV.


Esta escultura procede del reino de Benin y está fechada aproximadamente en el período que va de 1550 a 1680. 

En el medioevo surgió uno de los primeros rei­nos, el reino de Malí, que extendió su dominio por todo el sector occidental de África. Otro gru­po que sobresalió fue el de los sudaneses, quienes entablaron un comercio activo con los bereberes, pues los primeros reinos africanos desarrollaron una amplia actitud comercial evi­denciada en una organización administrativa que regulaba esta actividad entre los diferentes pue­blos africanos, incluso con algunos pueblos euro­peos y asiáticos. En relación con los sudaneses, se llegó a afirmar que constituyeron ciudades que sobrepasaban los 30 000 moradores. Como ejemplo de dichos asentamientos, estuvie­ron Kimbi - Salen. Mani - Kovia, Niani y Kangava, entre otros. Estos reinos africanos se fortalecían y caían según los cambios económicos y políticos del momento.

Referencia:
Guerrero Villagrán, M. y Hernández Gómez N.C. (2000). Horizontes Sociales 7. Pearson.
Meiseles Bernal, A. (1991). Senderos 7. Ediciones Cultural Colombiana Ltda.