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El arte neolítico

Stonehenge

Período de transición

Durante el Mesolítico, período de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, se desarrolla un nuevo ciclo de pinturas rupestres con temática, inspiración y técnicas diferentes. Las pinturas dejan de realizarse en las cavernas para empezar a aparecer en paredes rocosas de abrigos naturales. Las figuras dejan de ser aisladas o exentas entre sí para formar un todo o unidad de acción. Son imágenes de la vida cotidiana (escenas de caza, guerra, o vida social y religiosa), en las que el hombre comienza a ser el protagonista. Tanto la composición en escena como el protagonismo del hombre son dos pasos fundamentales en la historia de la humanidad.

Con respecto a las anteriores expresiones artísticas, su técnica y su colorismo es mucho más pobre. El realismo es sustituido por una serie de convencionalismos que se repiten en todos los conjuntos. Pese a esto, el artista capta mejor el movimiento por medio del dinamismo y flexibilidad de la figura. Se habla de escenas porque en ellas se están realizando acciones.

Pintura neolítica. Mujer en un árbol que saca la miel del panal
En esta pintura vemos a una mujer en un árbol que saca la miel del panal y a su alrededor “abejas” queriendo picarla.

En algunas pinturas se perfilaron los bordes con trazos muy finos, marcando el espacio que luego se rellenaba de color, éste es un detalle que permite no hablar del mismo grabado que utilizaba el arte rupestre. Por tanto, se puede afirmar que la técnica que utilizaban estos grupos postpaleolíticos es la pintura, donde predomina el color. Dicho color se obtenía de productos minerales en estado natural. Aunque el más utilizado era el ocre, éste podía tener variadas tonalidades que iban desde el rojo claro al violáceo. El negro, en distintas graduaciones, era menos frecuente y se usaba para marcar las siluetas. La pintura del Neolítico suele compararse con la del arte paleolítico y definirse por aquello que las diferencia: Una mayor variedad de temas, la figura humana gana importancia sobre la de los animales, estas figuras se vuelven más estilizadas y próximas al simbolismo en vez de naturalistas.

A diferencia del hombre del Paleolítico, que unía grabado, pintura y arte mueble, el artista neolítico era casi exclusivamente pintor. La actitud naturalista se transforma en una intención artística geométricamente estilizada. Los hombres comienzan a crear símbolos en lugar de imágenes similares a la realidad. Otra nueva manifestación artística de este periodo son los petroglifos, grabados sobre la roca que representan, de forma muy esquemática, símbolos, formas geométricas y líneas, pero también animales y seres humanos.

petroglifos de Mogor
Los petroglifos de Mogor, en el noroccidente español, son un espectacular conjunto de rocas grabadas que constituye una muestra excepcional del arte del Neolítico. 

Arquitectura neolítica

Durante el Neolítico ocurren enormes progresos en otros campos artísticos como el de la arquitectura, con los primeros ensayos constructivos. Se levantan muros de mampostería en los lados de los acantilados. Se construyen las primeras casas o chozas con tabiques de madera y muros de mampostería, aparecen las primeras viviendas con especialización en habitaciones de planta rectangular, tenían una zona elevada que servía como habitación y una parte baja que servía como cocina. Con la sedentarización, las chozas se construyen en un principio al azar, pero pronto se distingue un plan de construcción que vaticina la organización de la ciudad.

Existe otro tipo de construcciones con un significado probablemente religioso, como los menhires, bloques cónicos en forma de huso que llegan a tener 20 metros, y los círculos de piedra sagrados o cromlechs. Es probable que el primer culto que existió fuese a los muertos. Los dólmenes son unas enormes piedras que descansan sobre otras verticales, contienen a menudo varias tumbas. Los enormes bloques de piedra para su construcción proceden, a veces, de lugares muy alejados, lo que nos indica la existencia de mano de obra abundante y organización firme. Ésta arquitectura megalítica todavía nos sorprende por su grandiosidad y por la dificultad que conlleva su construcción.

Los dólmenes, los menhires y los cromlechs son las tres construcciones que caracterizan la arquitectura neolítica
Los dólmenes, los menhires y los cromlechs son las tres construcciones que caracterizan la arquitectura neolítica, su significado es dudoso y parece estar relacionado con los ciclos anuales de la agricultura, con la observación del cielo y los astros, con el culto a los muertos.

Los muertos eran inhumados en cipos, cofres de piedra en los que el muerto está, a menudo, encogido en posición fetal. Esto se interpreta como una vuelta a la tierra madre. Para otros representa el temor de que el muerto vuelva a turbar la vida de los vivos, el trazado de un círculo alrededor de la tumba reforzaría esta hipótesis al interpretarse como un impedimento para salir.

La cultura megalítica no es exclusiva de Europa. Existen dólmenes de la misma época en el Cáucaso, Siria, Libia y Palestina, y un poco más tardíos en el sur de la India, Manchuria, Corea y Japón. Por ello es entendido como un fenómeno complejo de significado religioso y cuya aparición no es atribuida a un pueblo único. Algunos llegan a interpretarlo como un estilo homogéneo como pudiera ser el barroco.

Algunos de los conjuntos megalíticos más importantes se encuentran en la isla de Malta, en Cerdeña, donde son célebres los nuragas, torres cilíndricas de grandes dimensiones. Dentro del ciclo mediterráneo, las islas Baleares, aunque tardíamente (a finales del II milenio), desarrollaron una cultura megalítica muy peculiar. Los talayots son grandes torres de planta cuadrada o circular y sección troncocónica, y servían para defenderse de las invasiones por mar. Las taulas son una formación de dos grandes losas de piedra en forma de T, que probablemente sirvieron de altar donde se dejaban los cadáveres hasta su descomposición. La naveta era un edificio semejante a una nave invertida. Constaba en su interior de dos o tres naves a las que se accedía por una puerta. Debieron servir como templo y como sepulcros colectivos.

conjuntos megalíticos

En Europa Occidental estas construcciones aparecen desde el II milenio, El grupo bretón, cuya influencia llega hasta Inglaterra, es el más destacado. Stonehenge es el crómlech más célebre y único en su género. Son cuatro círculos de enormes piedras talladas erigidos para rendir culto al sol. Otro yacimiento importante es el de Menier-Hroech, gigantesco menhir de más de 20 metros, que actualmente se encuentra roto en cinco trozos.

Orfebrería y cerámica neolítica

La aparición de los metales tuvo como resultado un enorme progreso técnico, y será la base del futuro florecimiento de las primeras civilizaciones. A Europa llega el bronce en el II milenio y tradicionalmente se divide en tres fases. La primera comprende los años 1800 a 1500 a.C. y de ella conservamos puñales, adornos, hachas, etc. La segunda etapa o bronce medio se desarrolla entre el 1500 y el 1200 a.C. Los objetos datados son más variados, si bien persiste la decoración geométrica. El bronce reciente (1200-800 a.C.) se caracteriza por la difusión de la civilización de los “Campos de urnas”. La inhumación dio paso a la incineración y con ella la decadencia de la arquitectura en beneficio de la cerámica. Las cenizas eran guardadas en vasos artísticamente decorados con formas humanas o de casas.

 Cerámica y orfebrería neolítica
Cerámica y orfebrería neolítica

En el II milenio, a través de Oriente Próximo, con los pueblos celtas, llega el hierro a Europa. Crece el ajuar y el armamento, ahora técnicamente más perfecto y con mayor profusión en la decoración. Entre los siglos VIII y V a.C., la ciudad sufre un enorme desarrollo. Nace la organización y trazado de las calles, y se construyen sólidos amurallamientos con torreones. Se da inicio a el florecimiento de las primeras civilizaciones.

Referencia:
Zamora, M. A. (2004). Arte. Enciclopedia Global Interactiva. Grupo Cultural S.A.